04/02/2016
Un método permite alertar a los gobiernos de la manipulación de los tipos de interés interbancarios
Una investigación coordinada por el profesor Aurelio Fernández, del Departamento de Gestión de empresas de la URV, ha analizado la manipulación del índice LIBOR entre el 2007 y el 2009. A partir de la investigación, ha diseñado un método de predicción útil para vigilar a los mercados que se puede hacer extensible a otros tipos de intereses interbancarios
Una investigación coordinada por el profesor Aurelio Fernández, del Departamento de Gestión de empresas de la URV, ha analizado la manipulación del índice LIBOR entre el 2007 y el 2009. A partir de la investigación, ha diseñado un método de predicción útil para vigilar a los mercados que se puede hacer extensible a otros tipos de intereses interbancarios
Se trata de una herramienta de análisis estadístico de series temporales que alerta a los gobiernos sobre las señales del mercado. En un artículo publicado en la revista Philosophical Transactions of the Royal Society —la revista científica más antigua del mundo— los investigadores, coordinados por Aurelio Fernández, del grupo de investigación Mercados y Análisis Financiero de la URV, han permitido detectar un cambio de señal del índice LIBOR entre los años 2007 y 2009, un hecho que les ha abierto las puertas a diseñar un método que permite alertar a los gobiernos de la manipulación de los tipos de interés.
Del mismo modo que el euríbor es la tasa de interés de referencia en la zona euro para el mercado interbancario, existen productos como hipotecas o bonos del estado de otros países como Reino Unido o Estados Unidos, el coste de los cuales tiene como referencia la tasa LIBOR (London InterBank Offered Rate). Por tanto, pequeños cambios provocan ganancias o pérdidas muy importantes.
La tasa LIBOR la fija diariamente un grupo de dieciséis bancos de primera línea (Royal Bank of Scotland, Deutsche Bank, Barklays, etc.). Una entidad compiladora se pone en contacto cada día con sus responsables de financiación y les pregunta que, en el caso de que se tuvieran que endeudar con otro banco, a qué tasa creen que les haría el préstamo a un día, a una semana, a un mes, a tres meses, a seis y a doce meses. De sus respuestas se fija la tasa LIBOR. Es decir, se trata de una media de lo que estiman los bancos del valor al cual se endeudarían.
Durante la crisis, a los bancos no les interesaba decir que esta tasa subiría porque sería reconocer que no estaban bien financieramente. Al mismo tiempo, como los bancos invierten en muchos productos —como bonos con rendimiento ligados al valor del LIBOR—, les convenía en algunos momentos que fuera más alto o más bajo. Es aquí cuando el responsable de inversión del banco se comunicaba por correo electrónico con el jefe de financiación para decirle que interesaba que el LIBOR subiera o bajara y aquí reside la manipulación que hizo más de un banco, para responder a sus propios intereses. El año 2008, el diario Wall Street Journal publicó un artículo sobre estas prácticas irregulares y las autoridades de Estados Unidos y del Reino Unido descubrieron información en los ordenadores con la manipulación de los datos. Estos bancos, que reconocieron una conducta fraudulenta, fueron sancionados económicamente.
De una señal aleatoria a una de determinista
El grupo de investigación de la URV, junto con investigadores de universidades de Argentina y de Brasil, analizaron los datos del índice LIBOR desde 2001 hasta 2015 para poder detectar esta manipulación. La relevancia de la investigación recae en que trabaja exclusivamente con los datos del LIBOR y detectó las anomalías en esta tasa, estudiada como si fuera una señal. Si el índice se fija de forma competitiva, ya que cada cual tiene su opinión sobre el tipo de interés, los gráficos resultantes deberían mostrar un movimiento aleatorio —lo que se conoce como un ruido blanco, sin memoria y sin seguir ningún patrón—, mientras que cuando hay una manipulación sigue un patrón determinista: se manipula para llegar a un fin y este hecho queda patente en los gráficos de explotación de datos. Es decir, esta señal que debería ser aleatoria está contaminada por una señal determinista. Y esta detección se convierte en una señal de alarma de un comportamiento sospechoso. Los indicadores con los que trabajaron permitieron encontrar alrededor de los años 2007, 2008 y 2009 una señal que deja de ser aleatorio para pasar a ser determinista. Este hecho volvió a cambiar cuando los bancos fueron descubiertos.
Este método no sirve directamente para decir que hay una manipulación a la hora de fijar los tipos de interés, puesto que posiblemente no se podría presentar como una prueba ante un tribunal, pero sí que demuestra que ha cambiado el régimen estocástico —aleatorio— que gobierna el tipo de interés. Los investigadores consideran que este método puede servir a las autoridades para controlar el mercado, para tener un termómetro que los pueda alertar de una posible manipulación en etapas tempranas. Los investigadores cruzan también que, a pesar de que el euríbor está referenciado al euro y se fija mediante un grupo de bancos más amplio que el LIBOR, el mismo mecanismo puede servir para alertar el mercado de una posible manipulación, puesto que lo que se analizan son señales y haría falta únicamente variar los parámetros.
Referencia bibliográfica: Aurelio Fernández Bariviera, María Belén Guercio, Lisana B. Martinez, Osvaldo A. Rosso “A permutation information theory tour through different interest rate maturities: the Libor case”. Philosophical Transactions of The Royal Society A Mathematical Physical and Engineering Sciences, 11/2015. DOI: 10.1098/rsta.2015.0119.