Notas de prensa 17/12/2024
Desarrollan redes de vigilancia epidemiológica personalizadas para cada ciudad
La URV participa en una investigación liderada por la Universidad de Zaragoza que pone en marcha esta estrategia innovadora para identificar los trayectos entre barrios o localidades que son críticos para la diseminación de una epidemia
La URV participa en una investigación liderada por la Universidad de Zaragoza que pone en marcha esta estrategia innovadora para identificar los trayectos entre barrios o localidades que son críticos para la diseminación de una epidemia
El proceso de urbanización global acelerado que vive el planeta representa un importante desafío para las agencias de salud pública. Tal como demostró la pandemia de la COVID-19, las grandes urbes son especialmente vulnerables a los brotes epidémicos, una cuestión que puede agravarse según las previsiones que indican que, para el año 2030, aproximadamente el 10% de la humanidad vivirá en megaciudades con más de 10 millones de habitantes. Además, las conexiones entre estas urbes juegan un papel crucial en la rapidez con la que un patógeno emergente puede propagarse a nivel mundial, diseminándose de un lado a otro del planeta en cuestión de días.
En este contexto, un equipo investigador internacional liderado por la Universidad de Zaragoza y con la participación de la URV ha desarrollado una estrategia innovadora de vigilancia epidemiológica. Este trabajo es el resultado de una estrecha colaboración en la que también ha participado la Universidad de los Andes, en Bogotá (Colombia), en el marco del campus Iberus, así como investigadores de la Universidad de Drexel, en Estados Unidos.
Según el profesor Jesús Gómez-Gardeñes, del Departamento de Física de la Materia Condensada de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Zaragoza, «aunque las ciudades actúan como verdaderos aceleradores epidémicos, la intensa vida digital que acogen ofrece oportunidades excepcionales para el control y la prevención de enfermedades». Precisamente, la herramienta desarrollada por su grupo combina modelos epidemiológicos con información demográfica y de movilidad humana para anticiparse a los brotes de enfermedades infecciosas.
Gómez-Gardeñes, que lidera el proyecto, cuenta con una dilatada experiencia en este ámbito. En febrero de 2020, desarrolló un modelo matemático en colaboración con la URV capaz de estimar en tiempo real el riesgo de nuevos contagios de coronavirus en España. Esta iniciativa ofreció la posibilidad de anticiparse a la propagación de la COVID-19 para adoptar medidas de control eficaces.
El estudio aplica esta nueva herramienta en diversas ciudades, incluidas grandes urbes como Nueva York, Boston, Miami y Bogotá. Los resultados demuestran que la estrategia puede identificar, entre la multitud de conexiones urbanas, aquellos trayectos entre barrios o localidades que son críticos para la diseminación de una epidemia. “Es como encontrar el cable exacto que tenemos que cortar para desactivar una bomba”, explica el investigador. «Estos desplazamientos críticos nos permiten identificar qué rutas de transporte y qué estaciones requieren la presencia de recursos de vigilancia, como pruebas de diagnóstico rápido, para crear una red de vigilancia inteligente».
En Bogotá, por ejemplo, donde el sistema de transporte público es vital para el desplazamiento diario de millones de personas, los investigadores concluyeron que concentrar las pruebas en unas pocas estaciones clave del TransMilenio permitiría detectar brotes epidémicos hasta diez días antes que con las estrategias convencionales. Según Pablo Valgañón, investigador de la Universidad de Zaragoza y coautor del estudio, «este margen de tiempo, en el contexto de la primera ola de la COVID-19, podría haber salvado miles de vidas en una megaciudad como la capital colombiana y haber evitado, además, el colapso de los servicios sanitarios».
David Soriano-Paños, coautor del estudio, afirma: “Con este nuevo método podemos adelantarnos varios días en comparación con los controles aleatorios, lo que nos permite ganar un tiempo muy valioso para preparar los recursos hospitalarios y tomar decisiones clave en salud pública”. En su opinión, «este tiempo es fundamental para hacer frente a nuevos patógenos y gestionar enfermedades recurrentes, como la gripe, que cada año satura los servicios de urgencias y los centros de salud».
Álex Arenas, coautor del estudio, destaca otra ventaja añadida: «En lugar de distribuir los recursos de manera uniforme por toda la ciudad, nuestro enfoque permite concentrar los esfuerzos en los puntos donde transitan personas que frecuentan lugares con un mayor riesgo de contagio. Esto no solo mejora la eficacia de la vigilancia, sino que también optimiza el uso de los recursos de salud pública, que a menudo son limitados en tiempos de crisis».
El estudio también subraya que no todas las ciudades requieren el mismo enfoque. “Cada ciudad tiene un diseño y un ritmo propios, con dinámicas de interacción humana únicas, lo que implica que nuestras estrategias deben adaptarse a estos patrones. Nuestra herramienta es general, pero permite integrar los datos específicos de cada población y ofrecer a las agencias de salud redes de vigilancia personalizadas para cada caso”, concluye Gómez-Gardeñes. però permet integrar les dades específiques de cada població i oferir a les agències de salut xarxes de vigilància personalitzades per a cada cas”, conclou Gómez-Gardeñes.