¿Cuál debería ser el papel de la universidad en el diseño y la implantación de políticas de desarrollo regional?

Durante el mes de octubre se celebró en Bruselas la Semana Europea de las Regiones y las Ciudades, en la que estuvo presente la Cátedra Universidad y Región del Conocimiento.

Entre otras actividades, la Cátedra participó en el workshop «Universidades como agentes de cambio en regiones y ciudades», en que se destacó la importancia del rol de las universidades en el desarrollo regional. En concreto, se evidenció el éxito de aquellas regiones en que las universidades habían desempeñado un papel clave y determinante en la formación de ecosistemas de innovación.

En un mundo globalizado que cambia rápidamente, la única vía para ser competitivos y mantener un crecimiento sostenido y sostenible es el conocimiento. Las regiones deben ser capaces de transformar el conocimiento en innovación. Ciertamente, las universidades investigadoras son las máximas generadoras de conocimiento; todas ellas compaginan, de acuerdo con el modelo humboldtiano, la actividad docente e investigadora. Ahora bien, en función de su relación con la sociedad, se identifican tres tipos:

• Torre de marfil: se centra en la investigación y la docencia, y apenas contempla su relación con la sociedad.
• Universidad emprendedora: genera un nuevo valor incorporando la triple hélice a su modelo. En este sentido, asume la innovación como elemento para maximizar su potencial de transferencia del conocimiento y aumentar la competitividad del tejido productivo.
• Universidad cívica: desempeña un papel muy activo en el desarrollo regional, lo que se traduce en un impacto directo en la sociedad y la economía de su área de influencia. Integra las distintas misiones que tiene encomendadas a través de la cuádruple hélice y contribuye a dar respuesta a las necesidades de su entorno inmediato, así como a las tendencias globales.

A pesar de los numerosos indicios que acercan a algunas universidades al modelo de universidad cívica, y a los esfuerzos realizados por parte de la Comisión Europea para comunicar la importancia de las universidades como elemento clave en el desarrollo de estrategias de especialización inteligente de las regiones, no se han definido mecanismos formales para incluirlas en sistemas de gobernanza regional. En consecuencia, es necesario recordar que, en los sistemas regionales de conocimiento, las universidades se articulan como fuerza motriz del desarrollo económico y del progreso social.

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Un artículo de Aleyois Haro Peralta