Diari digital de la URV -

Los traumatismos observables en el esqueleto humano constituyen la evidencia más directa de los episodios de violencia interpersonal y son frecuentemente documentados en el registro arqueológico, puesto que nos han acompañado todos los periodos de nuestra historia. Los primeros casos se han datado en el Paleolítico, pero es a partir del Neolítico cuando este comportamiento se incrementa exponencialmente. Golpes con objetos contundentes, impactos de proyectiles o marcas de corte son algunos ejemplos de las lesiones vinculadas a eventos violentos. Sin