12/01/2021

La demanda de los servicios sociales de Tarragona se duplicará en medio año debido a la COVID-19

Son datos del estudio sobre el impacto social de la COVID-19 en Tarragona, elaborado por investigadores del Departamento de Antropología, Filosofía y Trabajo Social de la URV en colaboración con el Ajuntament de Tarragona

Un estudio sobre el impacto social que ha tenido la COVID-19 sobre la población de Tarragona prevé que en un periodo de seis meses los servicios sociales de la ciudad tendrán que atender a prácticamente un 22% de la población, lo que supone más del doble de peticiones que han habido hasta ahora. Investigadores del Departamento de Antropología, Filosofía y Trabajo Social de la URV han trabajo en este estudio correspondiente con la primera ola de la pandemia, que se ha hecho en colaboración con el Institut Municipal de Serveis Socials de Tarragona (IMSST) con el objetivo de dimensionar el impacto social que ha tenido la COVID-19 sobre la población de Tarragona y poder replantear así nuevos escenarios de actuación basado en políticas reactivas y anticipativas.

En lo que respecta al índice de necesidades sociales, el 21,9% de los encuestados considera posible tener que recurrir a los servicios sociales en los siguientes seis meses. Esta cifra destaca por encima del menos del 10% de la población que hasta antes de la COVID-19 pedía atención social, lo que supondría duplicar el número de atenciones por parte del IMSST.

Según explicó ayer la consejera de Servicios Sociales durante la presentación del estudio, Carla Aguilar-Cunill, «con esta investigación y basándonos en  los antecedentes de la crisis del 2008, creemos necesario identificar el impacto social que puede suceder a partir de la crisis de la COVID-19 y adecuar los recursos municipales disponibles para prevenir y disminuir que un número de personas se sitúen en procesos de exclusión social» –y ha reiterado– «pensamos que con los resultados del estudio podremos reorientar las políticas públicas y establecer medidas y recursos más adecuados para paliar la situación».

El estudio se basa en dos encuestas realizadas, por un lado, entre la población de 16 y 64 años y una segunda entre gente mayor de 64 años. La medida de la muestra (356 personas en la primera encuesta y 311 en la segunda) se ha calculado mediante un análisis probabilístico con un nivel de confianza del 95% y un margen de error de 6. Se trata de una investigación descriptiva con metodología cuantitativa, el alcance temporal de la cual  es longitudinal.

El estudio refleja que entre los encuestados hay un 24,1% que se encuentra en situación de paro debido a la crisis provocado por la COVID-19. Otro dato destacado por el estudio es que un 22,6% de los participantes en la encuesta ha cambiado de trabajo de forma presencial a teletrabajo y un 13,9% manifiesta haber sufrido un ERTE.

Los cambios acontecidos debido a la crisis sanitaria actual en relación con el lugar de trabajo, mantienen relación con las franjas de edad: los jóvenes han sufrido más ERTES y la muestra de más de 45 años tiene más riesgo de quedarse sin trabajo. Los resultados del estudio muestran que existe relación con el nivel de ingresos y el nivel de estudios: con menor nivel de ingresos y menor nivel de estudios es más probable que el impacto en la perdida del lugar de trabajo sea más elevada.

La muestra también resalta que un 11,5% de los encuestados se encuentran en una situación de privación en el acceso a la educación. Este índice mantiene relación con el nivel de ingresos y el nivel de estudios: las familias con menor nivel de ingresos y con menor nivel de estudios tienen más privación en el acceso a la educación. También un 25’9% de la muestra expresa tener una privación severa en relación al ocio y al tiempo libre.

Desigualdades económicas entre las familias tarraconenses

El estudio también refleja una desigualdad económica relevante entre las familias tarraconenses en relación con los ingresos: el 27,5% de las personas disponen de más de 30.000€ de ingresos anuales por núcleo familiar, mientras que el 26,3% de la muestra no llega a los 10.900€. Un 27,5% de la muestra manifiesta tener privación severa en la cobertura de necesidades básicas mientras que un 19,1% se situaría en el índice de pobreza económica. También el 18,9% de los encuestados se encuentra en una situación de pobreza energética.

Referente al estado emocional, a pesar de un 55,6% de la muestra expresa tener un sentimiento emocional positivo, el estudio también indica que un 35,8% de los encuestados sufre un estado emocional negativo como por ejemplo intranquilidad y estado nervioso. Estos estados emocionales negativos están estrechamente relacionados con el género, el nivel de ingresos y el nivel de estudios. Ser mujer, tener menor nivel de ingresos y menor nivel de estudios se relacionan con emociones más negativas dentro del estudio.

Por último, el estudio demuestra que el grado de satisfacción delante de la vida ha bajado respecto a antes de la COVID-19 de forma considerable.

El IMSST y la URV ya están trabajando para iniciar la segunda ola prevista al inicio del mes de marzo. Con los resultados obtenidos se realizará un análisis más exhaustivo y en profundidad del impacto real de la COVID-19 en la ciudad de Tarragona.

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