En marzo del 2020, la mayoría de países tuvieron que cerrar temporalmente sus instituciones educativas a causa de la propagación de la Covid-19. Investigadoras e investigadores del Grupo de Investigación Aplicada en Educación y Tecnología (Arget) del Departamento de Pedagogía de la URV han analizado los procesos de aprendizaje y organizacionales que implementaron las escuelas de primaria y de secundaria de Cataluña durante el primer periodo de confinamiento, que comportó el cierre total de los centros educativos.
Para llevarlo a cabo han realizar entrevistas a equipos directivos de centros educativos de Cataluña, ubicados tanto en entornos rurales como urbanos y de diferentes estatus socioeconómicos. El artículo muestra que hay una brecha digital entre alumnas y docentes y que el acompañamiento emocional es esencial en el aprendizaje en un tiempo de confinamiento.
De un día a otro, todos los directores y directoras de centros educativos tuvieron que tomar decisiones rápidas para adaptar el aprendizaje, siguiendo las directrices del gobierno. Muchos aseguran que existía una falta de instrucciones y de conocimientos sobre cómo gestionar una situación de este tipo, además de una gran falta de recursos tecnológicos. Cada escuela describió su particular situación, pero la mayoría aseguran que la comunicación con las familias se volvió más estrecha y fundamental, según explicaron los directores y directoras de las escuelas entrevistadas. Además, los investigadores han comprobado que los alumnos mayores son más autónomos y se autorregulan mejor su propio proceso de aprendizaje.
El cambio más popular que se ha introducido en esta nueva forma de educación, según los resultados de la investigación, es la videoconferencia para las reuniones y los docentes aseguran que han visto sus beneficios, principalmente en términos de ahorro de tiempo y dinero que se han ahorrado con el transporte. Muchos docentes han mostrado dificultades para autorregularse su trabajo desde casa y aseguran que fue difícil evitar cargas de trabajo excesivo y descontroladas.
Apuntan que para que la educación sea más efectiva tiene que ser “social y presencial”, especialmente para los niños, y que a raíz de esta crisis muchos centros se plantearán introducir más tecnologías digitales por los próximos cursos.
El estudio lo han llevado a cabo Ramon Palau, Gisela Cebrián y Jordi Mogas investigadoras e investigadores del Departamento de Pedagogía de la URV y Marta Fuentes, del Departamento de Psicología Básica, Evolutiva y de la Educación de la UAB.