05/03/2025
El robot de compañía Nuka llega a las residencias
Un proyecto de investigación impulsado por investigadores de la URV pone al alcance de personas mayores un robot foca para mejorar su calidad de vida y la de su entorno

Un proyecto de investigación impulsado por investigadores de la URV pone al alcance de personas mayores un robot foca para mejorar su calidad de vida y la de su entorno
Este miércoles, investigadores de la Universidad Rovira i Virgili y profesionales asistenciales de la Generalitat han iniciado la fase de trabajo de campo del proyecto MyRobot, una iniciativa del Departamento de Antropología y Trabajo Social para determinar el impacto de los robots de compañía en personas con y sin demencia. Esta primera sesión, donde los ancianos han tenido el primer contacto con Nuka, el robot con apariencia de cachorro de foca, ha tenido lugar en la residencia Llar Conca de Barberà, en Montblanc.
Aunque en un primer momento la apariencia del robot ha sorprendido a los residentes, su aspecto en seguida les ha llamado la atención. En pocos momentos todos esperaban su turno para interactuar con Nuka. «Se trata de una herramienta poco estudiada en su vertiente social, de comunicación, de interacción; a partir de ahora tenemos que ver cómo se desarrolla en la normalidad del día a día», decía Blanca Deusdad, investigadora del Departamento de Antropología, Filosofía y Trabajo Social y coordinadora del proyecto. Carme Castelló, directora del centro, valora muy positivamente iniciativas como esta, con la finalidad de mejorar la calidad de vida de personas que, en la última etapa de su vida, se ven afectadas por disfunciones cognitivas: «El recibimiento ha sido muy bueno y la expectativa es grande; cada vez tenemos residentes más mayores, con problemas de comunicación; esperamos que Nuka la facilite».
La primera jornada de trabajo de campo debe permitir a los investigadores relacionar la reacción de los residentes cuando entran en contacto con el robot, en función de las ideas preconcebidas que tienen sobre estos dispositivos de compañía y asistencia personal. Para ello, han registrado los conocimientos y la actitud hacia los robots de los ancianos antes de presentarles el robot, mediante un cuestionario especializado. Nuka estará disponible en la residencia de Montblanc durante 25 días, en los que profesionales e investigadores podrán registrar su impacto en la vida diaria de los residentes.

Los robots sociales como herramienta terapéutica
En los últimos años, los robots sociales se han convertido en una herramienta atractiva de apoyo terapéutico. Poco a poco, empiezan a introducirse en el sector de los cuidados, complementando el trabajo de los profesionales en la atención a personas mayores con demencia, el acompañamiento a los pacientes de cáncer en su tratamiento o a los niños ingresados en las alas pediátricas de los hospitales. Nuka es un ejemplo destacado, desarrollado por Takanori Shibata, del Instituto de Investigación de Sistemas Inteligentes de Japón.
Si bien existen estudios que demuestran sus efectos positivos en situaciones de ansiedad o agresividad, el equipo de la URV estudiará la capacidad de Nuka para influir en las dinámicas sociales y fomentar la inclusión de personas en la comunidad. «Los aspectos tecnológicos y psicológicos de los robots han sido investigados en el pasado, pero aún queda mucho por entender sobre su papel como herramienta de inclusión social», considera Deusdad, que coordina el proyecto junto con Fernando Vidal, investigador del mismo Departamento.
El proyecto, denominado MyRobot, trabajará con datos de varias residencias de Cataluña, País Valenciano, Extremadura y Castilla y León. No obstante, debido a la gran expectación que ha generado la iniciativa en la comunidad investigadora y asistencial, los coordinadores se plantean «ampliar la muestra tanto como resulte posible». MyRobot se desarrollará de forma colaborativa con investigadores de otras universidades españolas e internacionales y se prevé que se alargue hasta agosto de 2027.
Nuka, el robot de asistencia personal
Nuka no es solo un dispositivo médico, sino un robot de asistencia personal diseñado para interactuar con los usuarios de manera empática. Emula la apariencia de una cría de foca ya que, normalmente, las personas no han interactuado nunca con este animal y eso facilita que lo acepten. «Si fuera un perro o un gato, el cerebro humano ya sabría cómo son y no habría tanta facilidad para conectar con el robot; se le vería como una herramienta y no como un animal de verdad», explican los investigadores.
El uso de robots sociales como Nuka representa un paso importante hacia una atención más inclusiva y humanizada para personas mayores con demencia y otros tipos de pacientes. Este proyecto no sólo busca documentar sus beneficios, sino también establecer los aspectos éticos y sociales para su implementación a gran escala. Con el tiempo, pueden convertirse en herramientas indispensables en residencias y hospitales.