Xènia Roviralta es estudiante de la Universitat Rovira i Virgili. Tiene 24 años y está en el último curso del grado de Ingeniería de Bioprocesos Alimentarios. A su vez es representante en el Consejo de Estudiantes de Aurora, que apoya y asesora la alta dirección de las universidades que forman parte de la red Aurora para impulsar los objetivos colectivos

Xènia Roviralta es estudiante de la Universitat Rovira i Virgili. Tiene 24 años y está en el último curso del grado de Ingeniería de Bioprocesos Alimentarios. A su vez es representante en el Consejo de Estudiantes de Aurora, que apoya y asesora la alta dirección de las universidades que forman parte de la red Aurora para impulsar los objetivos colectivos

¿Cuál fue tu primer contacto con el proyecto Aurora?

Recibí un correo de la Universitat pero dudé mucho sobre si apuntarme porque pensaba que habría mucha gente interesada, ya que me parecía un proyecto chulísimo. Y pensé: ¿qué es lo peor que podría ocurrir? Que no me cojan. Así que llené todos los formularios que pedían y entré.

¿En qué consiste tu labor como representante del Consejo de Estudiantes de Aurora?

Estoy introduciéndome en este rol porque yo no formaba parte del proyecto Aurora, sino que participé de Aurora Student Design Thinking una actividad que consiste en trabajar junto con estudiantes de otras universidades de Aurora, que tienen diferentes antecedentes, experiencias y culturas, para desarrollar soluciones innovadoras sobre un reto específico en poco tiempo. Decidí formar parte y fue muy interesante. A partir de ahí me interesó el tema y he entrado a formar parte del proyecto. Haremos eventos como el que hicimos el noviembre pasado en Tarragona, en torno a las experiencias internacionales que tienen los estudiantes, propuestas educativas… hay muchos temas a tratar.

¿Cuál es la utilidad de este consejo del que formas parte?

Somos un grupo de estudiantes de ocho universidades, coordinados por Alma Ágústsdóttir, de Universidad de Islandia, que es la presidenta. Hacemos reuniones cada mes y se debaten las perspectivas futuras que existen en la red y cuáles son las maneras de tratar los vínculos con el profesorado, ya que no sólo se trata de los estudiantes hacia estudiantes, sino que lo que se hace en este consejo integra toda la red universitaria. Hablamos de todos los retos que todavía tiene la universidad por delante.

¿Qué te aporta formar parte de este proyecto?

Como no había tenido ninguna experiencia internacional universitaria, formar parte de ella me ha abierto un mundo. También me ha ofrecido la posibilidad de realizar las prácticas en otro país en el futuro. Para mí es un apoyo y un proyecto que me ha permitido conocer a gente increíble, con muchas ideas, con mucha creatividad y con una sensibilidad muy grande.

¿Qué huella personal querrías dejar en el proyecto?

Es una pregunta algo difícil. Sobre todo, que los estudiantes de la Universitat Rovira i Virgili entendamos que es un proyecto que te ofrece muchas cosas a nivel personal, laboral e incluso académico, que es muy potente, aunque todavía está naciendo. En esta organización hay gente muy válida en cabeza y puede ser muy transformadora.

¿Cómo animarías a los estudiantes de la URV a sumarse al proyecto?

Sobre todo, que no tengan miedo a probarlo y que busquen hacer un hueco en la vida universitaria, que a veces es muy complicado. Que se informen, pregunten y se pongan en contacto con otra gente que ya ha participado en Aurora para que les resuelvan las dudas. Creo que los propios estudiantes pueden tener un poder mucho mayor que los profesores para acercar esta organización a los universitarios.