El equipo, formado por Álex Marín, Miquel Gasparín, Joel Pérez y Víctor Barcelón, ha sido el ganador de la IV Liga de Debate Universitario de la URV. El premio al mejor orador se lo ha llevado Guillem Bas, del equipo Balanç de Paraules, que ha quedado finalista en esta liga interna que organiza el Consejo de Estudiantes de la URV

El equipo ganador, que también fue el campeón en la competición celebrada el año pasado, ha obtenido un premio de 750 euros. Lo conforman Álex Marín (Psicología); Miquel Gasparín (Periodismo); Joel Pérez (Publicidad y Relaciones Públicas) y Víctor Barcelón (Ingeniería Eléctrica y Electrónica Industrial y Automática). Babilon representará a la URV en la X Liga de Debate Universitario de la Red (Xarxa) Vives, que agrupa a las universidades de los territorios de habla catalana y que tiene lugar del 25 al 29 de abril en la Universidad Politécnica de Valencia. El equipo finalista ha sido Balanç de Paraules (formado íntegramente por estudiantes del Máster en Ingeniería Química), que recibe 450 euros, y el jurado ha otorgado el premio al mejor orador a Guillem Bas, de este mismo equipo, quien se ha llevado 200 euros. La final se ha celebrado el 4 de marzo en el campus Catalunya.

«¿Hay que demostrar unos mínimos conocimientos políticos para tener derecho a voto?». Este ha sido el tema en torno al que ha girado la Liga de Debate Universitario de la URV, que se ha disputado durante cinco días con el objetivo de fomentar el debate y el intercambio de ideas dentro de la comunidad universitaria. En la competición participaron nueve equipos, que han tenido que defender la postura a favor o en contra. La Liga de Debate ha sido organizada, por cuarto año consecutivo, por el Consejo de Estudiantes de la URV, con la intención de fomentar el espíritu crítico y el uso de la palabra por los alumnos.

Los equipos que se han enfrentado han sido Fareu Llenya, Libertas y Transversals, Alpha & Beta, Anticossos y Sofistas, Tres Caps y los finalistas Balanç de Paraules y Babilon. Divididos en tres grupos, los participantes conocían cinco minutos antes de cada debate cuál debía ser su postura a defender, que se decidía a través de un sorteo. Sólo los equipos que llegaron a la final sabían, desde el día anterior, si deberían esgrimir argumentos a favor o en contra.

Para prepararse para competir, los participantes han tenido a su disposición cursos y manuales de oratoria. Los debates han sido presididos por un jurado que, a la hora de puntuar, ha valorado aspectos como la presentación de la exposición con una tesis sólida, la calidad del discurso en cuanto al contenido y exposición de la línea argumental, la flexibilidad mostrada, el dominio del tema y convencimiento de la posición defendida u otros aspectos más formales, como la exposición y la puesta en escena.