12/11/2020 Opinión

Juan Antonio Duro Moreno, director de la Cátedra de Economía Local y Regional de la URV

«El turismo seguirá siendo una locomotora económica en Cataluña porque es competitivo y solvente»

El director de la Cátedra de Economía Local y Regional de la URV, Juan Antonio Duro, analiza la bajada "histórica" de la ocupación turística en Cataluña debido a la pandemia y defiende que no hay una dependencia económica excesiva del sector

El turismo rural ha sido el gran "ganador" en Cataluña, ya que en datos globales solo ha bajado un 3%. FOTO: Flickr

Se acostumbra a decir que de los fracasos también se obtienen aprendizajes. En el caso de la temporada turística, podríamos considerar que este verano esto ha sido así. Si atendemos a los resultados crudos, la valoración tiene que ser globalmente negativa. Con una bajada de la actividad histórica, el sector turístico y de ocio ha sido uno de los más afectados por la pandemia y por la consiguiente limitación de la movilidad, sobre todo la de carácter internacional. Con los datos correspondientes a los meses de julio, agosto y septiembre del 2020 cerrados, la reducción de la demanda en Cataluña ha sido de entre el 65 y el 75%, en función del indicador de demanda utilizado.

No obstante, la pandemia nos ha mostrado que los resultados han ido por barrios. Así, a nivel territorial hace falta subrayar que ha sobresalido la resiliencia de marcas turísticas como las Terres de l’Ebre y el Alto Pirineo y Arán, o como la provincia de Lleida en su conjunto. En el caso de las Terres de l’Ebre, por ejemplo, la demanda hotelera en verano ha bajado «solamente» un 25%, mientras que en el caso del Pirineo y Arán, esta bajada ha sido menor, de sólo un 12%.

Los resultados de la temporada turística están relacionados con el nivel de especialización previa de cada zona con el mercado doméstico

Si nos centramos en los datos turísticos globales, podemos constatar que Cataluña ha sido una de las regiones más afectadas del estado español, solo superada por las Islas Canarias, Madrid y las Islas Baleares. En este sentido, y en el caso concreto de la provincia de Tarragona, donde la disminución de la demanda hotelera en la Costa Dorada ha sido del 57% en viajeros, podríamos tener la tentación de afirmar que no se han hecho las cosas comparativamente bien. Una afirmación que no es cierta, ya que con los datos en la mano se puede demostrar que el grosor de los resultados de la temporada turística están relacionados con el nivel de especialización previa de cada zona con el mercado doméstico. Es decir, la temporada les ha ido mejor a las marcas y provincias catalanas que tradicionalmente se han decantado más por satisfacer la demanda doméstica, y esto también se ha notado en el resto del Estado.

En este sentido, y como consecuencia de esto, podemos decir que los resultados ya estaban predeterminados. Por lo tanto, si aislamos los efectos del peso del mercado internacional en la estructura de la demanda turística, Cataluña habría tenido una resiliencia por encima de la media española. De hecho, hemos podido constatar que si analizamos los datos del comportamiento del mercado doméstico en el país, la demanda «solo» se ha reducido un 25%, una bajada menor que la del grueso del resto de regiones del Estado. Si aislamos el peso del mercado internacional, también la Costa Dorada ha tenido unos resultados próximos a la media.

Por otro lado, a los campings les ha ido claramente mejor, con una resiliencia superior a la hotelera en toda Cataluña, e incluso habrían aumentado la demanda un 7% si analizamos la ocupación en términos del mercado doméstico.

Finalmente, el turismo rural ha sido el gran «ganador» del verano. El número de viajeros total que se decantan por los alojamientos de turismo rural solo ha bajado un 3% en el conjunto de Cataluña respecto al verano del 2019, y si analizamos el comportamiento del mercado doméstico se observa un incremento del 24%. De hecho, en lo que respecta al turismo rural, Cataluña sobresale y es la segunda región en resiliencia en lo que respecta al mercado total y la primera en el mercado doméstico.

De este verano hemos aprendido que todas las destinaciones se tienen que poner las pilas para fortalecer su resiliencia a corto, medio y largo plazo

¿Qué hemos aprendido de este verano para olvidar? Hemos aprendido las bondades de los territorios poco densos, la capacidad de resiliencia del mercado doméstico o la capacidad de atracción del los productos basados en la naturaleza. Y hemos aprendido que las destinaciones, todas, se tienen que poner las pilas para fortalecer su resiliencia a corto, medio y largo plazo.

Delante de la coyuntura actual, algunos expertos y opinantes han reflexionado sobre la excesiva dependencia económica del sector turístico. No puedo estar más en desacuerdo. El sector turístico en el territorio y en Cataluña seguirá siendo una locomotora económica en el futuro, porque es muy competitivo (internacionalmente), porque ha demostrado siempre que es un sector fuerte que forma parte de un sector empresarial solvente. No es casualidad que Cataluña encabece los rankings de competitividad turística internacional. ¿El problema no será que son otro sectores económicos los que no han hecho los deberes?

Para ampliar la información, podéis consultar el documento con el análisis de les datos.

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