El 6º Mercado de Proyectos Sociales pone en contacto a los agentes implicados en el Aprendizaje Servicio y reúne por primera vez los estudiantes que ya trabajan para compartir la experiencia

Plantear un modelo de desarrollo urbanístico para el barrio de la Móra de Tarragona, crear un cuento para sensibilizar sobre el trastorno autista y validarlo en escuelas piloto o elaborar un programa de estimulación para personas con demencia que reduzca las contenciones mecánicas y farmacológicas. Estos son algunos de los Trabajos de Fin de Máster (TFM) y de Fin de Grado (TFG) que dentro de pocas semanas varios estudiantes de la URV defenderán ante un tribunal. Los están elaborando a través del Programa de Aprendizaje Servicio, por lo que un solo proyecto combina el aprendizaje con el servicio a la comunidad.

Los agentes implicados en este programa (entidades, profesorado y estudiantes) se encontraron ayer 8 de mayo en la sexta edición del Mercado de Proyectos Sociales de la URV en el campus Catalunya. Se trataba, por un lado, de poner en contacto las entidades, que expusieron los proyectos que ofrecen, con el profesorado, que comprobaba qué pueden integrar en las prácticas de sus asignaturas, y el alumnado, que pudo detectar si había temas susceptibles de ser su TFG del próximo curso.

Por otro lado, y por primera vez, el Mercado de Proyectos reunió en un mismo espacio a los estudiantes que este curso defienden su TFG o TFM. 20 estudiantes de diferentes grados que ahora están inmersos en los proyectos compartieron su experiencia para analizar de manera crítica su trabajo y recibir las propuestas de los compañeros, en una sesión dirigida por el profesor Toni Pérez-Portabella, uno de los impulsores del Programa Aprendizaje Servicio desde sus inicios.

La interdisciplinariedad es precisamente uno de los puntos que se potencia a través de este programa, explicó la vicerrectora de Relaciones Institucionales, Cultura y Compromiso Social, Cori Camps, durante la presentación del mercado. Así, por ejemplo, estudiantes como Rosa Maria Font, del grado de Nutrición humana y Dietética, y Josep Martí, del grado de Enfermería, hacen su TFG en colaboración con la entidad La Tutela para elaborar una guía de hábitos saludables y una guía de Curas dirigida a la población con discapacidad intelectual que vive en pisos tutelados.

56 estudiantes más estaban inscritos en el Mercado de Proyectos Sociales, donde 15 entidades les presentaron sus necesidades. No estaban todas las que colaboran, que son más de 40, y que se pueden encontrar en el catálogo que está a disposición de los estudiantes, pero sí eran las que se integran por primera vez y que cubrirán disciplinas que hasta ahora no tenían estudiantes. Es el caso de L’Olivera Cooperativa y la Cooperativa Agrícola de Falset-Marçà, que cubrirán el vacío que había para los estudiantes de Enología y Bioquímica, con proyectos en los que también tienen cabida estudiantes de Arquitectura y Turismo.

Para la rectora, María José Figueras, el Aprendizaje Servicio es la concreción de que «la Universidad forma a las personas no sólo en conocimientos, sino también con valores». En este sentido, Gloria Sala, responsable de Comunicación de la L’Olivera Cooperativa, explica que en su caso buscan «estudiantes que además del perfil técnico tengan un interés y vocación por el mundo social», ya que su actividad es el cultivo de viña y olivo y la producción de vinos y aceites y los trabajadores son personas con discapacidad.

En total, los estudiantes y profesores tienen más de 100 proyectos a su alcance sobre los que poder centrar el TFG y el TFM y también las prácticas de asignaturas.

Toda la información sobre el Programa Aprendizaje se puede encontrar en la web.