Su proyecto propone conectar los ecosistemas agrícolas, urbanos y naturales de La Plana, L’Horta y la ciudad de Lleida

Alba Terés Ros, estudiante de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la URV, recibió el jueves en Sevilla uno de los premios de la categoría de proyectos de fin de carrera de la XVI Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo Me-dio Pla-zo. Han reconocido así la aportación de su Trabajo de Fin de Grado, El Agua: estrategias para un nuevo paradigma. De La Plana de Lleida a la ciudad. El proyecto se basa en la premisa de que es necesario un cambio de paradigma para superar la dicotomía entre campo y ciudad, y dar respuesta a las grandes crisis de emergencia climática, de biodiversidad y de agotamiento de un territorio finito.

La Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo se propuso, en esta edición, reflexionar sobre cómo las acciones del presente construyen el hábitat futuro y anticipar cómo será el futuro cercano a partir de las muestras más destacables de la arquitectura reciente en el Estado.

En este sentido, Alba Terés plantea que las dinámicas de urbanización han consolidado la fragmentación entre los ecosistemas naturales, agrícolas y urbanos, «que no se adaptan a los requerimientos actuales y globales». Por eso, su trabajo recupera estos ecosistemas de la Plana de Lleida, de 200.000 hectáreas, L’Horta, de 15.000 hectáreas, y la ciudad de Lleida, al mismo tiempo que se conserva el modelo de ciudad compacta.

Para hacerlo, identifica el agua como un elemento «identitario y estructurador» de este territorio, por su persistencia y capacidad para reconfigurar los ecosistemas dañados. El proyecto plantea diversas estrategias que conectan espacios agrícolas, naturales y urbanos e integran hábitats con el patrimonio natural y cultural a través del barrio de la Mariola de Lleida.

Más concretamente, la reducción del 50% de la movilidad rodada; la regeneración del 70% del suelo urbanizado y la incorporación de 280 construcciones vegetales (con el aumento del 15% de la cobertura vegetal); construir un sistema de comunicación vertical con ascensor y pasarelas en fachadas de poniente rehabitando 197 viviendas desocupadas, y la incorporación de huertos en espacios públicos del barrio y la recuperación de ocho hectáreas de productividad en L’Horta.