La URV pone en valor la figura de Antoni Rovira i Virgili, que, igual que la universidad a la cual da nombre, tuvo una trayectoria interdisciplinaria marcada por la voluntad de incidir en la sociedad para hacerla más justa, abierta, democrática, culta y avanzada
Cuando en 1991 se creó la nueva universidad pública del sur de Cataluña, surgida a partir de los centros universitarios existentes en Tarragona y Reus dependientes de la Universitat de Barcelona, había que buscar un nombre a la altura de lo que debía representar la institución, sobre todo después de que se desestimara cualquier referencia territorial para evitar agravios. Se escogió Antoni Rovira i Virgili “para honorar la memoria del ilustre catalán, escritor, historiador y político, uno de los más importantes teorizadores y divulgadores de la causa nacional catalana, presidente que fue del Parlament y ejemplo de civismo, trabajo y aprecio por los valores de nuestro pueblo», según la Ley de creación de la Universidad. Se consideraba, además, que Rovira i Virgili era un personaje con el cual se podían sentir identificados todos los pueblos y ciudades del territorio.
«Sobresalió en diferentes facetas. Como periodista dirigió diarios y revistas, fue un gran escritor, en política fundó partidos y presidió el Parlament, y como historiador tiene muchas obras publicadas», explica Carod-Rovira
La misma Universidad lleva “con orgullo”, tal y como se puede leer en los textos oficiales de la web, su nombre “como expresión de los valores que la guían: defensa de la democracia, voluntad de servicio público, y compromiso y responsabilidad social”. Se destaca, también, la “trayectoria vital de compromiso nacional” y “una inquietud intelectual fecunda”, además de unas “convicciones políticas y sociales que lo llevaron al sacrificio personal”.
Una ruta teatralizada profundiza en su figura
La Unidad de Comunicación y Divulgación de la Ciencia del Gabinete de Comunicación y Marketing de la URV impulsa una ruta teatralizada por las calles de la Parte Alta de Tarragona que repasa la vida y la obra de Rovira i Virgili. Se trata de un recorrido de poco más de una hora y media por espacios emblemáticos del casco antiguo de la ciudad. En cada parada, el público descubre diferentes momentos que marcaron su vida y su pensamiento. El diseño de la ruta ha contado con la colaboración de personas expertas en el personaje y en su época, y es el actor Jaume Martell quién lo representa.
Josep-Lluís Carod-Rovira es uno de los que más ha estudiado la vida y obra de Rovira i Virgili, y suya es la detalladísima biografía que se puede leer en Antoni Rovira i Virgili i la Revista de Catalunya, obra editada por Publicaciones URV que recoge las ponencias de las jornadas que la Cátedra Josep Anton Baixeras dedicó a finales de 2024 a la figura del político y escritor. Carod-Rovira confirma la magnitud del personaje y destaca, sobre todo, el hecho de que era un intelectual que sobresalió en diferentes facetas “y en todas ellas de una manera muy notable”: “Como periodista, su vocación, fue director de diarios y de revistas y firmó miles de artículos, además de ser pionero en las crónicas internacionales y en convertir los artículos de opinión en piezas literarias; como escritor, sobre todo como prosista, es uno de los grandes junto a un Sagarra, un Ruyra y un Pla; como político fundó partidos y llegó a presidir el Parlament; como teórico político escribió sobre todo alrededor de la cuestión nacional, y como historiador tiene mucha obra publicada.”
Montserrat Palau, directora de la Cátedra Josep Anton Baixeras, resalta en el prólogo de Antoni Rovira i Virgili i la Revista de Catalunya “la importancia de las aportaciones en diferentes disciplinas y la reivindicación continuada de una nación que elaborara su propia política de educación a todos los niveles y, también, la propia política de investigación universitaria”, de forma que corrobora la idoneidad de que una universidad lleve el nombre de este “referente intelectual”, tal y como lo define la misma Palau.
Ya de muy joven, Antoni Rovira i Virgili, nacido el 26 de noviembre de 1882 en la calle Major de Tarragona, hijo de un artesano zapatero de ideología republicana de Sarral y una altafullense que regentaba un negocio de cotillería, se movió en ambientes federalistas, republicanos y de izquierdas, y empezó a escribir en diferentes publicaciones de Tarragona y Barcelona (donde estudió Derecho primero y dónde más tarde se trasladó a vivir), además de fundar y dirigir alguna ya con 20 años. Trabajó y colaboró en publicaciones como por ejemplo El Poble Català, La Esquella de la Torratxa, La Veu de Catalunya, La Publicitat y La Humanitat, entre otros, y fundó, el 1924, la Revista de Catalunya. Además, fundó partidos como por ejemplo Esquerra Catalanista, fue diputado por Esquerra Republicana de Catalunya durante la Segunda República y fue vicepresidente del Parlamento y asumió la presidencia al exilio.

Como autor de libros y ensayos en los diferentes campos que cultivó, fue uno de los más prolíficos de la primera mitad del siglo XX en Cataluña. Entre muchos otros, suyos son títulos como por ejemplo La representació proporcional en el sufragi universal (1910), Història dels moviments nacionalistes (1912-1914), Diccionari català-castellà & castellà-català (1913), La nacionalització de Catalunya (1914), Novíssima ortografia catalana (1916), Gramàtica elemental de la llengua catalana (1916), Nacionalisme i federalisme (1917), Història de Rússia: des dels temps primitius fins als temps actuals (1919), los volúmenes de la Història nacional de Catalunya (1922-1934), la biografía de estilo innovador Pau Claris: estudi biogràfic i històric (1922), Els polítics catalans: Enric Prat de la Riba, Ildefons Sunyol, Jaume Carner, Joaquim Lluhí i Rissech i Francesc Cambó (1929), Defensa de la democràcia (1930), El Corpus de Sang (estudi històric) (1932), Resum d’història del catalanisme (1936) y Valentí Almirall (1936). A partir de mediados de la década de 1960 aparecen numerosas compilaciones de artículos, publicaciones de materiales inéditos y antologías.
Una figura, por lo tanto, con una trayectoria personal y profesional muy rica y que encajaba con la dimensión y los principios de la nueva universidad. Probablemente, no obstante, no tan conocida y valorada como habría que esperar de un currículum tan amplio, tal y como admite Josep-Lluís Carod-Rovira: “Cuando se tocan tantas teclas, aunque se toquen todas muy bien, no llega a todo el mundo cada una de las cosas positivas que se han hecho”, afirma Carod, que añade “el desconocimiento que hay hoy en día de la propia historia, una tragedia muy grande”: “En nuestro país, donde el conocimiento de la historia es más bien modesto y la memoria histórica demasiada débil, quizás no se ha llegado a valorar tanto como haría falta la figura de Rovira i Virgili. Él siempre decía que sin conciencia histórica no se puede tener conciencia nacional.”
Una exposición muestra el legado a la Universitat
Una exposición, que estos días se puede ver en el CRAI del campus Catalunya y que también se instalará en otros espacios de la URV, visibiliza y explica las obras de Rovira i Virgili editadas por Publicacions URV y todo el legado sobre el autor que posee la Universidad. La muestra recoge, por lo tanto, la aportación del periodista, político y escritor al pensamiento catalán a través también de documentos originales, expuestos en vitrinas, y de material interactivo y audiovisual, como por ejemplo un video sobre la obra teatral “Els últims dies” y un segundo en que se entrevista la hija, Teresa Rovira, y a bisnieta, Maria Calvet.
Sea como fuere, la interdisciplinariedad define Rovira i Virgili, tal y como recuerda también otro experto en su figura, Josep Maria Roig, que fue profesor de historia contemporánea en la URV y director de la Revista de Catalunya: “Fue un hombre poliédrico y polifacético difícil de encuadrar. Cuando nos acercamos a él, una de las cosas que sorprende y nos hace admirarlo son las muchísimas facetas como persona y como intelectual.” A los diferentes perfiles de Rovira i Virgili, Roig añade los de promotor cultural, creador de plataformas cívicas, editor y, incluso, poeta y autor teatral, y reitera que fue “uno de los escritores en catalán más prolíficos de la época contemporánea”. “Fue lo que se acostumbra a denominar un intelectual comprometido”, sentencia Josep Maria Roig.
Por su parte, el catedrático de Filología Catalana de la URV Jordi Ginebra resalta el perfil de lingüista de Antoni Rovira i Virgili, centrado en el compromiso hacia la lengua catalana desde una doble vertiente. Por un lado, y sobre todo desde la tribuna política pero con el apoyo de su propia investigación académica, “sitúa la reclamación de los derechos lingüísticos de Cataluña en el marco de los conflictos plurinacionales existentes en Europa y, basándose en esto, reclama la oficialidad del catalán”. Y, por otro lado, Rovira considera que la tarea de Pompeu Fabra es clave para el progreso de la lengua y por eso establece una sólida colaboración y defensa y divulga su obra.
Jordi Ginebra también incide en la profundidad de las raíces democráticas del pensamiento de Rovira i Virgili, del cual destaca un perfil humanista “forjado a partir de la defensa de un catalanismo basado en el derecho, la dignidad y la libertad de las personas y en la democracia”. Ginebra considera que el hecho de definirse como nacionalista, que reitera que no deja de ser una forma de humanismo, no tiene que resultar incómodo para quien tenga presente que en nombre del nacionalismo ha habido durante el siglo XX represión, exclusión social, supremacismo y genocidio. Bien al contrario, Antoni Rovira i Virgili “luchó toda la vida a favor de una sociedad más justa, más plural, más abierta y más tolerante. A favor de una sociedad comprometida plenamente con la democracia como sistema político. Una lucha que incluyó, naturalmente, la defensa de la libertad de los catalanes”.
Por todo ello, “es una figura a reivindicar”, tal y como afirma Carod, y “hay la necesidad de estudiar y poner todavía más en relevo este intelectual poliédrico”, según asegura Montserrat Palau. Y Ginebra añade que “la Universitat Rovira i Virgili tiene que llevar con orgullo el nombre de una persona que luchó por el reconocimiento de la lengua y la personalidad de Cataluña y, por lo tanto, por la libertad y la justicia”.
De hecho, la URV no solo siente el orgullo por la personalidad que le da nombre, sino que ya hace tiempo que va más allá y reivindica y difunde la figura de Antoni Rovira i Virgili. Por un lado, Publicacions URV, el sello editorial de la casa, ha ido editando diferentes títulos del autor, como por ejemplo In Defence of Democracy, L’Estat Català. Estudi de dret públic, Bref résumé de l’histoire de la Catalogne, Suite Rovira i Virgili y La victòria de Pompeu Fabra. Los últimos han sido el ya referido Antoni Rovira i Virgili i la Revista de Catalunya la edición en facsímil de Els darrers dies de la Catalunya Republicana, un título, este último, recomendado “fervientemente” por Carod-Rovira puesto que es un gran testigo de cómo sufrieron muchos catalanes el exilio después de la Guerra Civil, como es el caso de Rovira i Virgili, que primero vivió en Montpellier y posteriormente en Perpiñán, donde murió el 1949. Está enterrado en el Portús, “en tierra catalana pero en el norte, es decir, en el exilio, para que las nuevas generaciones no olviden que hubo catalanes que murieron exiliados por defender sus ideas y el país”, tal y como apunta Carod.
Y, por otro lado, la URV posee el legado de la hija de Antoni Rovira i Virgili, Teresa Rovira i Comas, entregado oficialmente hace diez años, un fondo que incluye libros de historia, política, gramática, diccionarios, libros de lectura, poesía, teatro y antologías, publicado todo desde comienzos del siglo XX hasta la Guerra Civil. También hay obras que escribió en el exilio y publicadas en el extranjero (Argentina, México y Francia). Además hay reediciones de sus libros a partir de los años sesenta hasta la actualidad. También hay traducciones de obras de literatura inglesa de principios del siglo XX, obras prologadas por él y revistas que dirigió. Figuran libros y artículos que hablan de él o hacen mención, como biografías, correspondencia, bibliografías y estudios sobre su pensamiento político e ideológico. Todo ello está catalogado y disponible para la consulta en el CRAI.

Además, la URV posee los derechos de edición de la obra de Rovira i Virgili, cedidos también por la familia el año pasado. Incluyen los derechos de reproducción y distribución de todas sus obras a escala mundial y en cualquier idioma. Esto permite a la URV continuar teniendo cura de la preservación y difusión de su legado y también de la digitalización de su obra, un hecho especialmente destacable porque permite universalizar el acceso. “La familia está muy agradecida a la Universidad, porque el objetivo de mi abuela fue mantener vivo el testigo de las personas que se tuvieron que exiliar y construir una historia colectiva”, aseguró durante el acto de cesión de los derechos Maria Calvet, bisnieta de Rovira i Virgili, que mostró el agradecimiento y confianza a la Universidad por difundir y proyectar la obra de su bisabuelo.
Por lo tanto, la URV lleva y difunde el nombre de una figura a reivindicar, pero no se queda solo en la superficialidad de una denominación, puesto que se hace suyo el legado y lo preserva y lo pose a disposición de todo el mundo que quiera conocer un intelectual que, como la misma Universidad, se le define como referente, interdisciplinario y perseverante en el reto de hacer una sociedad más justa, democrática, culta y avanzada.




