07/09/2022

Las aulas y laboratorios docentes incorporan medidores de la calidad del aire y alertan cuando es baja

Los aparatos permiten saber cuándo es necesario ventilar espacios y ayudan a mejorar así la eficiencia energética

Un medidor fijo de la calidad del aire en un laboratorio del campus Sescelades.

La calidad del aire es uno de los parámetros que se tienen en cuenta a la hora de evaluar las condiciones de trabajo en un espacio de trabajo o docente, al igual que se considera la temperatura o la iluminación. Además tiene incidencia sobre la propagación de enfermedades que se transmiten a través de los aerosoles, como ocurre con el contagio por COVID-19, por lo que la pandemia puso aún más de relieve la necesidad de una correcta ventilación, especialmente en los espacios docentes porque se reúne un mayor número de personas.

Para combinar los niveles adecuados de calidad del aire y de confort térmico es necesario saber en qué momento es necesario abrir ventanas o cuándo se pueden mantener cerradas para no perder la climatización y mejorar así la eficiencia energética de los edificios, ya que la renovación total del aire de un espacio se realiza con la suma de la ventilación natural y la ventilación forzada.

Aparatos que avisan cuando es necesario ventilar el espacio

En este contexto, y como parte del Plan de mejora de la renovación del aire en los espacios de la URV, la Universitat está extendiendo en todas las aulas y laboratorios docentes lo que el curso pasado se inició como prueba piloto: la instalación de aparatos que miden el CO2  (medida utilizada como indicador de la calidad del aire) y que emiten una alerta cuando la calidad del aire no es buena durante más de 15 minutos, indicativo que hay que ventilar el espacio.

Ya se han instalado 180 entre el campus Catalunya y parte del campus Sescelades, y al finalizar el despliegue habrá 600 en todos los campus.

El aparato emite una luz verde, naranja o roja en función del nivel de calidad del aire, y se activa el sonido cuando durante 15 minutos consecutivos se mantiene una mala calidad según los parámetros del Reglamento de instalaciones térmicas de los edificios (RITE).

Los dispositivos instalados indican la calidad del aire de dos formas: con luces de colores, como un semáforo, en las que la luz roja se enciende cuando el CO2 supera el límite de las condiciones de bienestar establecido por normativa, y con una alerta sonora cuando el nivel de baja calidad del aire permanece durante 15 minutos.

Un prototipo propio que recoge datos y admite nuevas funcionalidades

Los dispositivos son un prototipo que Oriol Lorenzo, químico de formación y técnico de telecomunicaciones y administración de sistemas informáticos del Personal de Administración y Servicios de la Universitat, desarrolló para su uso personal durante los primeres meses de la pandemia y que posteriormente cedió a la URV. A diferencia de los que existen en el mercado, estos instrumentos pueden integrar nuevas funcionalidades o ser modificados en función de las necesidades, no requieren el uso de red de un operador externo, sino que se integran en la red de la propia URV, y se gestionan de forma centralizada.

Esto permite recoger datos de forma continuada y, a la vez, analizar donde se producen incidencias para intervenir, ya sea cuando se trata de un lugar donde la concentración de de CO2 es reiteradamente alta o ya sea cuando existe un problema de funcionamiento del aparato.

Laboratorio del campus Sesceladas con el aparato medidor de CO2.

El desarrollo del aparato ha contado con el asesoramiento del Servicio de Recursos Materiales de la Universitat, que también está realizando su instalación y seguimiento, además de técnicos del Departamento de Ingeniería Electrónica, Eléctrica y Automática y la Oficina de Prevención de Riesgos Laborales, y de los investigadores Alex Arenas, Francesc Borrull y Eduard Llobet, de los departamentos de Ingeniería Informática y Matemáticas, de Química Analítica y Química Orgánica, y de Ingeniería Electrónica, Eléctrica y Automática, respectivamente.

Contribuyen a mejorar la eficiencia energética de los edificios

La instalación de los 600 medidores fijos en los espacios docentes forma parte del Plan de mejora de la renovación del aire en los espacios de la URV, pero no es la única medida. De hecho, complementarán las mejoras en ventilación natural y ventilación forzada que se han realizado en los últimos años puesto que los medidores ayudarán a determinar cuándo se pueden abrir y cerrar ventanas para renovar el aire o para preservar el calor o el frío cuando las temperaturas no son moderadas en el exterior.

Así, el Servicio de Recursos Materiales ha cambiado ventanas, ha mejorado las aperturas y facilitado su uso con motores eléctricos, especialmente en aquellos sitios en los que la ventilación natural es la única disponible. En cuanto a la ventilación forzada, desde el inicio de la pandemia se han revisado y programado los equipos para adecuarlos a la nueva situación, haciendo que no haya recirculación de aire, que el arranque de los aparatos se produzca dos horas antes de la apertura de los centros y que la extracción de aire de los lavabos funcione a todas horas.

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