11/10/2019 Opinión
Santiago J. Castellà, Profesor de Derecho y Relaciones Internacionales de la Universitat Rovira i Virgili
África llama a tu puerta
El Premio Nobel de la Paz 2019 ha sido para el joven primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed Ali, por impulsar el acuerdo de paz entre Etiopía y Eritrea
El Premio Nobel de la Paz 2019 ha sido para el joven primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed Ali, por impulsar el acuerdo de paz entre Etiopía y Eritrea
Es posible que sea una distorsión pensar que el Premio Nobel de la Paz es el más influyente de los premios –otros ramos profesionales pensarán lo mismo-, pero reconozcamos que resulta cuanto menos curioso e ilustrativo construir un relato de la historia contemporánea desde los Premios Nobel de la Paz. Y es que en Oslo deciden cada año poner el acento y los focos sobre alguna cuestión global. Ignoro si las casas de apuestas británicas –certero indicador estadístico del estado de ánimo (y de humor) global- tenían apuestas sobre el tema: pero si el año 2018 fue justamente feminista –al premiar al médico congoleño Denis Mukwege y a la kurdayazidí Nadia Murad por sus esfuerzos para acabar con el uso de la violencia sexual-, este año 2019 todo parecía indicar que tocaba sostenibilidad; este año olía a cambio climático y tenía nombre de esas nuevas generaciones que vendrán, en la persona de Greta Thunberg y en su cruzada mediática contra el cambio climático, que se nos viene encima a todos.
Y saltó la sorpresa: África llama a tu puerta. El joven primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed Ali, es el nuevo, y ya sempiterno, Nobel de la Paz 2019, por impulsar el acuerdo de paz entre Etiopía y Eritrea. Tras la independencia de Eritrea en 1993 y los primeros conflictos armados, una tensión latente hacía predecir que viviríamos en cualquier momento otra crisis humanitaria. Y en contra de las malditas predestinaciones que siempre nos hablan en África de fracasos e imposibles, aprendemos que las maldiciones se derrotan, y que las historias de la Historia no siempre terminan mal.
Y además sabemos que algo está pasando en África. Sigilosamente África llama a la puerta del mundo global con mucho que aportar. Cuando nos toca repensar en profundidad nuestra relación con el planeta y las relaciones con nosotros mismos, la llamada de África, que renace de las cenizas postcoloniales, nos retorna a saber que somos los autores de la historia que está por escribirse. Bienvenido así este Nobel y bienvenida África y la Paz.