12/12/2022
La URV inviste doctora honoris causa a Marcela Lagarde, antropóloga referente del feminismo
Lagarde destaca por sus aportaciones científicas y políticas en la lucha contra los feminicidios
Lagarde destaca por sus aportaciones científicas y políticas en la lucha contra los feminicidios
Marcela Lagarde es la quincuagésima doctora honoris causa por la URV, la treceava mujer. Hoy ha sido investida a distancia, en un acto híbrido que ha servido para destacar las aportaciones de la antropóloga y política mexicana en la lucha contra los feminicidios. Pero no solo eso. En esta investidura se ha vuelto a confirmar el estrecho vínculo entre el conocimiento científico y los cambios políticos. Así lo personaliza Lagarde, que en su discurso ha hecho un alegato del movimiento feminista para crear mentalidades, derechos, libertades, conciencia crítica y concepciones del mundo que nos permitan vivir mejor.
Dolors Comas d’Argemir, catedrática y profesora emérita de Antropología Social, ha ensalzado la figura de Lagarde como «excelente académica, que nos ha dejado un legado analítico sobre las condiciones de opresión de las mujeres», como «política en su país, México, especialmente por su contribución a la lucha contra el feminismo, que ha marcado la historia», y a la vez como activista social, colaboradora de organizaciones feministas y divulgadora. Las tres dimensiones confluyen y se complementan, tal y como ha expuesto Comas.
En la dimensión académica ha destacado la tesis doctoral: Los cautiverios de las mujeres, «un texto absolutamente pionero en la Antropología de las mujeres hecho desde una perspectiva feminista» en el que ellas no son objeto de estudio, sino sujeto. La búsqueda trata de «mezclar las condiciones de opresión y dominación» con «la mirada feminista que se añade a la simple perspectiva de género». En su carrera ha analizado las relaciones de poder que generan la invisibilidad de las mujeres, las formas de opresión, así como también sus luchas y consecuencias.
Lagarde es conocida por su actuación en el ámbito político y social, por denunciar la violencia contra las mujeres y por los instrumentos para erradicarla y sensibilizar a la sociedad, consiguiendo, por ejemplo, que el feminicidio entrara en la legislación mexicana y fuera tipificado como delito en el código penal mexicano. Como diputada puso el foco en la lucha contra la violencia contra las mujeres, especialmente en Ciudad Juárez, donde el mundo descubría con horror las violaciones y asesinatos de mujeres que se cometían y también se revelaba que eso mismo se producía en realidad en otros lugares de México y del mundo.
Lagarde es la propulsora del concepto sororidad, para poner nombre al compromiso entre las mujeres como base de su lucha contra los fenómenos de opresión, ha explicado Comas. Es una de sus mayores contribuciones como activista, la difusión de un término transformador, porque «posibilita la creación de espacios propios en los que las mujeres pueden crear nuevas posibilidades de vida».
La mirada feminista es la que ha hecho posible contribuir con fuerza a avanzar en la erradicación de la violencia contra las mujeres, en su sentido más amplio. Sobre esta violencia y opresión ejercida sobre las mujeres, ha tratado Lagarde en su discurso, partiendo del escenario que ha propiciado la pandemia, que ha acentuado las desigualdades e injusticias de género.
«Desde la causa de las mujeres -ha argumentado- hay una similitud entre pandemia y violencia. Si se analizan articuladas, comparten características, se potencian, las mujeres se fragilizan y también se hacen más frágiles los avances positivos construidos entre mujeres y hombres para la igualdad en democracia». Así, por ejemplo, «se ha vuelto a la oposición binaria antagónica sobre la base de la doble jornada para las mujeres». Mientras que, cambios propuestos para afrontar la pandemia son los que el movimiento feminista ya había «articulado hace siglos para abolir la opresión y la privación de género, como la creación de un sistema integral de curas, el desarrollo de una economía solidaria sostenible y la urgencia de liberar las mujeres de cargas laborales».
Por eso, Lagarde ha hecho una férrea defensa del feminismo, que «ha demostrado que es urgente poner fin a un orden social depredador del medio ambiente, la economía y el patrimonio sociocultural». En este sentido, ha asegurado que, desde la mirada antropológica, «la más grande aportación de las mujeres como género en el mundo, es el feminismo, en crear mentalidades, valores, derechos, libertades, conciencia crítica, concepciones del mundo y modos de vida para vivir mejor». De hecho, así lo plantea el grupo de intelectuales que creó el paradigma del Desarrollo Humano Sostenible: Martha Nussbaum, Mahbub–ul–haaq y Amartya Sen, de quien la última doctora honoris causa por la URV, Lourdes Beneria, había hecho precisamente una glosa por su contribución a la economía feminista, y que cuantificó en 100 millones el número de niñas, niños y mujeres víctimas del feminicidio en Asia.
Marcela Lagarde ha recordado finalmente que el feminismo formula y forja el paradigma cultural de los derechos humanos, «es la noción de que todos y todas somos equivalentes e iguales», ha concluido.
Como muestra del recibimiento de la nueva doctora honoris causa a la comunidad científica de la URV, el rector le ha entregado a la madrina, Dolors Comas d’Argemir, el título que acredita la más alta distinción de la Universitat para Marcela Lagarde, la medalla y el birrete, así como los atributos que acompañan la distinción: el libro de la ciencia y la sabiduría, el anillo que se entrega como emblema del privilegio de sellar los dictámenes de la ciencia y la profesión, y los guantes blancos.
Pallarès ha destacado cómo las tres últimas nuevas doctoras honoris causa de la URV, Marcela Lagarde, Lourdes Beneria y Esperanza Martínez, han reivindicado desde tres campos del conocimiento diferentes (Antropología, Economía y Derecho) la erradicación del androcentrismo y la necesidad de encontrar soluciones interdisciplinares.
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