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Este es el resultado después de seguir, durante más de seis años, a 7.000 hombres y mujeres participantes del proyecto PREDIMED. Según el estudio, el consumo de grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas -mayoritariamente grasas vegetales- reduce entre un 32 y un 50% el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, mientras que el consumo de grasas saturadas y los trans -principalmente procedentes de alimentos cárnicos y procesados- se asocia a un riesgo de padecer hasta un 30% más de enfermedades del corazón

Un trabajo de investigación que han llevado a cabo investigadores del CTNS y de la URV en colaboración con la Universitat de Lleida concluye que el consumo de procianidinas, un compuesto natural que se encuentra a los frutas y verduras, tiene propiedades beneficiosas en la prevención de enfermedades cardiovasculares para la población adulta, pero, en cambio, los efectos son perjudiciales para los hijos adultos las madres de los cuales han consumido durante el periodo de gestación