11/12/2017

La visión de la región del conocimiento. La opinión de Josep Poblet, Josep Fèlix Ballesteros y Carles Pellicer

La generación de conocimiento y opinión en este ámbito se ha manifestado a partir de entrevistas a diferentes representantes políticos de la región

Cataluña Sur reúne todas las características para desarrollarse como región del conocimiento. Esto implica la voluntad de aplicar la política regional europea de cohesión y diseñar un sistema de gobernanza que facilite la toma de decisiones estratégicas a nivel regional. Además, la región del conocimiento se configura como una oportunidad para generar riqueza y, por tanto, para mejorar la calidad de vida de las personas que habitan en su territorio. En este sentido, el alcalde de Tarragona, Josep Fèlix Ballesteros, sostiene que “el bienestar y el aumento de las oportunidades vitales de las personas pasa ahora por un desarrollo territorial”.

Ahora bien, ¿qué ventajas aporta el que Cataluña Sur sea una región del conocimiento? Josep Poblet, presidente de la Diputación de Tarragona, explica que ser región del conocimiento “significa que nuestra sociedad cuenta con una dinámica, con una actividad social y económica basada en el conocimiento y que, por tanto, es más rica y competitiva”. Por su parte, Ballesteros destaca la importancia de un modelo socioeconómico dirigido a la innovación, mientras que Carles Pellicer, alcalde de Reus, sostiene que Cataluña Sur, “al margen del área metropolitana de Barcelona, es el motor económico más importante del país y dispone de una economía diversificada que debe tomar el control de su política de innovación, si se quieren aprovechar bien los retos que se plantean”. En este sentido, Pellicer concreta el impacto económico que supondría ser región del conocimiento en “más empresas tecnológicas, más talento local, más atracción de talento internacional, más I+D y más puestos de trabajo de calidad”.

Los representantes públicos de la región coinciden al señalar algunas de las singularidades de la región. Así, destacan su “situación estratégica, que la hace poseedora de infraestructuras como el Puerto de Tarragona o el Aeropuerto de Reus; al mismo tiempo, constituye uno de los principales puntos del futuro Corredor del Mediterráneo”; a esas infraestructuras añaden una economía diversificada, pero con sectores diferenciados, como “la química, la energía, la industria agroalimentaria, el turismo y el patrimonio histórico y natural”. Finalmente, esos sectores se ven reforzados por los clústeres y las infraestructuras de conocimiento (parques tecnológicos, centros tecnológicos, centros de innovación…) y el papel que desarrolla en materia de investigación la Universitat Rovira i Virgili.

Los sectores económico y social

Una de las inquietudes más relevantes es la participación del tejido empresarial e industrial en la economía del conocimiento, que haría emerger ámbitos de especialización e impulsaría las inversiones de I+D+I y la internacionalización. Poblet, por ejemplo, indica que “el hecho de convertirse en región del conocimiento supondría un valor añadido para el tejido empresarial en lo que respecta a la apertura de mercados”. E insiste: “a las empresas les corresponde el papel más determinante: son las que crean riqueza, y si su actividad está más basada en el conocimiento, generan aún más riqueza”. Además, “las inversiones posibilitarían un incremento de la competitividad de las empresas y de los centros tecnológicos”. Por otro lado, Ballesteros defiende la necesidad de “posicionarse competitivamente en una economía cada vez más compleja y globalizada”, así como motivar a “estos sectores económicos para construir una región del conocimiento”. Por su parte, Pellicer sostiene que la región del conocimiento podría incorporar realidades socioeconómicas diversas “y ganar volumen y generar economías de escala”.

El sistema de gobernanza y el sistema de la cuádruple hélice

La necesidad de articular un sistema de gobernanza que facilite la coordinación entre actores y, por tanto, la toma de decisiones estratégicas es uno de los retos principales de la región del conocimiento. A este respecto, Ballesteros explica que el hecho de no tener un sistema de gobernanza “ha sido uno de nuestros puntos débiles frente a otras regiones económicas” y añade que en ningún caso “se trata de generar nuevas instituciones, sino de generar espacios de diálogo y consenso que permitan un desarrollo territorial que aproveche todas nuestras potencialidades, que son muchas”. Por el contrario, Pellicer defiende la necesidad de contar con una institución dedicada a este proyecto y apunta que “lo que tiene más sentido es que este proceso lo lidere la Diputación, por su carácter regional, con el apoyo de los municipios más grandes y de la Universidad”. La visión de Poblet en torno a la dinámica de la gobernanza se basa en la necesidad de diseñar, acordar y ejecutar el modelo en el que se debe asentar el futuro de la región para considerar después el papel que deberá tener en él la Diputación.

El modelo de la cuádruple hélice[1] es una constante en el proceso de configuración para garantizar el éxito de la región del conocimiento. Por tanto, un sistema que incluya la administración pública, el sector privado, el ámbito académico y la sociedad civil permitirá “mejorar la calidad regional de todos los sectores implicados, tanto económicos como sociales”, señala Poblet. En el mismo sentido, Ballesteros destaca que la “participación directa de la ciudadanía es una de las claves del proceso de transformación que estamos viviendo. […] La participación, la transparencia y las formas de gestión colaborativa tienen un papel clave en la definición de estrategias para articular una verdadera región del conocimiento”. En una línea similar, Poblet destaca la voluntad de “establecer puntos de contacto y encuentro con los diversos actores, de forma que puedan interactuar y aportar nuevas ideas” y puntualiza que es necesario dotarse de “plataformas de participación que permitan la elaboración de visiones compartidas y garanticen el seguimiento y la evaluación de proyectos estratégicos”. Por eso, Pellicer señala que “es necesario difundir y dar a conocer al público en general y a los sectores económicos en particular” el proyecto. De hecho, el alcalde del consistorio reusense destaca que los agentes políticos y las instituciones públicas deben liderar este proceso: “debemos liderarlo: debemos estar al frente para hacerlo realidad”.

Hacia la región del conocimiento: evolución de futuro

Para finalizar, los tres cargos dieron su opinión acerca de la evolución de Cataluña Sur como región del conocimiento. Los tres comentaron los retos alcanzados a lo largo de estos años y la implicación de la Universitat Rovira i Virgili, que, como institución de educación superior, a través de su Estatuto y, más concretamente, de su tercera misión,[2] ha desarrollado una dinámica de cohesión y sostenibilidad en todo el territorio en el que tiene presencia, mejorando y generando riqueza en su entorno. En concreto, Poblet ve en la región del conocimiento “la identificación de la oportunidad de especialización inteligente del territorio que facilitará el posicionamiento de Cataluña Sur y la consecución de los objetivos establecidos, que serán claves en un futuro próximo para el despliegue armónico, cohesionado y sostenible de este proyecto”. Y añade: “algunos de estos objetivos son la creación de nuevos puestos de trabajo vinculados al conocimiento, la articulación de una nueva industria basada en el conocimiento, el refuerzo de la competitividad de los sectores productivos y la mejora de la cohesión social”. Además, los tres coinciden en la voluntad de trabajar en esta dirección para conseguir el desarrollo de la región del conocimiento en Cataluña Sur.

En definitiva, los tres líderes subrayan que el camino hacia la especialización inteligente supone la oportunidad de dotarse de herramientas de decisión conjunta que faciliten la aplicación de políticas europeas e impulsen nuestro desarrollo como región.

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[1] El modelo de la cuádruple hélice se basa en las relaciones entre universidad, gobierno e industria para la aplicación de iniciativas locales. A este modelo se le añadió un nuevo actor: la sociedad civil (Yawson, 2009). Diversos autores defienden que las relaciones entre actores fomentan el desarrollo y la generación y difusión de conocimiento. En este sentido, el modelo de la cuádruple hélice se ha orientado mayoritariamente a estrategias de especialización inteligente.

[2]La Universidad Rovira i Virgili se ha caracterizado por su compromiso con el territorio y la sociedad a través del Plan Estratégico de la Tercera Misión, el cual impulsa el desarrollo regional de las comarcas meridionales de Cataluña mediante la transmisión de conocimiento.

 

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