Notas de prensa 07/08/2024
Aplican una técnica más rápida y eficiente para detectar toxinas en peces globo
Esta especie invasora, muy apreciada en la gastronomía oriental, ha colonizado el Mediterráneo con un alto potencial tóxico. La investigación la ha liderado un grupo de la URV y el IRTA
Esta especie invasora, muy apreciada en la gastronomía oriental, ha colonizado el Mediterráneo con un alto potencial tóxico. La investigación la ha liderado un grupo de la URV y el IRTA
Paso adelante en la detección de toxinas marinas peligrosas, especialmente en peces globo. Un equipo investigador de la Universitat Rovira i Virgili (URV) y el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentaria (IRTA) ha aplicado una nueva técnica automatizada que permite detectar componentes tóxicos de forma mucho más rápida y eficiente que con los sistemas actuales. Los resultados de su investigación se han publicado en la revista Marine Drugs.
El cambio climático y la globalización han favorecido la proliferación de microalgas tóxicas y también la llegada de especies invasoras como el pez globo. Este animal es muy apreciado en la gastronomía oriental, donde se consume como fugu. Pero su consumo puede convertirse en mortal. Tejidos como el hígado, las gónadas o la piel del pez globo contienen tetrodotoxina (TTX), un componente considerado muy tóxico, que está presente también en otras especies marinas y terrestres y que puede interferir en el funcionamiento de las neuronas, provocando parálisis.
Recientemente se han detectado en el Mediterráneo individuos de diferentes especies de pez globo, algunas de ellas altamente tóxicas. Esto hace imprescindible el uso de técnicas que permitan una rápida detección de la presencia de estas toxinas en muestras procedentes del medio marino, y así, monitorizar y evaluar el riesgo sobre la población.
Para su estudio, el equipo investigador obtuvo muestras de peces globo capturados en el Mediterráneo, concretamente en Grecia, a los que se aplicó una técnica llamada patch clamp automatizado (APC). A diferencia de los métodos analíticos que se utilizan hasta ahora y que se centran en identificar una molécula determinada, este nuevo sistema utiliza células que realizan la función de sensores para detectar la presencia de toxicidad. “La limitación de las técnicas de análisis instrumental es que sólo detectan lo que ya se conoce y, en muchas ocasiones, es necesario tener un patrón previo. Esto es un problema porque en ocasiones no conocemos todas las toxinas que hay en una muestra”, explica Francesc Sureda, investigador del Departamento de Ciencias Médicas Básicas de la URV, que junto con la investigadora del IRTA Mònica Campàs, coordinadora global del proyecto CELLECTRA, ha liderado la investigación.
La metodología que ahora se ha aplicado parte de un enfoque completamente diferente: en lugar de detectar la toxina según su estructura, pone el foco en observar los efectos de su toxicidad: “Obtenemos un extracto del pescado y, aplicando esta técnica , observamos si el extracto produce una alteración de la funcionalidad de las células. nuestro método se basa en provocar una descarga a una célula excitable, lo que abre unos canales presentes en su membrana citoplasmática. Si detectamos que existe una toxina que está bloqueando estos canales, impidiendo la descarga que provocamos, deducimos que esto puede resultar peligroso, porque podría interferir en la transmisión normal de los impulsos nerviosos, ya que las neuronas tienen los mismos canales”, detalla Sureda.
Según el equipo investigador, la ventaja de esta técnica radica en el hecho de identificar su toxicidad, independientemente de la toxina o derivados que estén presentes, ya que esto permite detectar toxinas desconocidas y que el sistema sea más versátil . “No podemos identificar químicamente qué tóxico hay, pero sí sabemos que, sea cual sea, está produciendo toxicidad. Y, una vez sabemos esto, a posteriori podemos utilizar una técnica de análisis instrumental para identificarlo”.
El patch clamp automatizado es una técnica muy sensible, que tiene un límite de detección de 0,05 mg de toxina por kilogramo, una cifra muy por debajo del límite regulador japonés, situado en 2 mg por kilogramo de tejido. En comparación con métodos tradicionales como la cromatografía líquida, este nuevo método, además de ser mucho más rápido, permite también ser operado por personal no especializado.
Especie invasora fácil de confundir
La migración de peces globo a través del canal de Suez hace que la presencia de estos organismos sea cada vez más abundante en el Mediterráneo, donde ya se considera una especie invasora. Si bien la venta de este animal está prohibida en la Unión Europea, el riesgo de su consumo se encuentra en la pesca furtiva y deportiva.
En su medio natural, el pez globo no es fácilmente identificable. Al contrario de lo que se piensa, normalmente no está hinchado y, una vez capturado, tiene un aspecto similar al de otras especies comestibles. «Por este motivo, y porque tampoco sabemos hasta qué punto esta toxina se puede transmitir a través de la cadena trófica, hay interés en investigar en este ámbito», comenta Francesc Sureda, quien advierte de la necesidad de hacer concienciación sobre los peligros de consumir especies que puedan contener estas toxinas, especialmente ahora que esta especie ha colonizado el Mediterráneo.
La investigación ha sido posible gracias a la financiación del Ministerio de Ciencia ya la colaboración de Laboratorios Almirall, que ha cedido a la URV el equipo de análisis. La investigación se centrará ahora en analizar la presencia de toxicidad también en otros organismos, como el marisco.
Referencia bibliográfica: Campàs, M.; Reverté, J.; Tudó, À.; Alkassar, M.; Diogène, J.; Sureda, F.X. Automated Patch Clamp for the Detection of Tetrodotoxin in Pufferfish Samples. Mar. Drugs 2024, 22, 176. https://doi.org/10.3390/md22040176