10/10/2017

Un seminario profundiza en el exilio republicano en México

Una de las conclusiones es que hay que continuar estudiando qué pasó con el conjunto de exiliados anónimos, en particular las mujeres, que llegaron a este país

Un momento de la mesa redonda de clausura del seminario.

El Seminario Exilios catalanes contemporáneos, dedicado al exilio republicano y organizado por el grupo de investigación ISOCAC (Ideologías y Sociedad en la Cataluña Contemporánea) los días 5 y 6 de octubre en el campus Catalunya, terminó con una mesa redonda formada por cinco investigadores , de la URV y del Colegio de Jalisco de México.

Una de las conclusiones de los participantes fué que se conoce el destino de las élites exiliadas mejor preparadas que llegaron a México pero no el de las personas anónimas, que no tienen documentada su peripecia. Los próximos estudios sobre el exilio de 1939 deberán hacer más historia desde abajo y deberán versar particularmente sobre las mujeres, las exiliadas, que ahora se conocen simplemente como esposas de los exiliados. Algunos de los exiliados pudieron seguir desarrollando una carrera profesional con éxito en muchos casos en México, en contraposición a los que se quedaron en el Estado, que podían ser depurados. Los intelectuales o las personas con un oficio lo consiguieron y México se benefició, pues, del talento humano de los republicanos catalanes y españoles, que encontraron un país ya bastante avanzado. Pero personas sin recursos o especialización no tuvieron una vida fácil. México fue el país que más republicanos españoles y catalanes acogió, más que el resto de países americanos juntos, incluyendo los Estados Unidos. La Generalitat otorgó la medalla de oro de la entidad en el pueblo de México, en agradecimiento por su ayuda.

Exilios catalanes contemporáneos se llevó a cabo en la Sala de grados del campus.

A lo largo del seminario intervinieron investigadores mexicanos, procedentes de la institución de investigación y postgrado Colegio de Jalisco (Zapopan, estado de Jalisco) y catalanes. Salomó Marqués (UdG) habló de los maestros, el colectivo más castigado y perseguido por la dictadura franquista, dada su relación con las corrientes pedagógicas más avanzadas, que constituyen uno de los fundamentos de los ideales republicanos. Angélica Peregrina (Colegio mexicano de Jalisco) hizo un repaso de los estudios históricos mexicanos sobre el exilio catalán. Algunas de estas publicaciones son fruto del intercambio con el grupo ISOCAC.

Josep M. Murià, también del Colegio de Jalisco e hijo de un catalán republicano exiliado en México, habló de la ayuda de su país a la República y a los republicanos. México no reconoció nunca al régimen de Franco, y aporta un detalle poco conocido: Manuel Azaña, segundo y último presidente de la República, muere en Montauban, Francia, pero lo hace en territorio consular mexicano. Ricard Ibarra, miembro de Archiveros sin Fronteras, desarrolló el tema de la tarea de adecuación de archivos extranjeros en mal estado y de la digitalización de sus fondos, en parte consultables en el Archivo Nacional de Cataluña (Sant Cugat del Vallès). Sus actuaciones se han centrado en los fondos de los casals (centros) catalanes y han tenido lugar principalmente en Montevideo (Uruguay) y La Habana (Cuba).

Gemma Domènech (ICRP-UdG) habló de la arquitectura. Las corrientes avanzadas y anhelos renovadores tocan a su fin con la implantación de la dictadura de Franco y los arquitectos que los habían seguido son perseguidos. Muchos, naturalmente, marchan al exilio, en buena parte hacia México. Se trata de la llamada arquitectura racionalista, contraria al academicismo que vuelve a imperar con el régimen de Franco. Josep M. Figueres (UAB) se centró en el oratorio El Pesebre, de Pau Casals, el exiliado republicano catalán más conocido, el que más aparece en las publicaciones de exilio y, en consecuencia, un símbolo. Es una obra musical de gran envergadura y la pieza musical más representativa del exilio catalán.

La presencia de los investigadores mexicanos en la URV se canalizó a través de un convenio firmado recientemente entre ambas instituciones, que prevé la movilidad de investigadores y la realización de actividades académicas conjuntas durante dos años. Esta primera actividad contó con la financiación de la Fundación Privada Mutua Catalana y la colaboración del Departamento de Historia e Historia del Arte y de la URV.

 

 

 

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