21/03/2018
Las dietas enriquecidas con ácidos grasos saturados predisponen a sufrir pérdida de memoria
Estudios recientes cuestionan si la enfermedad de Alzheimer es la consecuencia de lo que se podría considerar una diabetes en el cerebro
Estudios recientes cuestionan si la enfermedad de Alzheimer es la consecuencia de lo que se podría considerar una diabetes en el cerebro
La investigación sobre la enfermedad de Alzheimer evoluciona rápidamente. Los resultados del trabajo del Centro de Tecnología Ambiental y Alimentaria TecnATox de la Universitat Rovira i Virgili, en colaboración con grupos de investigación de la Universitat de Barcelona, contribuyen a estos cambios sustanciales en el conocimiento de los orígenes de esta enfermedad. Diferentes estudios hechos con modelos animales demuestran que la dieta es un factor clave en la aparición de la forma más común de esta demencia. En particular, la diabetes de la edad adulta, o diabetes 2, sería un factor determinante a la hora de activar los procesos de muerte neuronal y de la consiguiente pérdida de memoria característica del mal de Alzheimer.
Los trabajos de investigación del grupo, integrado en la red temática CIBERNED-ISCIII y en la Fundación Reina Sofía, permiten concluir que las dietas enriquecidas con ácidos grasos saturados predisponen a tener pérdida de memoria. La ingesta excesiva de estos ácidos grasos, presentes mayoritariamente en alimentos de origen animal, pueden provocar enfermedades del sistema cardiovascular, como ya es conocido. Más recientemente, pero, se ha demostrado que algunos de estos ácidos grasos también pueden estar implicados en determinados tipos de cáncer, puesto que actúan como “catalizadores” del crecimiento de los tumores. Sorprende, pero, que los ácidos grasos utilizados en estos experimentos, justamente, son de origen vegetal. En particular, el famoso ácido palmítico del aceite de palma. En todo ello hay que aclarar algunos conceptos. El aceite de palma no es un producto tóxico por sí mismo, todo el contrario. El proceso de extracción de este aceite, especialmente si no se hace con la suficiente atención, puede incorporar compuestos que pueden resultar tóxicos. Otro elemento que hay que considerar es que si la ingesta de los diferentes tipos de ácidos grasos saturados de la dieta no está bastante compensada con los ácidos grasos omega-3, que podemos encontrar en el pescado azul o en los frutos secos, pueden surgir los problemas. Así, pues, es una cuestión de equilibrios nutricionales. Los aceites insaturados de los grupos omega-3 y -6 son líquidos a temperatura ambiente, mientras que los saturados tienden a ser sólidos a la misma temperatura.
Estos nuevos resultados se publicaron poco después de que un grupo de investigadores italianos lo hiciera por primera vez en un modelo de estudio similar y con resultados comparables. Todo ello queda recogido en un reciente artículo de revisión a la revista Pharmaceuticals firmado, entre otras, por el investigador del centro TecnATox de la URV Jaume Folch.
La penetración de las neuronas en el cerebro
Los efectos de una dieta descompensada, con exceso de grasas “sólidas”, combinada con una carencia de actividad física prolongada en el tiempo y endulzada con un abuso en el consumo de productos alimentarios que incorporan azúcares añadidos, predisponen a sufrir diabetes de tipos 2. En esta situación, tejidos como el hígado o los músculos tienen dificultades para captar la glucosa que circula por la sangre. En el cerebro, pero, la glucosa penetra perfectamente en las neuronas. El problema es que en el cerebro la insulina no está implicada con la captación de glucosa. Los trabajos de investigación llevados a cabo por el grupo de la URV contribuyen a poner de manifiesto que la insulina se relaciona directamente con la supervivencia de las células del cerebro, que es el factor clave en la preservación de la memoria en regiones cerebrales como el hipocampo.
Los últimos adelantos en este campo sugieren que es la misma proteína β-amiloide, que se encuentra al cerebro de los pacientes de Alzheimer, la responsable de empeorar todavía más el cuadro diabético general. Estos nuevos trabajos, además, ponen a cuerpo descubierto nuevas dianas moleculares, es decir, nuevas oportunidades para encontrar tratamientos efectivos y, de manera particular, nuevas “viejas” actitudes preventivas y hacen patente que aquellas recomendaciones para prevenir enfermedades cardiovasculares o el cáncer sirven también para evitar enfermedades importantes del cerebro.
Referencias de los artículos:
Folch J, Ettcheto M, Busquets O, Sánchez-López E, Castro-Torres RD, Verdaguer E, Manzine PR, Poor SR, García ML, Olloquequi J, Beas-Zarate C, Auladell C, Camins A. The Implication of the Brain Insulin Receptor in Late Onset Alzheimer’s Disease Dementia. Pharmaceuticals (Basel). 2018 Jan 29;11(1). pii: E11. doi: 10.3390/ph11010011. Review.
Busquets O, Ettcheto M, Pallàs M, Beas-Zarate C, Verdaguer E, Auladell C, Folch J, Camins A. Long-term exposition to a high fat diet favors the appearance of β-amyloid depositions in the brain of C57BL/6J mice. A potential model of sporadic Alzheimer’s disease. Mech Ageing Dev. 2017 Mar;162:38-45. doi: 10.1016/j.mad.2016.11.002. Epub 2016 Nov 15.