01/04/2020

La cobertura amplia de fibra óptica y la protección de los servidores contra los hackers garantizan la conexión a Internet a pesar del incremento exponencial del tráfico de datos

El confinamiento ha modificado inevitablemente los hábitos de consumo de Internet, con el aumento del teletrabajo y el acceso a las plataformas de vídeos y a las redes sociales

El primer día laborable después de que se decretara el estado de alarma, el 16 de marzo, España fue el quinto país del mundo con más tráfico de datos en Internet, con un incremento exponencial del 80% del tráfico. El incremento exponencial e inesperado de conexiones ha llevado algunos países europeos a pedir a las plataformas de vídeo que reduzcan la resolución de las imágenes e incluso se han planteado capar el acceso durante algunas horas del día para facilitar la conectividad para el teletrabajo. Contrariamente a esta situación, en Cataluña y en España el funcionamiento de Internet es razonablemente aceptable. Hay varios motivos, pero el más importante es la disponibilidad de fibra óptica en muchos de los hogares que ha ido sustituyendo el ADSL en los últimos años.

En este sentido, el catedrático en Teoría de la Señal y Comunicaciones, Jesús Brezmes, afirma que «no nos podemos quejar de la infraestructura que tenemos». Los datos del INE publicados en marzo de 2018 constatan que el 91,4% de los hogares del Estado (el 94% en Cataluña) tienen acceso a Internet, prácticamente todas por banda ancha (fibra óptica, ADSL, telefonía móvil 3G o 4G). En Cataluña, «la Generalitat ha fomentado que los operadores de telecomunicaciones pongan fibra en todo el territorio y muchos municipios han tomado la iniciativa de cablear y alquilar la infraestructura a los operadores», por lo que el teletrabajo ahora es posible en prácticamente todas partes, también en las zonas más despobladas, explica Brezmes.

Ahora bien, a pesar de la amplia cobertura de fibra, ¿por qué, estos días de confinamiento, experimentamos paradas cuando hacemos videoconferencias o cuando miramos una serie en una plataforma de streaming? «El video genera 1.000 veces más tráfico de datos que el audio, que, a su vez, genera un tráfico de datos 100 veces superior al texto», responde Brezmes. Pero «el esqueleto de la infraestructura, donde van a parar las fibras, habitualmente no se satura porque ni utilizamos toda la velocidad que tenemos contratada ni todos nos conectamos al mismo tiempo», añade. En cambio, desde que se decretó el estado de alarma la demanda ha incrementado de golpe y durante todas las horas del día por trabajo y por ocio.

Las plataformas de vídeo (Netflix, YouTube, HBO, Movistar Plus…) están preparadas para asumir una determinada demanda a partir del cálculo de lo que se denomina coeficiente de simultaneidad (número de usuarios conectados al mismo momento dividido por el número total de clientes), y habitualmente este coeficiente de simultaneidad es superior por la noche, cuando se producen más accesos porque no son horas laborables.

Curiosamente, sin embargo, los servidores más populares están preparados gracias a la previsión de ataques informáticos: «Algunos de los ataques de los hackers son lo que se denomina DDoS (ataque de denegación de servicio distribuido), que consiste en hacer caer un servidor colapsándolo con demandas de usuarios. Por eso muchos ya incorporan protecciones para evitar saturaciones, no por la situación que estamos viviendo sino por los ataques informáticos». Jesús Brezmes concluye que «esto indirectamente nos ha beneficiado porque puede estar evitando el colapso, no ya a nivel de la infraestructura, sino del servidor de destino al que nos conectamos para ver las últimas noticias o para utilizar el servicio de streaming de vídeo o cualquier otra actividad «.

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