23/07/2021

El impacto humano puede llegar a tener una mayor influencia negativa sobre la diversidad de anfibios y reptiles que los cambios climáticos

Así lo plantea un estudio realizado sobre restos de esta fauna del Cuaternario hallados en los yacimientos de Atapuerca y con lo cual se demuestra una vez más cómo el estudio del Pleistoceno se convierte en imprescindible para aportar conocimiento y contribuir a solucionar problemas ecológicos actuales

Ejemplar de Pelodytes punctatus o sapillo moteado común, muy bien representado en la Sierra de Atapuerca - Josep Francesc Bisbal-Chinesta/IPHES-CERCA

Actualmente, los efectos de la antropización están generando una considerable pérdida de diversidad sin precedente. En esta línea, una investigación que acaba de hacerse pública en la revista Palaeontology, a través de un artículo cuya firmante principal es Almudena Martínez-Monzón, investigadora del Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (IPHES-CERCA) y de la Universitat Rovira i Virgili (URV). demuestra que el declive actual de anfibios y reptiles está provocado en gran parte por el efecto antrópico sobre los ecosistemas, quedando el cambio climático como un factor secundario al cual dicha fauna ha sido capaz de sobreponerse en el pasado. El estudio se basa en restos del Cuaternario hallados en Atapuerca, en un recorrido desde hace un millón de años hasta la actualidad.

Ahora mismo los anfibios y reptiles son dos grupos que se encuentran seriamente amenazados y en declive. Este hecho se ha relacionado a veces con el actual cambio climático, pero el análisis del pasado nos aporta otra visión. Durante el Cuaternario, desde hace un poco más de un millón de años, estos grupos de animales presentan una evolución muy conservadora, ya que muestran pocas alteraciones a lo largo de este periodo, durante el cual acontecieron muchos cambios climáticos. Además, como ya era conocido, las especies presentes en este intervalo de tiempo son consideradas idénticas a las actuales, tal como se plantea en este estudio del IPHES-CERCA y URV, en el cual también ha participado Gloria Cuenca-Bescós, directora del Instituto Universitario de Investigación en Ciencias Ambientales de Aragón (IUCA), catedrática de Paleontologia de la Universidad de Zaragoza y responsable del estudio de los pequeños vertebrados en el Proyecto Atapuerca.

Almudena Martínez-Monzón, investigadora del Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (IPHES-CERCA) y de la Universitat Rovira i Virgili (URV ) observando un ejemplar de lagarto ocelado (Timon lepidus).

Los resultados de esta investigación indican que los mayores picos de diversidad de la secuencia analizada coinciden con los periodos considerados análogos al interglacial actual, mientras que los de menor pluralidad ocurren cuando las condiciones ambientales son más duras (más frías o directamente estadíos glaciares).

Otra de las conclusiones principales es que, en la mayoría de los casos, la heterogeneidad de estas comunidades se restablece tras las perturbaciones climáticas, apuntando a una gran resiliencia a nivel de grupo, haciendo que anfibios y reptiles hayan sido capaces de superar los cambios climáticos en el pasado restaurando los niveles de diversidad previos a la alteración. Esto hace pensar en la importancia del efecto antrópico negativo sobre la pérdida de variación actual de anfibios y reptiles por encima de los cambios climáticos.

El equipo científico encabezado por el IPHES-CERCA y la URV ha llegado a esta conclusión tras haber estudiado la evolución de la diversidad de anfibios y reptiles de una de las secuencias más completas del Pleistoceno de la Península Ibérica, la Sierra de Atapuerca (Burgos, España), que recoge algo más del último millón de años. Esto se llevó a cabo con el fin de establecer el efecto no humano sobre las alteraciones en la diversidad de anfibios y reptiles y reconocer la reacción de estos grupos ante los cambios climáticos acontecidos durante el Pleistoceno.

Vipera aspis o escurçó áspid visto en Páramo Burgos -Josep Francesc Bisbal-Chinesta/IPHES-CERCA

Con esta finalidad se ha estudiado la riqueza de especies (número de especies) y se ha aplicado un conocido índice de diversidad (Índice de Simpson) relacionando todo ello con los cambios climáticos mediante modelos de regresión, entre otros. De este modo, una vez más, el estudio de materiales del Pleistoceno se convierte en imprescindible para aportar conocimiento y contribuir a la solución de problemas ecológicos actuales.

Referencia bibliográfica

Martínez-Monzón, A., Cuenca-Bescós, G., Bisbal-Chinesta, J.-F., Blain, H.-A. 2021. One million years of diversity shifts in amphibians and reptiles in a Mediterranean landscape: resilience rules the Quaternary. Paleontology (doi: 10.1111/pala.12547)

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