05/07/2017

La formación de familias vulnerables en las escuelas mejora el rendimiento de los hijos

Es uno de los resultados del proyecto Edufam, coordinado por el grupo de investigación MEDIS de la URV, en el que participan seis universidades españolas

Identificar las características y el impacto social de programas de formación de familias destinados a colectivos vulnerables en las escuelas de primaria. Este ha sido el objetivo del proyecto de investigación y desarrollo Edufam, un estudio de tres años de duración en el que ha participado un equipo de veinte investigadores de seis universidades que ha recibido la implicación de ocho centros educativos de Cataluña, Castilla y León, el País Valenciano, Andalucía y el País Vasco. Son escuelas con un alto porcentaje de familias en situación de vulnerabilidad.

La investigación ha consistido en analizar la formación que se hace en estos centros y el impacto que tiene para el centro educativo, para el entorno y para las familias, tanto para los padres y madres que asisten a los cursos como para los hijos. Del seguimiento que se ha hecho de la formación durante tres años, el equipo investigador ha comprobado, entre otros aspectos, que en cuanto al alumnado, ha mejorado su comportamiento en el aula y también elementos clave vinculados con el éxito educativo como el aumento de la motivación hacia el aprendizaje, el incremento de las expectativas educativas, la mejora del comportamiento, la percepción de bienestar al centro educativo y la identificación de referentes educativos.

Beneficios para familias, alumnado, escuela y entorno

A través de un análisis cuantitativo y cualitativo, los investigadores han descrito los beneficios que esta formación ha tenido en los familiares, los alumnos, el centro y el barrio. Las sesiones formativas que se hacen en estos centros con familias vulnerables parten de las demandas de las personas participantes y tratan temas como la alfabetización, lenguas o talleres de inserción laboral. El porcentaje de seguimiento de las sesiones es muy elevado.

En líneas generales, en los familiares se ha percibido un incremento del nivel cultural, de la motivación por el aprendizaje, de la seguridad y la autoestima, de la participación y el surgimiento de liderazgos. Participar en la formación les ha aportado más oportunidades para acceder al mercado laboral, puesto que en algunos casos han participado en cursos para aprobar la ESO. En cuanto a los hijos, además de la mejora en los resultados educativos, en el comportamiento y en el incremento de sus expectativas futuras, se ha visto un aumento de la motivación hacia el aprendizaje y de la participación en iniciativas.

En cuanto al centro se destaca la mejora de la comunicación con la familia, del clima escolar y la disminución de los perjuicios hacia a las familias que pertenecen a minorías culturales. En referencia al entorno, los beneficios son el refuerzo de la relación entre la escuela y la comunidad, la resolución de conflictos racistas y clasistas y la mejora general de la convivencia.

La presentación de los resultados del proyecto se hizo el sábado 10 de junio en Madrid ante la presencia de representantes de las seis universidades que han intervenido en la investigación: Universitat Rovira i Virgili (coordinadora), Universitat de Barcelona, Universidad de Valladolid, Universidad de Sevilla, Universidad Internacional de la Rioja y Universidad Loyola-Andalucía.

Una investigación con impacto social

El proyecto, que ha durado tres años (2014-2017), ha seleccionado ocho casos de estudio centrados en programas de formación de familiares que han demostrado tener un impacto positivo en las familias vulnerables y sus hijos. Mediante técnicas cuantitativas y cualitativas se han identificado las características relacionadas con este impacto positivo y las formas de superar las resistencias y las dificultades de implantación. Todos los centros atienden población y alumnos de grupos vulnerables, con especial atención a familias gitanas e inmigrantes.

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