01/08/2023
Los estudiantes de la URV, Daniel Huete y Jaume Ferré, distinguidos por el Ministerio de Universidades entre los más brillantes de España
Han recibido el segundo Premio Nacional de Fin de Carrera de Psicología e Ingeniería Mecánica, respectivamente
Han recibido el segundo Premio Nacional de Fin de Carrera de Psicología e Ingeniería Mecánica, respectivamente
Daniel Huete Pérez y Jaume Ferré Bigorra han recibido el segundo Premio Nacional de Fin de Carrera, que el Ministerio de Universidades ha otorgado este curso a los estudiantes de la promoción 2016-17 para reconocer a los alumnos más brillantes de España en cada uno de los grados.
Daniel Huete, que actualmente es doctorando de la URV del Grupo de Investigación en Psicolingüística, hizo el grado en Psicología motivado por las ganas de entender la mente y la conducta humana. En la URV descubrió todas las áreas en las cuales la psicología tiene un papel relevante, no únicamente la clínica, sino también la básica y experimental, la jurídica y forense, la educativa, la organizacional, la psicobiología y la neuropsicología, entre otras. Pero la aportación más relevante fue para él «el fomento del pensamiento crítico y de la evaluación de la evidencia empírica, que es una competencia transversal muy necesaria en estos tiempos de posverdad y desinformación».
Este ámbito de la ciencia le interesó tanto que, después de hacer el máster en Envejecimiento y Salud y de haber trabajado durante dos años fuera de la academia, consiguió un contrato predoctoral para investigar sobre «por qué las personas creemos en cosas que no tienen una base empírica sólida, como los hechos paranormales, las pseudociencias y las teorías conspirativas. Estamos explorando si hay algún patrón diferencial por lo que respecta al procesamiento del lenguaje en función del grado de creencia en estos temas».
Para él, el Premio Nacional de Fin de Carrera de Psicología es una forma de reconocimiento de «el esfuerzo y la dedicación que requiere un expediente académico», pero remarca que el azar también es importante: «No podemos atribuir los éxitos solamente al esfuerzo, la capacidad o cualquier otra variable interna porque hay muchos más condicionantes que se escapan de nuestro control y también influyen en el rendimiento académico, como el hecho de poder dedicarme únicamente a estudiar y no tener que trabajar durante el curso, no tener responsabilidades familiares o tener un espacio donde poder estudiar tranquilamente. Las circunstancias personales son críticas y no las podemos obviar ni compararnos sin tenerlas en cuenta».
Asimismo, consciente de los condicionantes externos y el apoyo para alcanzar un buen rendimiento, Daniel Huete también apunta la necesidad de mejorar las condiciones del personal de la Universidad y agradece el apoyo recibido por los investigadores de la URV y de otras universidades que trabajan con él.
Jaume Ferré también continuó la carrera académica cuando acabó el grado en Ingeniería Mecánica en la Universidad Rovira i Virgili. Cursó el máster en Ingeniería Industrial en la UPC y empezó el doctorado, pero decidió reenfocar su camino profesional hacia la industria. Actualmente, trabaja en el departamento de sistemas de fluidos de Westinghouse Electric, donde participa en el diseño de un reactor nuclear avanzado de menor coste y capacidad que los existentes para poner en marcha una nueva central en los Estados Unidos.
Afirma que el grado en Ingeniería Mecánica le aportó una base sólida de conocimientos técnicos y, a su vez, le permitió desarrollar habilidades necesarias para el mundo laboral, como la resolución de problemas, el pensamiento crítico o el trabajo en equipo, lo cual ha sido «fundamental» para su desarrollo profesional.
Destaca tres factores: en primer lugar «el gran abanico de posibilidades de la carrera, que te capacita para trabajar en cualquier ámbito donde se requieren conocimientos de termodinámica, mecánica de materiales, mecánica de fluidos o dinámica de sistemas»; en segundo lugar, la combinación entre teoría y práctica. «Desde las clases de teoría y resolución de problemas a sesiones de laboratorio y materias como el proyecto integrador, donde podíamos poner en práctica todo aquello que habíamos aprendido anteriormente». Y, finalmente, el profesorado: «Tuve muy buenos profesores, no solo por sus conocimientos, sino por su interés y dedicación para que aprendiéramos».
Haber obtenido el segundo Premio Nacional de Fin de Carrera de Ingeniería Mecánica es para él una recompensa al esfuerzo y «al hecho de no conformarme con obtener resultados aceptables», sino ir más allá en el aprendizaje.