Los estudiantes del Máster Internacional en Innovación en Enoturismo se forman en el enoturismo y el marketing, la producción de vino y el patrimonio cultural para mejorar el desarrollo del turismo del vino. Ahora emprenden el camino hacia Burdeos y Oporto después de su estancia en la URV

Hasta 175 estudiantes de 44 nacionalidades distintas se han formado a través del Máster Internacional en Innovación en Enoturismo (Wintour) y contribuyen a las innovaciones en el desarrollo del turismo del vino. La séptima promoción de estudiantes ha realizado hoy la última sesión en la Universitat Rovira i Virgili, que coordina el máster, y emprenderán el camino hacia la Universidad de Burdeos (Francia) y la Universidad de Oporto (Portugal).

Han trabajado en la bodega experimental de Mas dels Frares, la finca que gestiona la Facultad de Enología, para dejar preparado el vino espumoso que destaparán el día de su graduación. Ellos mismos cosecharon las uvas en septiembre y hoy han añadido levaduras al vino de base ya dentro de la botella para que comience la segunda fermentación seguida de una crianza hasta junio del 2024. Es el tiempo que necesitarán para acabar de adquirir todos los conocimientos de una enseñanza que recibe cerca de 300 solicitudes al año. Sólo 25 pueden ser aceptados y, de éstos, la mayoría disfrutan de una beca Erasmus Mundus, que otorga la Unión Europea.

Marina Credendio Eiras es una de ellas. Trabajó en la importación de vinos y la industria de bebidas alcohólicas en Brasil, su país de procedencia, y estudió en Italia para ser sumiller. «Tenía trabajo estable pero tenía claro que quería estudiar en el Wintour», explica, hasta el punto de solicitar plaza durante tres años. Este curso lo ha logrado. «El hecho de que sea pluridisciplinar es lo que más me gusta y en dos años -lo que dura la formación- puedes aprender de todos los ámbitos», añade.

Patti Wilcox, que dirige la sidrería Awestruck Ciders en su Nueva York natal, es también productora en WineMasters.tv., donde realizó las prácticas del máster, y fue galardonada como la mejor estudiante de la promoción 2020-2022. Explica que lo que diferencia a éste de otros programas de máster es el aprendizaje basado en la experiencia práctica. «El primer semestre en Tarragona hicimos prácticas en el viñedo, la bodega y el laboratorio de la Facultad de Enología de la URV. Aprendimos el verdadero trabajo que supone hacer vino: requiere un gran esfuerzo físico, una aplicación esmerada de los principios científicos y muchos años de experiencia y habilidad. Esta educación vivencial continuó con visitas de campo a decenas de bodegas de los tres países donde nos formamos”. Concluye que «combinar estas experiencias de la vida real con estudios académicos en enología, cata de vinos y turismo sostenible nos ayudó a convertirnos en auténticos expertos en el ámbito del enoturismo».

Experiencia internacional e inserción laboral

Las asignaturas, las salidas de campo y las prácticas que ofrece el Wintour se articulan en tres ejes: el enoturismo y el marketing, la producción de vino, y el patrimonio cultural en torno al vino. Así, los perfiles de estudiantes también son diversos: aunque cerca de un tercio son enólogos, el resto provienen del sector turístico, de la gestión y dirección de empresas y también del ámbito de la comunicación.

La experiencia internacional es clave. Por eso, además de seguir el programa formativo en tres países productores de vino, el máster cuenta con profesorado invitado especialista en diferentes materias. Es el caso de Richard Marchal, profesor y jefe de laboratorio de Enología y Química Aplicada de la Universidad de Reims, en la región de Champaña-Ardennes, una de las regiones más despobladas de Francia pero donde el sector del champán emplea a 13.000 personas.

En la sala de cata de la Facultad de Enología de la URV, Marchal junto a Joan Miquel Canals, profesor de la URV especialista en vinos espumosos, realizaron una clase de producción de vinos espumosos y la cata de dos vinos de la región de la Champaña. Analizaron su apariencia, nariz y paladar, conocimientos que muchos de los estudiantes acabarán aplicando en su futuro profesional.

Uno de ellos es Mattia Oberto, graduado en Enología y procedente de la región vitivinícola de Langhe, en el Piamonte italiano. Quiere continuar y expandir el negocio familiar y para ello es necesario formarse en aspectos muy diversos que permiten ganar competitividad en el sector. «Me gustaría combinar la producción de vino con el negocio turístico de mi padre, un bed&breakfast y restaurante». Por eso valora especialmente interesantes las salidas de campo que les permiten conocer de primera mano la experiencia de productores locales y de gestores turísticos que han casado enoturismo y desarrollo local. Desde Tarragona han visitado bodegas y patrimonio de las DO Conca de Barberà, Priorat, Terra Alta, Penedès y Rioja.

La vinculación con las empresas del sector es relevante: los estudiantes realizan el trabajo de fin de máster en el lugar donde realizan las prácticas, que, en muchos casos terminan con un contrato laboral. De hecho, la inserción laboral es rápida. Gemma Beltran, coordinadora del máster Wintour, detalla que la mayor parte de estudiantes trabajan ya a menos de cuatro meses de haber finalizado sus estudios. También «los hay que vienen con la idea de ser freelance y crear su empresa o consultoría y los hay que se quedan en una de las tres ciudades donde realizan el máster, Tarragona, Burdeos o Oporto».

Patti Wilcox es un ejemplo. Después de realizar las prácticas en WineMasters.tv, una productora de los Países Bajos, sigue trabajando en ella. De esta experiencia salió el Trabajo de Fin de Máster y apunta que «muchas de las lecciones que aprendí a lo largo del programa Wintour todavía entran en juego en mi trabajo», como planificar viajes, trabajar en equipo y comunicarse con bodegas para la redacción de guiones y la planificación de la producción audiovisual.

Otros estudiantes a lo largo de las siete ediciones del máster han realizado trabajos para contribuir a la mejora de la innovación de las empresas y sector enoturístico, como un análisis y propuesta de mejora de la calidad de la oferta turística del Priorat, una propuesta para hacer frente a los ciclos económicos de la industria vinícola para una bodega, o una propuesta para lanzar el turismo del vino y del aceite.

Además, quienes ya estaban vinculados a un negocio pueden mejorarlo, como explica Wilcox: “en Awestruck Ciders hemos reescrito el guión de la visita para responder a lo que los clientes realmente quieren ver; hemos actualizado nuestros planes de marketing y comunicación para atraer más directamente a nuestro público objetivo, y hemos trabajado para colaborar con otras empresas locales para promover un turismo de bebidas responsable y sostenible en nuestra región».

Ahora es el turno de la séptima promoción, que, con el embotellado de su espumoso, cierran también una etapa del máster para encarar las experiencias que vendrán. Serán los próximos embajadores del vino, una nueva profesión que combina los conocimientos en enología, turismo y patrimonio que contribuye al conocimiento y desarrollos de los territorios vinícolas.