La URV desplega mesures per consolidar el personal investigador i captar talent amb programes competitius i millors condicions. Amb la seva arribada, el nou professorat agafa el testimoni de les generacions que van impulsar la Universitat

La precariedad y la falta de estabilidad a la que se veían empujadas muchas de las personas que querían iniciar su trayectoria investigadora en el momento de la crisis de 2008 y los años posteriores se está revirtiendo. Tras años de contención en la contratación, ha llegado a la Universitat profesorado joven y profesorado con un recorrido consolidado con visión innovadora y experiencia, moldeadas por todo lo adquirido en otras instituciones de investigación y también por la práctica profesional. Son el eslabón necesario para potenciar la investigación de excelencia y mejorar la calidad de la docencia.

La captación y retención de talento investigador es el eje central del III Plan Estratégico de Investigación e Innovación 2024-27, que articula una estrategia integral para mejorar las condiciones en todas las etapas de la carrera científica para hacerla más atractiva. Es por ello que no se limita a perfiles jóvenes: el Plan fija como objetivo incrementar un 50% el número de investigadores ICREA y el número de proyectos ERC durante su periodo de vigencia. También se quiere ampliar en al menos un 30% el número de nuevos investigadores principales y fomentar la consolidación del personal acreditado.

Se apuntalan así las bases establecidas estos últimos años gracias al plan de choque para asegurar el relevo generacional del personal docente e investigador y a los programas de captación de talento. Entre 2022 y 2025, la URV ha pasado de tener 561 miembros de PDI permanente y lectores a 667, un incremento del 18,9%. Son el reemplazo del personal que impulsó la URV en los años 90 y que ha llegado al final de su carrera académica.

Del mundo a la URV

Mariona Gil Cortiella se ha unido recientemente a la Universitat Rovira i Virgili como investigadora Ramón y Cajal. Este programa estatal, impulsado por el Ministerio de Ciencia, financia contratos de cinco años destinados a personal investigador con trayectorias destacadas, con el objetivo de retener y atraer talento al sistema científico. En su caso, este regreso es también un punto de inflexión vital: tras diez años en Chile, Gil ha decidido volver al lugar donde empezó.

Graduada simultáneamente en Química y Enología por la URV, asegura que se formó “con pasión y ganas”. Se crió en una bodega familiar. De hecho, literalmente, para entrar en casa tenía que pasar por la bodega. Tras el máster y el doctorado en Enología en la misma universidad, en 2014 se marchó para realizar una estancia postdoctoral en Chile con una beca del gobierno del país. “No sé si elegí Chile o si Chile me eligió a mí”, dice. Tenía que ser una estancia de dos años, pero allí desarrolló su carrera docente e investigadora durante una década.

“Quiero formar a los enólogos del mañana”

Pese a las dudas iniciales, vio clara la oportunidad de volver: “Trabajaba en una universidad sin facultad de enología, y yo quiero formar a los enólogos del mañana”. También buscaba estabilidad. La URV no era la única opción, pero tenía claro que era “ahora o nunca”.

En Chile centró su investigación en los efectos de las prácticas vitivinícolas sobre las propiedades físicas, químicas y sensoriales del vino. Uno de los grandes retos que abordó es la aparición de precipitaciones de calcio durante el transporte del vino, un problema global vinculado al cambio climático. “Este fenómeno no solo hace perder valor comercial al vino; puede acarrear multas y pérdida de clientes”, explica. Su trabajo se ha centrado en proponer soluciones, como el uso de aditivos poliméricos que minimizan el riesgo de estos defectos.

En la URV le gustaría consolidar una nueva línea de investigación sobre el impacto del humo de los incendios forestales en la calidad del vino. “Es un problema real y urgente. Ya no es solo California o Australia: aquí también lo sufrimos. Necesitamos soluciones para ayer, no para mañana”, asegura.

Diez años después de irse, ve cambios importantes: más estudiantes internacionales de doctorado, más dinamismo. “Es muy enriquecedor. Y recomiendo a todo el mundo realizar estancias largas fuera. Te permite ver tu investigación con más perspectiva y sumarle otras miradas”, concluye.

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La Universitat Rovira i Virgili ha incorporado al geógrafo Agustín Cocola-Gant a través del programa Serra Húnter sénior, una convocatoria de la Generalitat altamente competitiva destinada a contratar profesorado y personal investigador consolidado de fuera del Estado español. Los contratos tienen una duración de cinco años y, al finalizar, permiten acreditarse dentro del sistema universitario catalán para optar a una cátedra. En esta edición, la URV presentaba tres candidaturas y solo Cocola-Gant ha sido seleccionado por un tribunal internacional, en una modalidad que prevé incorporar a cincuenta investigadores de primer nivel en cinco años, cinco de los cuales vendrán a la URV.

Argentino de nacimiento, con raíces andaluzas y una larga trayectoria internacional, Cocola-Gant ve su llegada a la URV como un regreso natural. “Ya conocía la URV. Después de tantos años en el extranjero, para mí es volver a casa. Soy feliz”, explica. Ya había colaborado con investigadores del Grupo de Investigación de Análisis Territorial y Estudios Turísticos (GRATET) y conocía la capacidad de la URV para integrarse en redes globales. Con su incorporación, la Universitat refuerza la apuesta por atraer talento consolidado y por una investigación con impacto social directo en problemáticas urbanas contemporáneas.

“Ya conocía la URV. Es volver a casa”

Doctor en Geografía Humana por la Universidad de Cardiff y en Historia del Arte por la Universidad de Barcelona, Cocola-Gant ha pasado quince años investigando en el extranjero —en Londres y Lisboa— y es una referencia internacional en su campo. Figura entre el 2% de académicos más citados del mundo en geografía según la Universidad de Stanford. Su investigación se ha centrado en el impacto del alojamiento turístico sobre las ciudades, la gentrificación y la transformación de los barrios. De hecho, fue de los primeros investigadores en estudiar el fenómeno Airbnb y sus consecuencias sociales y urbanas.

Ha estudiado en profundidad los casos de Lisboa y Barcelona, y ha valorado la eficacia de políticas como la limitación de licencias de apartamentos turísticos en la capital de Cataluña. Ahora, advierte que ciudades como Tarragona empiezan a mostrar síntomas del mismo proceso, con un parque creciente de licencias Airbnb y efectos sobre el mercado de alquiler. “En Tarragona cada vez hay más licencias de pisos turísticos. La Part Alta empieza a mostrar síntomas de saturación y el Ayuntamiento debe limitar ya las licencias”.

Su trabajo combina análisis cuantitativo y cualitativo con un enfoque de justicia social, que da voz a las comunidades afectadas por la expulsión residencial. “La investigación debe ser útil a la sociedad”, subraya.

Cocola-Gant se incorpora a la URV como coordinador del proyecto “The housing-wealth nexus”, financiado con 1,8 millones de euros por el programa Horizonte Europa en el que participan doce universidades y centros de investigación internacionales. El objetivo es analizar la vivienda como activo financiero, entender las desigualdades que genera y desarrollar políticas para reducirlas, trabajando en red con colectivos y organizaciones de vivienda.

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Livia Motterle ha llegado a la URV con una beca Marie Skłodowska-Curie, uno de los programas postdoctorales más prestigiosos de la Unión Europea. Con una duración de tres años, este contrato tiene como objetivo fomentar la excelencia en la investigación, la movilidad internacional y la formación avanzada de personal investigador a escala europea.

Licenciada en Filosofía por la Universidad de Bolonia y doctora en Antropología por la Universidad de Barcelona, Motterle ha desarrollado una trayectoria centrada en el estudio de las desigualdades sociales y de género, con una mirada comprometida con la transformación. Su investigación parte del trabajo de campo y de la proximidad a las personas que viven las situaciones que estudia. “Desde la antropología podemos ayudar a estas personas a mejorar sus condiciones”, afirma.

Su tesis doctoral, centrada en el trabajo sexual y las políticas urbanas en Ciutat Vella de Barcelona, dio lugar al libro I tenia cor, y abrió una línea de investigación-acción que ha consolidado a través de estancias postdoctorales en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y en la propia UB. Durante la pandemia, en México, investigó el impacto de las restricciones sobre el trabajo sexual digital, un fenómeno emergente y en crecimiento.

“Para cambiar las cosas tienes que nadar contracorriente”

El proyecto que lleva a cabo en la URV es pionero en el sur de Europa y abre una nueva línea de investigación sobre estudiantes universitarios que ejercen el trabajo sexual. El estudio incluirá trabajo de campo en universidades como la Complutense de Madrid, la Universidad de Barcelona, la Sapienza de Roma y la propia Bolonia. El objetivo es comprender las motivaciones de este colectivo, identificar sus necesidades y los estereotipos que le afectan, y cocrear recomendaciones con los propios estudiantes a través de grupos focales. “Mi investigación se centra en un tema controvertido para muchas personas, pero para cambiar las cosas tienes que nadar contracorriente”, explica.

Motterle valora muy positivamente la etapa que inicia en la URV. El primer contacto data de febrero de 2024, cuando se incorporó como profesora sustituta al Departamento de Antropología, Filosofía y Trabajo Social. “Me sentí muy bien acogida. Ya conocía a algunas personas del Departamento y el vínculo informal, desde compartir despachos hasta una calçotada, ha facilitado mucho mi integración”. Destaca también el nivel académico, la presencia de referentes como Dolors Comas y prevé que “el proyecto permitirá crear nuevos vínculos de investigación entre la URV y otros centros como la UNAM”.

Con una mirada crítica, colaborativa y transformadora, Livia Motterle personifica la apuesta por la atracción de talento que impulsa la URV en el marco de los programas europeos de excelencia científica.

Un nuevo impulso al conocimiento

Entre 2024 y 2025 se han incorporado a la URV 148 lectores y lectoras, la categoría laboral de la primera etapa de la carrera académica. Esta llegada de profesorado lector o en itinerario de estabilización se enmarca en un plan gubernamental de financiación para renovar e internacionalizar el profesorado universitario. Así lo permite la Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU), de 2023, que elimina rigideces en la contratación, y el programa María Goyri de contratación cofinanciada por los gobiernos estatal y catalán.

Es el caso de Judit Vives, Leonor Deis, Mariona Genís y Ángel Huete, quienes durante un periodo de hasta seis años deben combinar las tareas de docencia con la consolidación de una línea de investigación propia.

Judit Vives Espelta es una de las nuevas profesoras lectoras. Después de haber compaginado hasta ahora docencia, asistencia e investigación bajo diversos contratos parciales, valora especialmente la estabilidad que le ofrece un contrato de seis años. La convocatoria de plazas de profesorado lector representa un «rejuvenecimiento del cuadro de docencia e investigación» que facilitará el diálogo intergeneracional y contribuirá a «una nueva visión» en la Facultad de Enfermería.

Participa en diversos proyectos de investigación y también de innovación docente (programa Martí i Franquès, AGAUR-Inspira) e imparte la asignatura Relación Terapéutica y Comunicación en segundo curso del grado de Enfermería.

Está vinculada a la Facultad de Enfermería desde 2016. Tras licenciarse en Enfermería con mención en Salud Mental, completó un máster en Investigación en Ciencias de la Enfermería (2020), un posgrado en Formación del Profesorado Universitario (2022) y un máster en Formación Permanente en Enfermería en Salud Mental (2023).

Agradece la acogida de la Universitat, que ha organizado actividades de formación para compartir un trayecto común entre los nuevos profesores lectores. Y afirma con ilusión que tiene muchas ganas de encajar en esta nueva etapa académica.

También ha comenzado una nova etapa Leonor Deis, ingeniera agrónoma y doctora en Ciencias Biológicas. En su caso atesora más de veinte años de experiencia docente y una trayectoria investigadora centrada en los efectos del cambio climático en el viñedo.

En el año 2024 realizó una estancia de investigación de tres meses en el Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino (ICVV) de La Rioja y en 2023 estuvo seis meses en el Instituto Superior de Agronomía de Lisboa, donde profundizó en modelos de toma de decisiones en la bodega y en el viñedo para mitigar el estrés térmico e hídrico de las variedades de uva. En la URV imparte clases de segundo, tercer y cuarto curso y lidera proyectos para introducir variedades más adaptadas al nuevo escenario climático.

Deis destaca la diferencia entre las grandes bodegas de La Rioja y las de Tarragona, “más pequeñas y arraigadas al componente tradicional”, y valora haber podido conocer ambos modelos para “aplicarlos y compartirlos” en nuestro entorno. Además, su hija le sugirió que finalmente se asentara en un solo lugar para evitar cambios constantes de idioma e instituto, y ella agradece la estabilidad y la excelente acogida de la URV: “Hace un año que estoy aquí, pero siento como si hiciera mucho más”.

Para Deis, el modelo de prácticas de la Universidad garantiza oportunidades de mucha calidad a los estudiantes y le permite romper la distancia con ellos: “Bajo de la tarima para conversar y resolver dudas; es una manera de que todo el mundo aprenda, yo también”.

Mariona Genís Vinyals también cuenta con un bagaje importante. Desde 2001, suma veinticuatro años de docencia en instituciones como la Universitat de Vic – Centro de Diseño BAU, donde coordinó el Área de Tecnología e impartió asignaturas de Proyectos y Construcción–, y en 2021 se vinculó a la URV como profesora asociada.

En cuanto a la formación específica para acreditarse como profesora agregada, Genís ha seguido un programa voluntario con módulos presenciales y en línea. Subraya que la parte presencial ha sido especialmente valiosa porque “genera conexiones entre las personas que desembocan en sinergias y colaboraciones”, y pone en común puntos de vista de disciplinas muy diversas.

Apasionada por llevar la investigación a la práctica profesional, explica que ha llegado a autofinanciar proyectos de investigación para incorporar los resultados a su despacho, un compromiso que quiere reforzar con su nuevo estatus de profesora lectora, con el cual aspira a combinar la experiencia acumulada en restauración patrimonial con metodologías innovadoras para diseñar y evaluar espacios de aprendizaje en la URV. 

Ángel Huete Lozano, doctor en Estudios Humanísticos y experto en lexicografía y enseñanza del español como lengua extranjera, vuelve a la URV después de tres años en la Universidad de Oxford y estancias previas en Aarhus y la Universidad Politécnica de Shenzhen.

En Oxford impartió asignaturas de grado en Filología Hispánica, amplió los contactos internacionales y constató que la propia universidad exige experiencia exterior para incorporarse a su profesorado. “Estos profesores vuelven con muchas ideas y con una agenda de colaboraciones potenciales”, explica. Su perfil, que combina el conocimiento profundo de la URV con la experiencia en Oxford —referente mundial en la organización de las tutorías— le ofrece una visión privilegiada para impulsar nuevos proyectos docentes y de investigación.

Según Huete, la nueva oferta de plazas de profesor lector corrige una “anomalía” estructural y permitirá “rebajar la media de edad del profesorado”.

La apuesta por el profesorado lector no solo representa un paso adelante en la captación y consolidación de talento, también implica la apertura de nuevas líneas de investigación y metodologías docentes y una renovación generacional que consolida la transmisión de valor a la comunidad URV.