20/12/2021

La dieta mediterránea ayuda a preservar la función cognitiva en la tercera edad

Según un estudio realizado por la Unidad de Nutrición Humana de la URV-IISPV-CIBERobn, esta dieta influye positivamente en las funciones que hacen referencia a la atención, la velocidad de procesamiento y la flexibilidad cognitiva de las personas mayores. Los resultados se han publicado en la revista científica Frontiers in Aging Neuroscience.

El declive cognitivo es una preocupación de salud pública importante, sobre todo a medida que la población envejece. La falta de salud cognitiva, tal y como se observa en el deterioro cognitivo leve y la demencia, puede afectar a la salud y el bienestar generales de una persona. La capacidad de pensar, aprender y recordar con claridad es un importante componente de la realización de actividades cotidianas y el mantenimiento de la calidad de vida. Algunas personas mayores y las que sufren deterioro cognitivo muchas veces no pueden cuidar de sí mismas o completar las actividades de la vida diaria como preparar comidas, gestionar el dinero, las tareas domésticas, etc.

Actualmente no existe ningún tratamiento eficaz para prevenir el declive cognitivo, por eso se proponen medidas preventivas mediante cambios en el estilo de vida, entre ellos la alimentación. Estudiar los patrones dietéticos permite evaluar las condiciones en el mundo real y las posibles interacciones entre los alimentos dentro de enfoques dietéticos completos. Sin embargo, hasta ahora, las recomendaciones y muestras cognitivas se han limitado, en lo que se refiere a la ingesta dietética, especialmente al impacto en la salud cognitiva de la población anciana a corto plazo por falta de pruebas científicas.

Ante este contexto, la Unidad de Nutrición Humana de la URV-IISPV-CIBERobn ha comprobado la dieta que seguían 6.647 pacientes del estudio PREDIMED-Plus. El equipo investigador examinó el impacto de tres patrones dietéticos, incluidas las dietas mediterránea, DASH y MIND, sobre los cambios en el rendimiento cognitivo después de dos años de seguimiento en población anciana española con sobrepeso u obesidad con alto riesgo de enfermedades cardiovasculares.

La dieta mediterránea se caracteriza por la utilización de aceite de oliva como fuente principal de grasa; consumo elevado de verduras, frutas, legumbres, cereales integrales o frutos secos ricos en componentes antioxidantes, así como cantidades bajas o moderadas de alimentos de origen animal: lácteos, carnes rojas y alimentos muy procesados ​​o con un alto contenido en azúcar.

Por su parte, la dieta DASH (tratamiento dietético para frenar la hipertensión) se diseñó para ayudar a tratar o prevenir la presión arterial alta (hipertensión). Es rica en verduras, frutas y cereales integrales. Incluye productos lácteos sin grasas o bajos en grasa, pescado, aves de corral, legumbres y frutos secos, limitando los alimentos ricos en grasas saturadas, como las carnes grasas y los productos lácteos enteros.

Y por último, la dieta MIND (dieta mediterránea y DASH de intervención para el retraso neurodegenerativo) combina los patrones dietéticos anteriores, dieta mediterránea y DASH. Destacan los alimentos específicamente pensados ​​para ayudar a la salud del cerebro y reducir el riesgo de deterioro cognitivo y demencia, tales como verduras de hoja verde, frutos secos y fruta roja.

Parte del equipo investigador que ha formado parte del estudio. De izquierda a derecha: Nancy Babio, Jordi Salas-Salvadó, Stephanie K. Nishi, Carlos Gómez-Martínez y Jiaqi Ni.

Durante el estudio se llevaron a cabo ocho pruebas neuropsicológicas estandarizadas, así como una evaluación global de la salud cognitiva. La dieta se evaluó con un cuestionario que preguntaba a los participantes sobre los alimentos que habían consumido en el año anterior.

Los resultados mostraron que las personas que se situaron en el tercio superior en cuanto al seguimiento de la dieta mediterránea obtuvieron puntuaciones más altas en las pruebas relacionadas con la función cognitiva general y ejecutiva durante un período de dos años. Análisis posteriores sugirieron que los beneficios cognitivos estaban relacionados con el consumo de alimentos ricos en grasas saludables, como el aceite de oliva. El seguimiento de la dieta MIND también se asoció positivamente con la salud cognitiva, pero esta observación beneficiosa sólo se observó en una prueba de memoria de trabajo. Sin embargo, un mejor cumplimiento de la dieta DASH no se asoció con la función cognitiva de la población actual. Estos resultados indican que, incluso a corto plazo, seguir la dieta mediterránea beneficia a la función cognitiva en la vejez. Este estudio, cuyos resultados se han publicado en la revista científica Frontiers in Aging Neuroscience, apoya los beneficios de la dieta mediterránea en la salud, y la necesidad de futuras investigaciones para continuar averiguando el impacto que puede tener en la salud cognitiva y ofrecer recomendaciones claras basadas en pruebas científicas.

El trabajo lo han realizado Stephanie K. Nishi, becaria postdoctoral de los Institutos Canadienses de Investigación en Salud (CIHR) y profesora visitante de la Unidad de Nutrición Humana del Departamento de Bioquímica y Biotecnología de la en Universitat Rovira i Virgili (URV) en colaboración con el catedrático y director de la Unidad, Jordi Salas-Salvadó y la investigadora Nancy Babio. Este equipo forma parte del Centro de Investigación Biomédica Red de Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn) y del Instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili (IISPV-BUSCA). El estudio se ha realizado con la colaboración de investigadores del consorcio PREDIMED-Plus. 

Referencia bibliográfica : Nishi SK, Babio N, Gómez-Martinez C, et al. Mediterranean, DASH, and MIND Dietary Patterns and Cognitive Function : The 2-Year Longitudinal Changes in an Older Spanish Cohort. Frontiers in Aging Neuroscience, 2021;13. DOI: 10.3389/fnagi.2021.782067.

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