02/04/2020

Cuando la oficina se traslada a casa: los riesgos para la privacidad

Operar con escritorios remotos, hacer copias de seguridad o tener contraseñas seguras y diferentes son algunas de las precauciones que hay que tener a la hora de hacer teletrabajo

Cámaras, micrófonos, documentación sensible, contraseñas. La situación de teletrabajo repentina y sin planificación previa a la que se han visto abocados muchos trabajadores conlleva una serie de riesgos en seguridad a tener en cuenta para evitar problemas de privacidad, personal y laboral, durante las semanas en que la oficina se traslada al domicilio particular.

«Las conexiones a Internet pasan por diferentes redes y hay que asegurarse de que éstas sean seguras, por ejemplo conectar a los servicios para HTTPS o que la del wifi de casa no tenga una contraseña débil, porque entonces corremos el riesgo de que se vea vulnerada la confidencialidad de los datos que circulan «, explica Jordi Castellà, investigador del Departamento de Ingeniería Informática y Matemáticas de la URV y experto en privacidad de datos.

Con el fin de separar la documentación laboral de la personal, Castellà recomienda trabajar, siempre que sea posible, con un escritorio remoto, que permite conectarnos desde el ordenador personal a un servidor seguro donde podremos trabajar con todos los documentos y herramientas de la empresa. «De esta manera los datos que gestionamos durante la jornada laboral en casa no pueden salir. Esto es una garantía, tanto para la empresa, que asegura la confidencialidad de sus datos, como para la persona trabajadora, que no verá mezclada la información laboral con la personal en su ordenador privado «, explica.

Aún así, es muy difícil garantizar un 100% de seguridad, por eso también hay que continuar con las precauciones que habría que tener siempre que se tiene un equipo informático en casa: «tener actualizados el sistema operativo y los programas con los que trabajamos, además de contar con un buen antivirus, que durante estas semanas nos llegarán mensajes de correo electrónico, recibiremos documentos por diferentes canales y tendremos un tráfico de archivos más alto de lo habitual «, advierte.

Copias de seguridad

Cuando el ordenador doméstico se convierte en la herramienta de trabajo, las copias de seguridad son esenciales. Los dispositivos pueden estropearse por muchos motivos, y en un entorno donde puede haber más gente en casa y por donde pueden transitar niños pequeños la probabilidad de que se produzcan accidentes aumenta. Pero también podemos ser víctimas de ataques informáticos con los que podríamos perder archivos y datos confidenciales. «Hay que estar preparado ante cualquier ataque, y cuando hacemos copias de seguridad las tenemos que guardar en un dispositivo que no esté conectado permanentemente en el ordenador», aconseja el experto, quien añade que hay que cerrar siempre la sesión en la que se está trabajando si no estamos delante del ordenador.

Contraseñas seguras y diferentes

Otro aspecto fundamental para proteger la confidencialidad de la información es la contraseña, ya que es la forma más utilizada para autenticarnos en muchos servicios. Castellà destaca que hay que tener contraseñas seguras y diferentes para todos ellos. «Utilizar la misma en todas partes conlleva que si un atacante obtiene esta contraseña podrá suplantar nuestra identidad y acceder a todos los servicios, es decir, le facilitamos el acceso a nuestra información, con las implicaciones que ello conlleva». En este sentido, recomienda no almacenarlas en el navegador, y no utilizar nunca en un servicio externo las contraseñas que se utilizan en la empresa. Y esta debe ser lo suficientemente larga, de más de 10 caracteres, y que incluya minúsculas, mayúsculas, números y signos de puntuación.

Privacidad de la imagen

El confinamiento en casa y el teletrabajo también ha cambiado el formato de las reuniones, y se han multiplicado las videoconferencias. Esto implica abrir rincones de nuestra casa a cámaras y micrófonos, y este es otro aspecto que también hay que proteger. «Es importante cerrar los micrófonos cuando no hablamos o abandonamos la conversación, y las cámaras siempre las tenemos que proteger con una tapa o cubierta para asegurarnos de que no se transmite ninguna imagen nuestra cuando no queremos que así sea», recomienda Castellà, quien también recuerda que, en caso de sufrir un ataque a nuestro equipo doméstico, los atacantes pueden habilitar la cámara sin que seamos conscientes de ello, lo pondrá en un compromiso la privacidad de todos los que viven en la casa.

Hay otras recomendaciones generales básicas que se deben tener especialmente presentes durante estas semanas y en las que el experto pide aplicar el «sentido común»: no proporcionar datos confidenciales o credenciales por correo electrónico, verificar con el antivirus que los archivos que recibimos por e-mail, no tirar a la papelera datos con documentación sensible o confidencial, etc.

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