26/01/2021
Cova Eirós demuestra que el arte paleolítico perdura más allá de las áreas tradicionales y hasta hace 9.500 años
El IPHES-CERCA y la URV colaboran en el proyecto arqueológico de investigación sobre este lugar donde en el 2011 se descubrieron las primeras pinturas rupestres paleolíticas de Galicia
El IPHES-CERCA y la URV colaboran en el proyecto arqueológico de investigación sobre este lugar donde en el 2011 se descubrieron las primeras pinturas rupestres paleolíticas de Galicia
Un artículo publicado en Journal of Archeological Science: Reports revela que las pinturas rupestres de Cova Eirós (Triacastela, Lugo, Galicia), muestran que la tradición estilística del arte paleolítico perdura más allá de las áreas tradicionales y hasta hace 9.500 años. En esta cavidad se encuentran las últimas manifestaciones simbólicas de las sociedades cazadoras y recolectoras.
El artículo está liderado por Marcos García Díez, profesor de la Universidad Complutense de Madrid, y cuenta con la participación de Arturo de Lombera y Ramón Fábregas, miembros del Grupo de Estudos para a Prehistoria do Noroeste-Arqueoloxía, Antigüidade e Territorio (GEPN- AAT) de la Universidad de Santiago de Compostela (USC); Xosé Pedro Rodríguez, investigador del Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (IPHES-CERCA) y de la Universitat Rovira i Virgili de Tarragona (URV), y Ramon Viñas, investigador asociado del IPHES; Lombera es también colaborador de este centro.
Esta nueva contribución científica da continuidad a los trabajos arqueológicos realizados desde hace años en Cova Eirós, yacimiento en el que se descubrieron en 2011 las primeras pinturas rupestres paleolíticas de Galicia. Desde entonces, el proyecto arqueológico dirigido por el GEPN-AAT de la USC en colaboración con el IPHES y la URV, al amparo de actuaciones con financiación de la Consellería de Cultura de la Xunta de Galicia y del Ministerio de Ciencia, está proporcionando abundante información sobre el arte de los últimos grupos paleolíticos.
Hasta hace pocos años las manifestaciones artísticas de las últimas sociedades cazadoras y recolectoras consistían principalmente en muestras de arte mueble (plaquetas grabadas), relata Arturo de Lombera, al tiempo que precisa que el conjunto figurativo de Cova Eirós, junto con el de la Cueva Palomera, en Burgos, se convierten en las únicas cavidades de la Península Ibérica con representaciones pictóricas y dataciones del arte del final del Paleolítico.
Las representaciones de animales en el arte rupestre se distinguen por sus características geométricas, formas esquematizadas y estilizadas, rellenos de líneas internas, propias de una tradición simbólica paneuropea conocida como Estilo V, explica el mismo investigador de la USC. A su vez, Arturo de Lombera señala que las características técnicas y estilísticas de los motivos y las dataciones de Carbono 14 obtenidas sobre las propias pinturas rupestres confirman una antigüedad de unos 9.500 años.
Más allá de estas consideraciones científicas ya probadas, el nuevo estudio amplía la persistencia de la tradición figurativa del arte paleolítico y encuadra el arte de Cueva Eirós entre las últimas manifestaciones simbólicas de los grupos de cazadores cosecheros.