21/04/2022

Una mayor adherencia a la dieta mediterránea se asocia a un menor deterioro de la función renal

Resultados de un estudio liderado por e la Unidad de Nutrición Humana de la URV-IISPV apuntan que aumentar la adherencia a un patrón dietético mediterráneo se relaciona con una mejor función renal a través de una mejora en los valores de filtrado glomerular del riñón

El deterioro de la función renal es un problema común entre las personas de edad avanzada, el cual puede desencadenar la aparición de la enfermedad renal crónica. Esta enfermedad se caracteriza por una disminución del filtrado glomerular de parte del riñón y/o por la presencia de niveles elevados de albumina en orina, una proteína que se encuentra en la sangre. A menudo se acompaña de una disminución en la calidad de la vida y de una mayor mortalidad de manera prematura. También puede implicar la presencia de comorbilidades como la obesidad, la hipertensión, la diabetes o enfermedades cardiovasculares, que a su vez pueden acelerar su progreso. En los últimos años se ha incrementado el interés por la enfermedad renal crónica dado que presenta una gran repercusión a nivel mundial, afectando a 700 millones de personas.

Entre los factores de riesgo modificables y relacionados con el estilo de vida, la dieta parece desempeñar un papel crucial en el mantenimiento de la función renal y en la progresión de la enfermedad renal crónica. Sin embargo, la mayoría de las investigaciones previas relacionadas con este tema se han centrado únicamente en nutrientes específicos o en grupos de alimentos en lugar de patrones dietéticos. Además, los pocos estudios que evalúan patrones dietéticos específicos, como por ejemplo la dieta mediterránea o la dieta DASH (Dietary Approach to Stop Hypertension), muestran diversas discrepancias en sus resultados.

Es por ello que, con la finalidad de aumentar el conocimiento al respecto y clarificar las diferencias observadas por otros estudios, el equipo de investigadores de la Unidad de Nutrición de la URV-IISPV-CIBERobn junto con otros investigadores del estudio PREDIMED-Plus, han evaluado la asociación entre la adherencia a dos patrones dietéticos saludables, la dieta mediterránea (evaluada a través de dos índices diferentes) y la dieta DASH, y los cambios en la función renal tras un año de seguimiento. Además, han evaluado la asociación entre la adherencia a un patrón proteico, usando el Protein Diet Score, y la función renal. El Protein Diet Score es un índice que oscila  entre los 0 y los 20 puntos, los cuales dependen de la ingesta proteica total y del ratio proteína vegetal:animal. De modo que una mayor puntuación refleja un mayor consumo total de proteínas y/o un mayor ratio proteína vegetal:animal, es decir, un mayor consumo de proteínas de origen vegetal frente a la proteína de origen animal.

De izquierda a derecha, el investigador Andrés Díaz-López y las investigadoras Cristina Valle-Hita, Nancy Babio y Nerea Becerra-Tomás.

Tras analizar los datos de 5.675 participantes, únicamente un cambio hacia una mayor adherencia a la dieta mediterránea, evaluada a través de un cuestionario de 17 preguntas, se asoció con un menor deterioro de la función renal basada en la tasa de filtración glomerular. Además, tras un año de seguimiento a las personas con una mayor adherencia a este patrón dietético se observó una reducción del 38% del riesgo de que se produjese un declive mayor o igual al 10% en la tasa de filtración glomerular. Por otro lado, un cambio hacia una mayor adherencia a un patrón proteico se asoció con un empeoramiento de la tasa de filtración glomerular.

En este mismo trabajo, también se exploró la asociación entre cada uno de los diferentes ítems o preguntas que conforman el cuestionario “17-items energy-reduced Mediterranean Diet”. Los resultados obtenidos mostraron que el consumo de verduras, legumbres, vino, así como la tradicional salsa mediterránea de tomate y aceite de oliva (sofrito) se asocia a una mejor función renal. Los autores, basándose en la evidencia científica previa, sugieren que estos alimentos son ricos en nutrientes beneficiosos como la fibra, los antioxidantes y algunos compuestos antiinflamatorios, los cuales podrían desempeñar un papel protector sobre el riñón reduciendo la inflamación sistémica, mejorando la función endotelial, el perfil lipídico, la resistencia a la insulina, preservando la presión arterial y modulando el índice y la carga glucémica, todos ellos, factores de riesgo reconocidos de disfunción renal.

Este trabajo, publicado en abril del 2022 en la revista científica European Journal of Nutrition, ha sido realizado por la investigadora predoctoral Cristina Valle-Hita, y ha sido liderado por Nerea Becerra-Tomás, investigadora postdoctoral en Imperial College London y colaboradora de la Unidad de Nutrición Humana (URV); Nancy Babio, investigadora y profesora agregada de la URV; y Andrés Díaz-López, investigador Serra Hunter de la URV. Todo el equipo forma parte del Instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili (IISPV) y del Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBERobn).

Referencia bibliográfica: Valle-Hita C, Díaz-López A, Becerra-Tomás N, et al. Prospective associations between a priori dietary patterns adherence and kidney function in an elderly Mediterranean population at high cardiovascular risk [published online ahead of print, 2022 Apr 2]. Eur J Nutr. 2022;10.1007/s00394-022-02838-7. doi:10.1007/s00394-022-02838-7.

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