A través de una página web se podrán consultar los días óptimos para realizar actividades recreativas en el litoral en función del tipo de deporte o del nivel de dificultad, entre otros aspectos

El cambio climático ha transformado el ecosistema litoral. Esta alteración también afecta a las actividades recreativas que tienen el mar y la costa como protagonistas. Surf, pádel surf, remo o kite surf son deportes que dependen de unas condiciones del clima cada vez más cambiantes. Ahora, un proyecto coordinado por el Centro en Cambio Climático (C3) del Departamento de Geografía de la Universitat Rovira i Virgili está analizando la variabilidad espacial y temporal de los recursos que el mar ofrece para la práctica de estos deportes. El objetivo es desarrollar una herramienta que permita la toma de decisiones climáticamente inteligentes donde se puedan consultar los días óptimos para la práctica de actividades de recreo náutico, se ofrezca información para desarrollar campañas que desestacionalicen y desconcentren la actividad turística sin perder de vista la búsqueda de sociedades, lugares y comportamientos sostenibles. Todo esto se ofrecerá a partir de una página web. El proyecto TURLIT-ODS se está desarrollando con la colaboración del Ayuntamiento de Calafell y el apoyo de la Diputación de Tarragona y la intención es que los resultados sean extrapolables a otras localidades costeras de la demarcación.

En la primera fase del proyecto, que comenzó hace medio año, el grupo investigador realizó un estudio previo tanto de la situación climática de la zona de Segur de Calafell y de los servicios que se ofrecen en su litoral. “Hay efectos del cambio climático que ya son palpables, como la gran afectación que sufren las playas como resultado de la urbanización que se encuentran en primera línea de costa. Cuando se produce un temporal, dado que el sistema de dunas ha sido modificado, éstas no pueden ejercer su función protectora de la costa”, explica Anna Boqué, una de las investigadoras que participan en este proyecto.

También se ha observado que la oferta de las actividades turísticas marítimas, en algunas ocasiones, se ciñen estrictamente a la temporada de verano: julio y agosto. El equipo investigador, a través del análisis de sus datos, ha comprobado que hay otros meses en los que es posible la práctica de estas actividades. «Queremos que las empresas y los municipios puedan aprovechar la demanda en meses como septiembre, en los que las condiciones para practicar pádel surf son óptimas», añade la investigadora. A la vez, a través de este proyecto también se quiere tomar conciencia de que los temporales provocan que algunas actividades se tengan que dejar de practicar.

Este próximo viernes, y en el marco del proyecto, está prevista una jornada de co-creación en el puerto de Segur de Calafell dirigida a administraciones, empresas y particulares interesados ​​en la práctica de estas actividades deportivas. En un primer lugar se quiere realizar una sesión de sensibilización sobre la problemática desde un punto de vista climático y entender, de forma rápida y sencilla, qué es el tiempo, el clima y en qué consiste el cambio climático. Posteriormente se buscarán soluciones conjuntas a las posibles amenazas detectadas.

El trabajo del grupo de investigación a partir de esta jornada será extraer la información obtenida y diseñar unos indicadores “que calcularemos con una metodología que hemos desarrollado, en la que intervienen datos atmosféricos, oceánicos, también algunos sobre aspectos sociales y los subiremos a una plataforma que sea accesible a todas las partes interesadas”, explica Boqué. El resultado será una página web de acceso público que incluya información de servicio para poder tomar decisiones. El deportista podrá conocer, por ejemplo, cuáles se espera que sean los días más óptimos para la realización de un deporte marítimo concreto teniendo en cuenta, entre otros aspectos, el nivel de experiencia. O una administración pública podrá decidir si organizar o no un evento deportivo en el mar en una época determinada consultando cuál es la tendencia a nivel climático que se espera para la temporada. También permitirá a las empresas que promueven actividades turísticas desestacionalizar y desconcentrar su oferta.

La aplicación de este proyecto también trata de cuidar aspectos medioambientales. «Promovemos que se realicen actividades que tengan el mínimo impacto posible en el territorio y tendremos en cuenta las zonas que sea necesario proteger para tomar soluciones basadas en la naturaleza», concluye la investigadora.