01/08/2021

El profesor Ricardo Mar comisaría una exposición sobre la obra arquitectónica de André Soares en Braga, Portugal

La exposición, abierta al público hasta el 5 de septiembre, trata sobre la construcción de la ciudad barroca

Ricardo Mar, en el centro de la imagen, con los paneles de la exposición "Braga no tempo de André Soares".

El profesor del Departamento de Historia e Historia del Arte, Ricardo Mar, es el comisario de la exposición «Braga no tempo de André Soares. 300 anos do nascimento do arquiteto riscador», que trata de recuperar la obra arquitectónica de André Soares (siglo XVIII), junto con la investigadora de la Universidade do Minho, Manuela Martins. La muestra se puede visitar hasta el 5 de septiembre en el rectorado de la Universidade do Minho, el antiguo Palacio Arzobispal de Braga, Portugal, que es una obra arquitectónica del Barroco diseñada con la colaboración del mismo André Soares. El año pasado fue el 300 aniversario de su nacimiento y es con motivo de esta efeméride que se ha querido rememorar un arquitecto que dejó su marca en la ciudad de Braga.

La exposición muestra cómo los proyectos de Soares, especialmente las fachadas, inciden y forman parte de la Braga actual. «André Soares nos ha permitido tratar el tema de la construcción de la ciudad barroca en el caso específico de Braga», explica Ricardo Mar. Apunta que el arquitecto fue un caso extraordinario porque era un personaje local vinculado al entorno de una corte eclesiástica pero que aprendió de forma autodidacta, inspirándose en la arquitectura centroeuropea, donde se cultivaba el barroco. Sin salir de Braga y a través de libros y grabados de Viena, Salzburgo y Munich llegó a ser «de los mejores a nivel europeo en el estilo rococó» afirma el historiador. También es reconocido por el estilo barroco, predecesor del rococó, y desde el punto de vista urbanístico, por la idea de planificación urbana.

La exposición «Braga no tempo de André Soares» se puede visitar en el Palacio episcopal de Braga, la sede del rectorado de la Universidade do Minho.

En la exposición se pueden observar las doce obras ubicadas en Braga y proyectadas por André Soares. Con un dron han podido documentar estos edificios como si fueran ruinas arqueológicas y han generado modelos de tres dimensiones que han permitido a los historiadores trabajar la arquitectura de Braga con más detalle. También se ha desarrollado con mucho detalle la documentación de los edificios barrocos de la ciudad, lo que les ha permitido trabajar con la imagen de la ciudad barroca y hablar del paisaje urbano.

Una de las construcciones más importantes de Soares es el Terreiro dos Evangelistas, que fue declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO y que forma parte del santuario Bom Jesus do Monte. Otro ejemplo de este arquitecto portugués es el Palacio do Raio, un edificio nobiliario en el centro de Braga.

Palacio do Raio, Braga, obra de André Soares. FOTO: Jaime Silva, Flickr.

«Este delirio de la forma que es el barroco, que parece que se desborda, tiene un componente casi lírico, musical», dice Ricardo Mar, por ello, a través de la exposición, han explicado la relación que Soares hace entre la música y la arquitectura propia del Barroco. «En el caso del contrapunto, por ejemplo, estamos hablando tanto de una técnica musical típica del Barroco como de una técnica arquitectónica. En el ámbito musical, consiste en combinar una melodía que constituye el ritmo general y otra melodía que juega con esta primera. Lo habilidoso es, precisamente, conseguir la armonía entre estos dos niveles o ritmos», explica el historiador.

El curso próximo será la oportunidad de contemplar las obras de otros arquitectos de la época que fueron representativos del territorio catalán, y especialmente de Tarragona, en el CRAI campus Catalunya de la URV. Se explorará, por ejemplo, la historia de las capillas barrocas de la catedral de la ciudad.

De hecho, Tarragona y Braga tienen muchos elementos en común, comenta Ricardo Mar: «Son dos ciudades donde el arzobispo era el señor feudal y el cargo eclesiástico más importante. El arzobispo gestionó la transformación histórica de la ciudad en el Renacimiento, el Barroco, la Edad Media y hasta el siglo XIX, que es cuando se acaba el feudalismo.» Pero, según Mar, el nivel económico de los dos señores feudales no era comparable, ya que Braga gozaba de mayor bienestar por el descubrimiento de las Minas Gerais en Brasil, unos grandes yacimientos de oro y piedras preciosas. André Soares fue el arquitecto de cámara del arzobispo del momento, José de Braganza, que era hermano del rey.

Otra similitud entre Tarragona y Braga es que ambas tienen muchos restos arquitectónicos antiguos y significativos. Mar defiende que «se debe construir incorporando la arqueología. Esto, lejos de ser un problema, es un valor añadido. Porque cuando te sale un elemento arqueológico en el solar, lo puedes integrar dentro del edificio. » Y pone como ejemplo los locales de restauración de la plaza de la Font, que incorporan restos romanos.

La Universitat Rovira i Virgili y la Universidade do Minho establecieron un convenio de colaboración para hacer la exposición.

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