Los datos de este estudio, impulsado por CIBERDEM, la URV y el IISPV, podrían abrir la puerta a nuevas estrategias preventivas y terapéuticas

Un nuevo estudio ha revelado nuevas evidencias sobre el papel del factor de diferenciación de crecimiento 15 (GDF15), una proteína que se produce en situaciones de estrés fisiológico, tanto en la enfermedad hepática esteatósica asociada a disfunción metabólica (MASLD) como en la enfermedad cardiovascular aterosclerótica. La investigación, publicada en la revista International Journal of Molecular Sciences, ha sido realizada por un equipo investigador liderado por CIBERDEM en el que también han participado la Universitat Rovira i Virgili (URV) y el Instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili (IISPV).

El equipo analizó los niveles de GDF15 en 156 pacientes con trastornos metabólicos y descubrió, a través de resonancia magnética nuclear, que esta citocina de respuesta al estrés está vinculada al daño hepático y también a un perfil aterogénico avanzado, una combinación de factores en sangre que aumentan el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. En concreto, observaron un aumento en la cantidad de partículas de lipoproteínas de muy baja densidad y su contenido en colesterol y triglicéridos. Además, los niveles elevados de GDF15 se asociaron con un mayor grosor de un marcador de aterosclerosis subclínica.

“Cada vez hay más evidencia que vincula el GDF15 con la enfermedad hepática esteatósica asociada a disfunción metabólica y el riesgo cardiovascular. Sin embargo, la posible relación entre los niveles circulantes de GDF15 y las características clave de la MASLD que predisponen a la enfermedad cardiovascular aterosclerótica no se conoce completamente”, explica Ricardo Rodríguez-Calvo, investigador de la Unidad de Lípidos y Arteriosclerosis (URV-IISPV) y del CIBERDEM.

El estudio profundizó en el papel de los niveles circulantes de la proteína GDF15 en las alteraciones metabólicas hepáticas y en la enfermedad aterosclerótica: “El GDF15 se relacionó con la lesión hepática y marcadores inflamatorios, y aumentó la probabilidad de esteatosis hepática en un grupo de pacientes metabólicos”, afirma Josefa Girona, investigadora de la Unidad de Lípidos y Arteriosclerosis (URV-IISPV) y del CIBERDEM.

Tras 10 años de seguimiento, se observó que los pacientes que desarrollaron enfermedad cardiovascular aterosclerótica tenían niveles basales de la proteína GDF15 significativamente más altos que aquellos que no desarrollaron la patología. Esto, según los investigadores, podría sugerir que esta proteína desempeña un papel clave en los mecanismos que vinculan la MASLD con el riesgo cardiovascular.

Los autores consideran que estos hallazgos “aportan nuevas perspectivas sobre la relación entre la MASLD y el riesgo cardiovascular, centrándose en el papel de GDF15 en ambas patologías. Esto podría abrir la puerta a nuevas estrategias de prevención y tratamiento de enfermedades metabólicas y cardiovasculares”. No obstante, también señalan que son necesarios estudios moleculares adicionales para aclarar el papel causal de la proteína GDF15 en el riesgo cardiovascular asociado a la enfermedad.

Referencia bibliográfica: Girona, J., Guardiola, M., Barroso, E., García-Altares, M., Ibarretxe, D., Plana, N., Ribalta, J., Amigó, N., Correig, X., Vázquez-Carrera, M., Masana, L., & Rodríguez-Calvo, R. (2025). GDF15 Circulating Levels Are Associated with Metabolic-Associated Liver Injury and Atherosclerotic Cardiovascular Disease. International Journal of Molecular Sciences, 26(5), 2039. https://doi.org/10.3390/ijms26052039