24/05/2019

Bettina Kadner, primera piloto comercial en el Estado: «Nunca pensé que abriría un camino nuevo en la aviación»

La URV inviste doctora honoris causa a Bettina Kadner, una de las impulsoras del CESDA y pionera de la aviación en España

Un momento de la investidura de la aviadora Bettina Kadner como doctora honoris causa por la URV.

Bettina Katner consiguió atravesar el techo de cristal de la aviación española al ser la primera mujer piloto en 1969, además de ser una de las impulsoras del Centro de Estudios Superiores de la Aviación (CESDA) para que los pilotos tuvieran formación universitaria. Desde hace tiempo se propone que el techo de cristal se rompa definitivamente para la profesión con intervenciones en las escuelas. Ahora la URV le ha reconocido su trayectoria y este mediodía ha sido investida doctora honoris causa, apadrinada por Cristina Casamitjana, directora del CESDA.

Durante su discurso, Kadner ha repasado los hitos que ha alcanzado a lo largo de su vida profesional, las personas que han contribuido a ello y las mujeres pioneras que la precedieron en la historia de la aviación. La vocación se despertó en Kadner a los 12 años, cuando acompañaba a su madre, que tenía una empresa de señalización de carreteras y aeropuertos, en los trabajos de pintura en las pistas de aterrizaje. Hasta que consiguió, de muy joven, volar por primera vez en una avioneta: «Despegar y tener una vista que no había visto nunca me emocionó». Determinada, siguió todos los pasos para obtener el título de Piloto Comercial y el Certificado de Vuelo Instrumental.

Comenzó el 1 de octubre de 1969 de copiloto en la compañía Spantax en un Fokker 27, convirtiéndose así en la primera mujer en el Estado que volaba un avión de pasajeros comercial, y durante 15 años fue la única. La precedió en Europa, sólo un año antes, Turi Wideroe. Al cumplir los 25 años de edad, la mínima permitida, pasó a comandar el avión, y más tarde, en 1987, pasó a volar para Iberia, donde se jubiló en 2006.

Bettina Kadner durante su discurso después de ser investida doctora honoris causa.

Durante su carrera, la preocupación por la formación de los pilotos fue una constante, especialmente desde que «comenzaron a proliferar las escuelas que, compitiendo por el número de alumnos, rebajaban los costes reduciendo la instrucción y el número de horas de vuelo y simulación «, explica. Fue el resultado del cierre de la Escuela Nacional de Aviación, en Salamanca, y la entrada en vigor de la normativa que definía los requisitos mínimos para obtener la licencia de piloto.

Por eso, en los 90, fue una de las impulsoras del Colegio de Pilotos de Aviación Civil y, más adelante, del CESDA en Reus, la escuela de pilotos adscrita a la URV que se puso en funcionamiento el año 2001. Kadner y los otros impulsores tenían claro que «el sistema necesitaba pilotos universitarios con su grado específico, no universitarios piloto».

A lo largo de todo el discurso, Kadner remarcó que nada pasa porque sí, sino que el esfuerzo, la ilusión y el compromiso son los motores que le han impulsado a lograr lo que se ha propuesto. De hecho, ha asegurado que cuando decidió ser piloto «no se me pasó por la cabeza que el proceso sería diferente por ser mujer. No pensé en ningún momento que haría algo fuera de lo normal ni que abriría un camino nuevo en la aviación «.

Ahora tiene en el punto de mira que las mujeres no sean excepciones en la profesión (sólo son el 4% en España y el 6% en Europa). Por eso en el seno de la Asociación Española de Pilotos, a la que pertenece, nació el grupo Aviadoras, que visitan las escuelas para que los niños y niñas «vean con naturalidad la presencia de mujeres en puestos que culturalmente tienen como referentes figuras masculinas «.

La rectora, María José Figueras, hace entrega de los guantes a Bettina Kadner en el momento de la investidura.

La investidura de Bettina Kadner como doctora honoris causa por la URV es un reconocimiento a su excepcionalidad, pero también la contribución de la Universidad para hacer visible una trayectoria que «debe ser la estela inspiradora de las nuevas generaciones de mujeres que luchan por conseguir un sueño «, ha concluído Cristina Casamitjana en la laudatio.

La rectora, María José Figueras, ha profundizado, en la bienvenida a la nueva doctora honoris causa, sobre la importancia de la tenacidad para alcanzar las metas que uno se propone, tal como enseña la obra El Principito, que tiene como narrador el piloto. Haciendo un paralelismo con la creación de André Saint-Exupéry, ha resumido la lección que hay que aprender de la nueva doctora honoris causa: «Bettina Kadner es nuestra piloto, que, con su ejemplo vital, nos ha enseñado cómo perseverar hasta conseguir que los sueños se cumplan «.

El nombre de Kadner se une, tal y como ha recordado la rectora, al de las otras 5 mujeres doctoras honoris causa de la URV, de un total de 44: Rosa Maria Calaf, periodista; Margaret Geller, astrónoma; Jean Watson, enfermera; Gayatri Chakravorty, escritora, y Mary Nash, historiadora. Ahora Kadner también es pionera en otra cuestión: es la primera piloto doctora honoris causa por una universidad.

Bettina Kadner, en primer plano, y Cristina Casamitjana, durante la investidura de la aviadora como doctora honoris causa por la URV.
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1 comentario

  1. Antonio Calero |

    Me he emocionado mucho…….sé que no ha sido facil, pero con ilusión y mucho trabajo se consigen los sueños.

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