23/06/2020

Una exposición muestra los objetos recuperados en los campos de concentración nazis para devolvérselos a los familiares de los deportados

La muestra se centra en los deportados catalanes y españoles y se puede ver a partir del 25 de junio en el Palau Robert de Barcelona, coorganizada por el Memorial Democràtic, los Archivos Arolsen y la Universitat Rovira i Virgili

Objectos de una de las personas deportadas. FOTO: Arolsen Archives.

Relojes, alianzas, pendientes, estilográficas, fotos, carnets, … Los millones de europeos deportados a los campos de concentración alemanes fueron despojados de todas sus pertenencias por las SS. Muchos objetos se perdieron para siempre, otros fueron recuperados por los supervivientes o los compañeros de los fallecidos tras la liberación. El resto, unos 3.000, se preservan hasta hoy en el Arolsen Archive, el mayor archivo del mundo sobre las víctimas del nazismo y esperan ser devueltos a las familias de sus propietarios.

Gracias a la campaña #StolenMemory, lanzada en 2016 por Arolsen Archive, ya se han localizado centenares de familias de los deportados, a menudo con el apoyo de voluntarios que ayudan en la investigación en diferentes países, y se les han entregado los objetos robados por los nazis.

A partir del 25 de junio, en el Palau Robert de Barcelona llega la exposición «Stolen Memory (La memoria robada)», que incluye los objetos personales de los deportados catalanes y españoles. La muestra es una herramienta para poder localizar los familiares de las víctimas del nazismo y entregarles los objetos recuperados, además de un canal de difusión de la tarea realizada por las instituciones organizadoras: Memorial Democràtic, los Archivos Arolsen y la Universitat Rovira i Virgili, a través del CECOS, con la colaboración del Palau Robert y el Museu Memorial de l’Exili.

Fueron 10.000 los exiliados de la Guerra Civil que acabaron en campos alemanes: Mauthausen (7.500), Buchenwald (600), Dachau (600), Neuengamme (500), Sachsenhausen (200), Ravensbrück (200), Flossenbürg (150) y otros. Junto a sus compañeros de infortunio, fueron utilizados como mano de obra esclava en canteras, fábricas o construcción de infraestructuras. El sobreesfuerzo, la falta de alimentación, el frío, los malos tratos y las enfermedades segaron la vida de la mitad de ellos. Los supervivientes sufrieron secuelas hasta el fin de sus días.

Cuando en 1942 la Cruz Roja pidió a Himmler que autorizara el envío de los efectos personales de los españoles fallecidos a sus familias, el ministro se negó por tratarse, dijo, de “pequeñas cosas sin valor”, explica Antonio Muñoz, investigador de la URV que ha participado en la investigación. #Stolenmemory hace posible que, 75 años después del fin de la Segunda Guerra Mundial, decenas de familias de deportados españoles recuperen esas “pequeñas cosas” que, tanto para ellos como para la memoria democrática europea, poseen un valor incalculable.

La inauguración de la exposición «La memoria robada» será este jueves 25 de junio a las 18 h en el Palau Robert (Passeig de Gràcia, 107, Barcelona), y se podrá ver hasta el 26 de julio. Se prevé que el año que viene la exposición llegue a Tarragona.

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