Notas de prensa 29/11/2019

Los frutos secos reducen el riesgo de enfermedad cardiovascular en diferentes poblaciones del mundo

Es el resultado principal de un estudio del CIBEROBN llevado a cabo en la Universidad Rovira i Virgili en colaboración con la Universidad de Toronto con el objetivo de actualizar las guías de práctica clínica de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes

Es bien conocido el papel protector de la dieta mediterránea frente a las enfermedades cardiovasculares. Los frutos secos son uno de sus componentes principales, por lo que, en los últimos años, el interés por estudiar el efecto de este grupo de alimentos en la salud ha ido en aumento. Hasta ahora los estudios publicados han demostrado que la frecuencia de su consumo se asocia con un menor riesgo de padecer enfermedad cardiovascular.

Sin embargo, los trabajos publicados con anterioridad presentan algunas limitaciones metodológicas como la inclusión de estudios que combinaban frutos secos y semillas como la soja o legumbres -los cuales difieren en composición nutricional- y por tanto su efecto en la salud puede variar, así como la inclusión de estudios que combinan diferentes enfermedades y causas de mortalidad cardiovascular.

Por este motivo, la Unidad de Nutrición Humana de la URV-IISPV realizó una revisión sistemática y meta-análisis, – un análisis estadístico complejo que intenta resumir los resultados de diferentes estudios y que aporta el mayor grado de evidencia científica- con el fin de actualizar y resumir la evidencia científica disponible sobre la relación entre el consumo de frutos secos y la incidencia o mortalidad por enfermedad cardiovascular y sus diferentes causas.

Tras evaluar 2.992 estudios potenciales para su inclusión en el trabajo, se seleccionaron 19 entre los que se encuentran estudios realizados en Europa, América, Asia y Oceanía. Los investigadores de la URV no solo analizaron el consumo total de frutos secos, sino también la asociación entre los diferentes tipos de cada uno de ellos (almendras, nueces, avellanas, cacahuetes, etc.) y diversos tipos de enfermedades cardiovasculares tales como la enfermedad cardíaca coronaria, el accidente cerebrovascular, la insuficiencia cardíaca y la fibrilación auricular.

Una imagen de los miembros de la Unidad de Nutrición Humana.

Comparando las personas con mayor frecuencia de consumo con los de menor frecuencia de consumo total de frutos secos, se observó una asociación inversa entre su consumo y el riesgo de incidencia y mortalidad por enfermedad cardiovascular, incidencia y mortalidad por enfermedad coronaria, mortalidad por accidente cerebrovascular, y fibrilación auricular. Sin embargo, no se observó asociación entre el consumo total de frutos secos y la incidencia o mortalidad por ictus (hemorrágico y/o isquémico) o la incidencia de insuficiencia cardíaca.

Con respecto a los tipos específicos de frutos secos, el consumo combinado de frutos secos de cáscara (nueces, almendras, avellanas, pistachos) se asoció con un menor riesgo de incidencia y mortalidad por enfermedad cardiovascular y coronaria y que el consumo de cacahuetes se asoció con una menor incidencia y mortalidad en estas dos enfermedades y, también y de accidente cerebrovascular. Por su parte el consumo de nueces se asoció también con menor incidencia de las enfermedades cardiovascular y coronaria e ictus. Además, se encontró una asociación entre la frecuencia de consumo de cacahuetes y una menor incidencia y mortalidad por accidente cerebrovascular.

Los mecanismos por los que el consumo de frutos secos reduce el riesgo de padecer algún tipo de enfermedad cardiovascular no se conoce exactamente. Parece ser que su alto contenido en grasas saludables (monoinsaturadas y poliinsaturadas), proteínas, minerales (como el potasio y el magnesio), vitaminas (entre ellas vitaminas C y E) y compuestos fenólicos pueden actuar de forma sinérgica modulando de forma beneficiosa diferentes factores de riesgo cardiovascular tales como el perfil lipídico, la presión arterial, los niveles de glucosa y el peso corporal. De hecho, la capacidad de disminuir los niveles de colesterol total y colesterol LDL es probablemente una de sus propiedades más conocidas, como se ha demostrado en diversos análisis de ensayos clínicos.

Teniendo en cuenta los resultados obtenidos en este estudio existe una alta evidencia científica para recomendar a la población general la inclusión de frutos secos a la dieta para favorecer la salud cardiovascular.

El estudio liderado por la Dra. Nerea Becerra-Tomás, investigadora del CIBEROBN e investigadora post-doctoral de la Universitat Rovira i Virgili, y el catedrático Jordi Salas-Salvadó, investigador principal del CIBEROBN y director de la Unitat de Nutrició de la Universitat Rovira i Virgili, todos miembros del Institut d’Investigació Sanitària Pere Virgili, se ha publicado en la revista Nutrition Reviews.

 Referencia bibliográfica: Nerea Becerra-Tomás, Indira Paz-Graniel, Cyril W.C. Kendall, Hana Kahleova, Dario Rahelić, John L Sievenpiper, Jordi Salas-Salvadó. Nut consumption and incidence of cardiovascular diseases and cardiovascular disease mortality: a meta-analysis of prospective cohort studies. Nutr Rev. 2019 Oct 1;77(10):691-709.

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