30/03/2017

Desarrollan nuevos métodos para analizar parásitos, virus y bacterias en grandes volúmenes de agua potable

Investigadores y representantes de las empresas del proyecto europeo Aquavalens se encuentran en la URV para hablar de los adelantos de este proyecto, en que se invierten 11,7 millones de euros

Cuatro años después de su puesta en marcha, los investigadores del proyecto Aquavalens ya han desarrollado y están en periodo de validación de nuevos sistemas de concentración que permiten analizar parásitos, virus y bacterias en volúmenes de entre 100 y 1.000 litros de agua potable. Con estos nuevos métodos se permite tener una mejor certeza que el agua potable que se suministra a la población está libre de microorganismos potencialmente patógenos. Hasta el momento era necesario hacer concentraciones específicas e independientes por parásitos, virus y bacterias y sólo se podía hacer con un volumen de agua más reducido.

Otro de los resultados del proyecto es el desarrollo de un método para el análisis de indicadores de contaminación fecal (Escherichia cuele), que también se está validando. Este permite medidas de manera continuada y proporciona resultados en menos de una hora, mientras que los métodos clásicos de cultivo que se utilizan actualmente, requieren como mínimo 18-24 horas para obtener los resultados.

 

Imagen de los investigadores y representantes de empresas del proyecto Aquavalens que este jueves y viernes se reúnen en el campus Cataluña de la URV.

Estos adelantos son algunos de los temas que se tratan durante el encuentro que se hace este jueves y mañana viernes en la sala de juntas del campus Cataluña de la Universitat Rovira i Virgili. En la URV, el grupo de investigación en Microbiología Ambiental del Departamento de Ciencias Médicas Básicas participa en el proyecto, que nació con este objetivo: mejorar la seguridad del agua potable en Europa. Este proyecto ha financiado, por un periodo de 5 años, (culmina a principios del año próximo) el desarrollo y aplicación de sistemas rápidos de detección de virus (Norovirus, etc), bacterias (Campylobacter, Escherichia coli O157:H7, etc.) y parásitos (Cryptosporidium, Giardia etc.) al agua para evitar que lleguen al consumo humano, tanto a través del agua potable como través de los alimentos contaminados por esta.

Validación y comparación con los métodos clásicos

Con los resultados obtenidos hasta ahora ya se ha logrado el objetivo de incrementar la seguridad del agua potable y lo que los investigadores harán en este último año es cuantificar el impacto de estas mejoras en la disminución del número de casos de diarreas en la población europea.

A estas alturas se están validando estos métodos desarrollados en estaciones de tratamiento de agua potable y en sistemas de distribución de Barcelona, Copenhague, Colherinhas y Torres en Portugal, Svilajnac en Serbia y en varias regiones de Alemania e Irlanda, para ver si funcionan adecuadamente y comparar sus ventajas en relación a los métodos clásicos que se aplican en la actualidad. De hecho el sensor rápido desarrollado en el proyecto se ha instalado en estos países y se está comercializando con el nombre de BACTcontrol. Es un sistema rápido de alerta que complementa la información derivada de los métodos aceptados oficialmente para la detección de la actividad microbiológica al agua.

También se está determinando la huella de carbono de los métodos desarrollados. De hecho, durante la reunión de Tarragona, la URV presenta los resultados preliminares de la evaluación de la huella de carbono de los métodos desarrollados dentro del proyecto. La experiencia del grupo que coordina la doctora Maria José Figueras hace que lidere última fase del proyecto: los beneficios para la Unión Europea de la utilización de las plataformas desarrolladas en relación a la disminución de las infecciones asociadas al agua potable, el impacto ambiental de estas y si sirven como sistemas de alerta rápidos dentro de los planes de seguridad del agua potable que tienen que tener implantados las empresas productoras y pequeños suministros. Lo hace en base a su experiencia en el desarrollo de los planes de seguridad del agua potable. En esta parte del trabajo intervendrá otro grupo de investigación de la URV, liderado por los profesores Francesc Castells y su colaboradora, Carmen Torres, especialistas en establecer la huella de carbono.

En esta fase se están revisan también los planes de seguridad del agua potable que se utilizan a la industria, sobre todo en empresas pequeñas que en la actualidad utilizan los métodos desarrollados en el proyecto para valorar si mejoran la seguridad. También está previsto calcular los costes y los beneficios que pueden tener los resultados del proyecto desde la perspectiva de la salud pública y de la sostenibilidad.

Identificar la contaminación para evitar problemas sanitarios

Maria José Figueras explica que, con la tecnología actual se puede tardar dos o más días para identificar riesgos de infección en el agua potable y, durante este tiempo, es probable que se haya consumido el agua contaminada. El objetivo es que los problemas puedan ser identificados antes, evitando así, problemas sanitarios importantes. Se calcula que cada año hay alrededor de 330.000 casos de enfermedades en Europa relacionadas con el consumo de agua contaminada, -por Escherichia coli y los Norovirus por ejemplo-, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Entre 2000 y 2007 se produjeron 354 brotes de enfermedades transmitidas por el agua en 14 países. Los síntomas incluyen diarrea, vómitos, dolor abdominal, náuseas, cefaleas y fiebre.

Un momento del encuentro, este jueves por la tarde.

A pesar de que los efectos más importantes del consumo de agua contaminada sobre la salud de las personas son las diarreas, las consecuencias pueden ser, en algunos casos más graves, sobre todo si hay deshidratación asociada, puesto que esto puede afectar el riñón, como pasa en las infecciones producidas por la bacteria E. coli O157:H7. Estos enfermos necesitan, en muchos casos, diálisis y/o trasplante  renal. Además, las diarreas en países menos desarrollados son una de las principales causas de mortalidad infantil.

La Universidad de East Anglia (Reino Unido) coordina este proyecto de investigación valorado en 11,7 millones de euros, 8, 9 de los cuales están financiados por el séptimo programa marco de la UE. La URV ha recibido 300.000 euros de financiación para desarrollar la investigación. En este proyecto europeo toman parte hasta 40 universidades, centros de investigación y empresas de 13 países europeos los representantes de los cuales se encuentran estos días en Tarragona. Las empresas son el grupo mayoritario puesto que son quienes validan, comercializan y aplicarán las plataformas resultantes del proyecto. Hasta ahora se han publicado un total de 60 trabajos científicos y se han realizado varias actividades de difusión y demostración de los métodos e instrumentos desarrollados.

 

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