24/09/2024

Más proyectos para llevar la solidaridad de la URV al mundo

Concedidas ayudas a seis iniciativas que tienen el objetivo de ayudar al desarrollo de zonas desfavorecidas, como han hecho dos estudiantes de fisioterapia en el Nepal

Maria Albaigès, durante su estada de cooperación en una escuela de educación especial del Nepal.

La URV Solidaria, la entidad que coordina los proyectos de cooperación internacional para el desarrollo liderados por miembros de la comunidad universitaria, ha concedido ayudas a seis nuevas iniciativas, las mejor puntuadas de las que se presentaron a la última Convocatoria de Proyectos de Cooperación. La asignación, de entre 5.000 y 12.000 euros, cubre buena parte del presupuesto y les facilita la realización de unas tareas que llevan la solidaridad y la pericia de diferentes ámbitos de la URV a las zonas más desfavorecidas del mundo, siempre en colaboración con ONGs.

Entre los proyectos que se han beneficiado de las ayudas de la URV Solidaria, hay dos que están relacionados con la alimentación. Desde el Departamento de Ciencias Médicas Básicas, a través de la ONG Nutrición sin Fronteras con la cual colabora la URV, se lleva a cabo en Gambia un proyecto de formación para la conservación y transformación de alimentos para incrementar los mecanismos de resiliencia y hacer frente a la inseguridad alimentaria. Y, en el Senegal, el Departamento de Medicina y Cirugía colabora con la instalación de una pasteurizadora para facilitar la ingesta de lácticos, especialmente en niños y mujeres embarazadas en una región ganadera buena parte de la producción de leche de la cual se malogra por la carencia de infraestructura agroalimentaria.

La alfabetización de las mujeres de Udaipur, en la India, a través de las TIC, combinada con estrategias de capacitación laboral y emprendimiento, es el objetivo de un proyecto en que participa el Departamento de Derecho Laboral. Como las mujeres, los adolescentes y los niños son colectivos especialmente vulnerables en muchas regiones del mundo, y por eso el resto de proyectos que cuentan con las ayudas de la URV Solidaria los tienen como protagonistas, siempre alrededor de la educación y la formación.

En Perú se colabora, desde el Departamento de Derecho Público, en un proyecto de intercambio formativo de metodologías docentes transformadoras para promover la educación inclusiva y emocional de chicos y chicas de una casa de acogida de Cuzco; en Marruecos se hace el acompañamiento, la orientación y la inserción laboral de adolescentes y jóvenes que han abandonado el circuito escolar regular a través del programa Segunda Oportunidad-Nueva Generación, que cuenta con la colaboración del Departamento de Pedagogía, y en Tanzania se lleva a cabo, con la participación del Departamento de Gestión de Empresas, una iniciativa de acompañamiento educativo y desarrollo comunitario dirigido a la población infantil en situación de vulnerabilidad.

Ejercicios físicos de chicoas y chicas de la escuela del Nepal donde han colaborado las estudiantes de fisioterapia.
“Me ha ayudado a crecer personalmente”

Son proyectos solidarios sobre el terreno que enseguida recogen frutos y que, además, acostumbran a servir de gran aprendizaje para los mismos cooperantes. Es el caso de las estudiantes del grado de Fisioterapia de la URV Vera Peiró i Maria Albaigès, que han participado últimamente en un voluntariado internacional mediante el programa Colabora de la URV Solidaria. Concretamente, han tomado parte, durante dos meses, en un proyecto de formación en una escuela de educación especial del Nepal, con niños y niñas con discapacidad intelectual, que lleva a cabo la ONG Familia de Hetauda.

Su tarea ha consistido sobre todo en formar las fisioterapeutas locales en diferentes contenidos, como por ejemplo la anatomía, la fisioterapia respiratoria, el sistema músculo-esquelético…, tanto teóricos como prácticos. Para las dos, la experiencia ha sido muy positiva. Según María Albaigès, que buscaba ayudar a un país menos desarrollado y, al mismo tiempo, enriquecerse con otra cultura y gente nueva, la estancia le ha abierto los ojos y la mente: “Me ha hecho valorar las pequeñas cosas de mi día a día, y me ha permitido descubrir una sociedad que no habría conocido y a la cual le he cogido aprecio. Sobre todo, me ha aportado más seguridad en mí misma y me ha ayudado a crecer personalmente, puesto que muchas cosas las tenía que hacer sola y tenía que espabilarme.”

Vera Peiró, con niños y niñas de la escuela de educación especial del Nepal.
“Soy más valiente de lo que creía”

Para la María, lo mejor ha sido el trato con los niños y niñas de la escuela, “muy agradecidos, con mucha energía y ganas de disfrutar”, una opinión similar a la de Vera Peiró, satisfecha por todo el amor que ha dado y recibido y por haber aprendido que, a pesar de las diferencias entre las personas y las culturas, con todos los defectos de cada cual, hay que amarse y ayudarse los unos a los otros. “Es la manera de crecer, de hacer una nueva y mejor versión de nosotros mismos”, afirma.

Ella, pero, no esconde que ha sido una experiencia con momentos duros, lejos de casa y en un entorno diferente, pero en global está muy contenta de haber emprendido una aventura con la que buscaba superar un momento personal complicado y redescubrirse a sí misma. “Este viaje me ha hecho dar cuenta que soy más valiente de lo que creía, más fuerte de lo que aparento y más inteligente de lo que nunca hubiera pensado.”

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