La inciativa, impulsada des de la URV, tiene por objetivo acercar de forma muy realista espacios patrimoniales como catedrales y yacimientos arqueológicos a través del tacto

Descubrir el patrimonio arquitectónico a través del tacto y validar la eficacia de los modelos arquitectónicos táctiles para mejorar su comprensión. Este es el doble objetivo de la jornada impulsada esta mañana por la Universitat Rovira i Virgili (URV) en Palma de Mallorca con la colaboración de la UNED y el apoyo de la Fundación ONCE. A través de tres talleres, personas con y sin disfunción visual han podido «ver» con las manos, experimentar la forma y textura reales y entender así la escala de los edificios y yacimientos arqueológicos.

La percepción espacial es un componente esencial para interactuar con el entorno construido. Pero las personas con disfunción visual se enfrentan a barreras importantes para acceder a este tipo de información, y eso limita su participación plena en la experiencia patrimonial. Ante este reto, la jornada ha querido poner al alcance de personas con disfunción visual y otras que veían correctamente maquetas táctiles de fragmentos arquitectónicos de catedrales y de yacimientos arqueológicos de la ciudad romana de Complutum, con el objetivo de explorar nuevas vías de inclusión sensorial.

La experiencia ha sido posible a partir de tres talleres en los que los participantes han interactuado con las maquetas en condiciones de privación visual total (o bien por disfunción o bien porque se han tapado los ojos). En el primero se ha expuesto maquetas de catedrales hechas a partir de modelos reales, que han sido previamente digitalizadas y, por tanto, son fidedignas en su arquitectura. Esto ha permitido a los participantes percibir la textura real de la piedra y entender mejor la escala y la complejidad arquitectónica de los edificios.

El segundo taller se ha centrado en elementos arquitectónicos geométricamente complejos, donde han tenido un especial protagonismo las obras de Antoni Gaudí, con piezas originales como chimeneas del Palau Güell y otros elementos que el arquitecto creó en Mallorca.

La tercera mesa ha consistido en acercar los yacimientos arqueológicos a las personas invidentes a través de maquetas detalladas, también obtenidas mediante digitalización.

«Normalmente se acostumbran a hacer abstracciones en 3D, pero nosotros hemos querido ir más allá y llevar maquetas que contienen las imperfecciones reales de cada obra», explica Albert Samper, investigador de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura (ETSA) de la URV, que ha liderado la actividad, junto con David Moreno, de la ETSE. «En las piezas de las catedrales se puede apreciar a través del tacto cómo es la textura de las piedras de la catedral. La experiencia es lo más cercano a una visita real, y con ello queremos conseguir que las personas que no pueden ver este tipo de arquitectura la puedan tocar y se hagan una idea muy aproximada de cómo es la escala real», añade el investigador.

Las personas participantes han evaluado la utilidad de estos talleres, y ello permitirá recoger datos sobre la comprensión espacial, el nivel de detalle percibido, la facilidad de interpretación y la experiencia general. Los resultados de esta evaluación aportarán datos sobre la efectividad de estas herramientas táctiles y servirán para valorar su utilidad como soporte accesible en la labor de guías turísticos y educadores patrimoniales.