12/07/2018

Diseñan una aplicación móvil para puntuar los vinos en las catas y facilitar el tratamiento de los datos

El estudiante de Enología en la URV, Maria Cerdà, ha desarrollado un sistema que permite organizar catas de diferente complejidad y número de usuarios

La estudiante Maria Cerdà i el decano de Enología Joan Miquel Canals con una muestra de una pantalla de cata.

Ha sido uno de los trabajos de fin de grado que se ha presentado este año en la Facultad de Enología y que pretende facilitar la organización de catas y el tratamiento de los datos. Se trata de una aplicación que permite probar vinos utilizando el móvil. El mismo organizador de la cata puede crear las fichas con los parámetros deseados y con la posibilidad de extraer los datos y tratarlos con posterioridad o ver directamente los resultados en el móvil. De hecho, esta es una evolución de un trabajo que presentó años atrás Ramon Cerdà, el padre del ahora graduada.

El proyecto de fin de grado de Maria Cerdà se centra en darle sentido a la aplicación y que se pueda utilizar. La aplicación se ha pensado para todo tipo de usuarios y es útil no sólo para las catas de vino, sino por diferentes productos. La persona encargada de diseñar la cata puede decidir el número de muestras, el número de catadores y los parámetros que deberán valorar. También puede programar el momento que activan la cata y el usuario final puede acceder a través de un enlace o de un código QR, por ejemplo.

Una vez se inicia la cata el usuario valora los parámetros de cada muestra y lo valida, mientras que el organizador de la muestra puede ver las valoraciones de las personas que han participado en la cata. De esta manera la aplicación puede generar tres niveles de usuarios: los que crean la cata (que serían los másteres) que son los que diseñan la ficha y las valoraciones; los usuarios que lo hacen y que reciben sus resultados por correo electrónico, y los que acceden a través de un enlace y únicamente pueden votar, que sería lo que suele ocurrir en una feria, por ejemplo, o en catas que pueden organizar los mismos bodegas durante las visitas, a través de códigos QR que se colocan en las mismas tinas.

Algunos de los usos que se puede hacer por ejemplo: en ferias de vino y en visitas a bodegas y no únicamente para catas, sino para conocer la opinión de los usuarios, ya que la aplicación permite adaptar las preguntas y utilizarlas también como herramienta para valorar las visitas enoturísticas a las bodegas.

Reducir costes y facilitar la explotación de los datos

Las catas profesionales se pueden hacer a través de un software, llamado Fizz, que genera un plan de cata y unas fichas. Se trata sin embargo de un programa que hay que pagar, tanto la compra como el mantenimiento así como cada vez que se instala en un ordenador y que no está al alcance de las bodegas pequeños.

A nivel de docencia se utiliza una aplicación gratuita de un instituto noruego de análisis sensorial llamada PanelCheck, donde, una vez vertidas los datos, facilita su análisis. El problema es que, por ahora, los resultados de las catas se obtienen en papel y se deben introducir una a una en un Excel para obtener los resultados. Esto ocurre aún hoy en día en grandes empresas, que continúan haciendo las catas de este modo, una carga que evitaría esta nueva aplicación.

Con la aplicación que ha desarrollado la estudiante llega, de manera automática, hasta el final de proceso de recogida de los datos, mientras que la explotación se hace por el software gratuito que ya se utilizaba hasta ahora. Así y con los datos recogidos por los usuarios que participan a las catas o que visitan una bodega se puede obtener información que permite saber, los productores u organizadores de un evento, las preferencias de sus visitantes o catadores, datos que se pueden utilizar como estrategia de marketing a la vez de orientar la promoción para diferentes grupos de interés.

Por ahora la aplicación, que lleva por nombre Cata Control está diseñada y preparada para su uso aunque todavía no se ha colgado en la Play Store y están analizando la posibilidad de patentarla. Aún así ya ha despertado el interés de algunas bodegas. A corto plazo ya se utilizará a nivel de docencia, como medida innovadora en las catas.

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