25/02/2021
Los campamentos neandertales de la Cova de les Teixoneres mantuvieron su estructura básica durante más de 20.000 años
Así se constata en un estudio que ahora se publica en la revista Scientific Reports en el cual han participado miembros del IPHES-CERCA y de la URV formando parte de un equipo internacional
Así se constata en un estudio que ahora se publica en la revista Scientific Reports en el cual han participado miembros del IPHES-CERCA y de la URV formando parte de un equipo internacional
Realizamos un viaje al pasado y nos remontamos a hace 50.000 años. Una pequeña comunidad neandertal transita por los densos bosques de pinos y robles de la zona que hoy conocemos como el Moianès (Barcelona). Se acercan a una cueva de dimensiones reducidas, y mientras unos descargan los bártulos, otros se preparan para encender un fuego en el centro de la entrada en torno al cual se desarrollarán gran parte de las actividades domésticas.
Esta escena cotidiana, que podría darse en cualquier campamento humano actual, fue común ya en el mundo neandertal. Así lo pone de manifiesto un estudio publicado ahora en la revista Scientific Reports donde se analizan los materiales procedentes de los niveles arqueológicos de la Cova de les Teixoneres de Moià datados entre los 60.000 y los 40.000 años de antigüedad. El estudio hace hincapié en la distribución espacial de los objetos recuperados: herramientas de piedra, fragmentos de huesos y dientes de animales comidos, restos de las fogatas e, incluso, la disposición de las piedras de caliza caídas del techo y las paredes. “Se trata de un estudio transdisciplinar de gran complejidad que intenta poner en común los datos procedentes de disciplinas tan distintas como la geocronología, la estratigrafía, los estudios sobre tecnología lítica y de la fauna”, afirma Jordi Rosell, investigador de la Universidad Rovira i Virgili (URV) adscrito al Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES-CERCA). “En total el estudio incluye un total de 38.244 ítems arqueológicos y 5.888 bloques de caliza”, añade.
La Cova de les Teixoneres era conocida como yacimiento arqueológico desde los años 50 del pasado siglo, cuando fue interpretado como un cubil de carnívoros, principalmente de hienas de las cavernas. Aun así, las primeras investigaciones detectaron indicios de presencia humana, aunque los consideraron ocasionales y de poca entidad. Sin embargo, estas escasas evidencias llamaron la atención de personal investigador del IPHES, quienes en 2003 decidieron iniciar un programa de excavaciones sistemáticas en la cueva con la intención de recopilar datos sobre los modos de vida de las últimas comunidades de neandertales.
Las excavaciones recientes han puesto de manifiesto las reiteradas visitas de grupos de neandertales a la cueva desde hace más de 200.000 años hasta su desaparición como especie humana hace 35.000 años aproximadamente. “Desde el principio pensamos que los campamentos humanos, en caso de haberse producido, se situarían en la entrada de la cueva, y no en el interior. De este modo podrían aprovechar la luz del día y evitar las concentraciones del humo de las hogueras”, prosigue Jordi Rosell. “Dentro de las cuevas sólo habría oscuridad y humedad, y resultaría un entorno hostil para estancias prolongadas”, asegura el mismo investigador.
“Los carnívoros, sobre todo las hienas, son los únicos que utilizaban las galerías interiores de la cueva”, apunta Ruth Blasco, coautora del trabajo e investigadora también del IPHES. “Por esta razón, los primeros investigadores, que efectuaron algunas catas en las zonas más internas, concluyeron que Teixoneres era un cubil de hienas”, insiste. “Ahora, con este trabajo, hemos visto que las ocupaciones humanas en Teixoneres fueron mucho más frecuentes de lo que pensábamos, y que hubo modelos muy distintos: desde ocupaciones de muy corta duración, auténticos vivacs, hasta campamentos de duraciones más largas, de varias semanas o quizás de meses. El denominador común a todas ellas es su posición exclusivamente en la entrada de la cavidad y el fuego como elemento central y catalizador de las actividades domésticas”, resume la investigadora.
“Ha sido un trabajo lento y costoso que ha requerido la implicación de muchos especialistas”, explica Jordi Rosell. “Contrastar toda la información aportada por las diferentes disciplinas no es fácil, pero ha valido la pena. Ahora tenemos elementos básicos para seguir profundizando en el comportamiento de las poblaciones neandertales de esta área geográfica y compararlo con el de otras regiones. Por nuestra parte, podemos aportar a la discusión que la estructura básica de los campamentos de los neandertales no varió en más de 20.000 años, independientemente de la duración de las ocupaciones. Por el momento, lo único que hemos visto es un mayor requerimiento espacial en aquellos niveles con ocupaciones de mayor integridad, de mayor duración, pero eso podría relacionarse más con un número mayor de miembros del grupo que con cambios sustanciales en la estructura de los campamentos”, concluye Jordi Rosell.
Referencia bibliográfica
Zilio, L., Hammond, H., Karampaglidis, T., Sánchez-Romero, L., Blasco, R., Rivals, F., Rufà, A., Picin, A., Chacón, M. G., Demuro, M., Arnold, L. J., Rosell, J., 2021. Examining Neanderthal and carnivore occupations of Teixoneres Cave (Moià, Barcelona, Spain) using archaeostratigraphic and intra-site spatial analysis. Scientific Reports 11, 4339.