02/07/2021

52 miembros del IPHES-CERCA y de la URV participan en la campaña de excavaciones de Atapuerca que ha empezado esta semana

El grupo tarraconense coordina los trabajos arqueológicos de 5 yacimientos: El Mirador, Gran Dolina, Galería, Sima del Elefante y Cueva Fantasma

Primeros trabajos de excavación de este año. hoy 2 de julio en el nivel TD8 de Gran Dolina con los miembros del IPHES-CERCA y URV Palmira Saladié, Adriàn Arroyo, Andion Arteaga yAntonio Rodríguez-Hidalgo - Foto: Marina Mosquera - IPHES-CERCA/URV

Desde el 1 de julio tiene lugar la campaña anual de excavaciones en Atapuerca (Burgos), que este año ha vuelto a ampliar la cifra de participantes a 120 durante 30 días. La reducción que se llevó a cabo el año pasado por la pandemia ya ha sido superada, aunque no se llegará aún ni a la duración de los días de excavación ni al número de miembros de campañas anteriores. El Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (IPHES-CERCA) y la Universidad Rovira i Virgili (URV) participan con 52 personas que excavan en Gran Dolina, Galería, Sima del Elefante, Cueva Fantasma y El Mirador, 5 de los 11 yacimientos en activo de la Sierra de Atapuerca que, además, están coordinados por miembros de estos dos centros de Tarragona.

La campaña, que se prolongará hasta el 28 de julio, se ha presentado hoy en rueda de prensa celebrada en la Sierra de Atapuerca con la presencia del director general de Patrimonio Cultural de la Junta de Castilla y León, Gumersindo Bueno Benito, y los codirectores de las excavaciones Juan Luis Arsuaga, José María Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell (IPHES-CERCA y URV).

Los trabajos de campo que se realizarán en la Sima del Elefante tienen dos objetivos principales: continuar la excavación en extensión del nivel 7 y proseguir con el sondeo de dos metros cuadrados que se inició el año 2018, con el fin de localizar la base de la cavidad. Para lograr el primer objetivo, durante la campaña de 2020 se eliminaron grandes bloques y se regularizó la superficie, con objeto de instalar una estructura -ahora ya colocada- que permita la excavación segura de un nivel como el 7, que tiene una inclinación notable; así que esta campaña se podrá llevar a cabo la excavación en extensión de este nivel tan extremadamente rico y antiguo.

En Galería se retoman los trabajos de excavación, tras el parón de 2020 debido a la pandemia. El objetivo fundamental de la campaña de 2021 es continuar con la excavación del tramo inferior de la Unidad GIIIa en todos los sectores del yacimiento y reseguir la concentración de fósiles que empezaron a aparecer al final de la campaña de 2019, que corresponden al nivel TG10A. Este tramo de la secuencia es uno de los más ricos a nivel arqueológico, y está datado en torno a los 300.000 años. Según las excavaciones antiguas, este nivel se caracteriza por una preservación excepcional de restos de fauna, en asociación con industria lítica achelense.

Imagen de grupo de todos los miembros del Equipo de Investigación de Atapuerca (EIA) que excavaran durante la primera quincena procedentes de universidades y centros de investigación de diferentes países, entre ellos del IPHES-CERCA y de la URV. En el centro, en segunda fila, el arqueólogo Eudald Carbonell, codirector del proyecto Atapuerca, y a su derecha la investigadora Marina Mosquera, también del IPHES – Foto: Fundación Atapuerca

En el tramo superior de Gran Dolina se continuará trabajando en el sedimento encostrado y parcialmente erosionado de las unidades TD8/9 y TD8, en una superficie de unos 35m2 abierta durante la campaña de 2020. El principal objetivo del 2021 es esclarecer la relación estratigráfica con las unidades subyacentes (TD7 y TD6) y desvelar el contenido arqueo-paleontológico de TD8, especialmente, dado que se trata de unas unidades sedimentarias de gran interés científico. Representa una cronología relativamente desconocida en Europa: un lapso temporal situado entre las intensas ocupaciones documentadas en la unidad TD6 (con unos 900.000 años de antigüedad) y las que se corresponden con el gran impacto registrado en la sierra de Atapuerca en momentos muy posteriores (TD10), hace unos 450.000 años.

En el centro, Gumersindo Bueno Benito,director general de Patrimonio Cultural de la Junta de Castilla y León, y los codirectores de las excavaciones Juan Luis Arsuaga, y Eudald Carbonell (IPHES-CERCA y URV), en primer término durante la rueda de prensa celebrada hoy en los yacimientos deAtapuerca – Foto: Susana Santamaría-Fundación Atapuerca

La excavación del tramo inferior de Gran Dolina (unidad TD4) se reemprende este año, tras su suspensión en la campaña pasada. Los objetivos se centran en la excavación de los sedimentos rojizos procedentes del exterior de la cueva y en los que previsiblemente se hallarán más restos de ungulados y carnívoros, especialmente cérvidos y úrsidos (Ursus dolinensis). Estos restos aportarán información sobre la fauna del Pleistoceno inferior de Eurasia y su ecología. La microfauna servirá para obtener información sobre las condiciones ambientales existentes hace un millón de años. Aunque los indicios de presencia humana en esta unidad son esporádicos, no se descarta la posibilidad de que se puedan hallar piezas de industria lítica, cosa que sería importante para explorar la relación entre las ocupaciones humanes de TD4, TD6 y TE9 e investigar el carácter continuo o discontinuo del poblamiento humano de Europa en el Pleistoceno inferior.

En Cueva Fantasma la intervención arqueológica tiene como objetivo seguir profundizando en el sector de entrada de Cueva Fantasma (CF) y en el gran sector interior de la Sala Fantasma (SF). La actuación en la zona CF continuará los trabajos de sondeo estratigráfico, con el fin de caracterizar en vertical la secuencia arqueo-paleontológica de la cavidad, que este año se enlazará con secuencia descubierta en Sala Fantasma. La intervención en esta sala seguirá avanzando en la excavación en extensión del excepcional nivel arqueo-paleontológico que se preserva.

En la cueva El Mirador se continuará la excavación en los sectores 100 y 200, en niveles del Neolítico correspondientes a la fase de uso de la cavidad como cueva redil. En concreto, en el sector 200 se excavarán niveles con una edad aproximada de unos 5.700 años, mientras que en el sector 100 se hará sobre niveles del Neolítico antiguo, de unos 6.700 años de antigüedad, que aportarán información relevante sobre el proceso de implantación de la ganadería en la Península Ibérica.

Con frecuencia son necesarias estructuras de estas dimensiones como la de Cueva Fantasma para garantizar la buena realización de los trabajos – IPHES

Además de los yacimientos coordinados por el IPHES-CERCA y la URV, el Equipo de Investigación de Atapuerca (EIA) también excavará en La Paredeja y en Cueva Mayor, concretamente en la Sima de los Huesos, en la Sala de los Cíclopes, en el Portalón y en la Galería de las Estatuas interior y exterior.

Simultáneamente a la excavación, en todas las campañas se lleva a cabo el lavado de sedimento que se extrae de los yacimientos en los que trabaja el EIA. Esta actividad sirve para recuperar la microfauna de la Sierra de Atapuerca, los pequeños fósiles de mamíferos, aves, reptiles y peces de los yacimientos. Se realiza en el río Arlanzón a su paso por Ibeas de Juarros.

En la campaña participan miembros de centros de investigación que pertenecen al Proyecto Atapuerca. Así, además del IPHES-CERCA y de la URV, encontramos personal del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana de Burgos (CENIEH), Universidad de Burgos (UBU), Centro Mixto Universidad Complutense de Madrid-Instituto de Salud Carlos III de Evolución y Comportamiento Humano (UCM-ISCIII), Universidad Alcalá de Henares (UAH) y Universidad de Zaragoza (UNIZAR).

La Fundación Atapuerca y el EIA han tenido en cuenta los aspectos relacionados con la seguridad y con la organización administrativa y documental. Se ha revisado la evaluación de puestos de trabajo, el plan de prevención, el plan de contingencia para prevenir la Covid-19 y se ha contratado nuevamente a una persona como técnica de prevención de riesgos laborales que desarrolla sus funciones en los yacimientos durante la campaña. Como en anteriores ocasiones, buena parte del equipo de gestión de la Fundación Atapuerca se dedicará a la organización, la logística y la comunicación, así como a tareas de divulgación relacionadas con las excavaciones.

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