14/01/2021

La Unión Europea avala la seguridad del gusano de la harina para el consumo humano

El grupo de investigación FoodIE de la URV, que lidera la investigación en el uso de insectos para la alimentación humana, considera la decisión como “una muy buena noticia” para continuar con la investigación de esta fuente alternativa de proteína

La Agencia Europa de Seguridad Alimentaria (EFSA) anunció ayer que el consumo del gusano de la harina, procedente de la larva del escarabajo Tenebrio monitor es seguro para el consumo humano. Con su informe la institución incluye este insecto, rico en proteínas, grasas y fibra, en la lista de Novel Foods, y abre la puerta a su futura producción y comercialización en todos los países de la Unión Europea en sus diferentes formas (como gusano o en polvo). Con este nuevo dictamen, al que hará falta añadir los resultados de la investigación sobre su alergenicidad, la Comisión Europea tendrá que negociar con cada estado miembro para detallar como aplica su utilización. Para las investigadoras e investigadores del grupo de investigación FoodIE (Food, Innovation & Engineering) se trata «de un paso hacia adelante que puede permitir usar este insecto como ingrediente en la formulación de productos para la alimentación humana con todas las garantías», explica la investigadora del Departamento de Ingeniería Química, Sílvia de Lamo.

Hace unos cinco años este grupo de investigación de la URV decidió investigar el uso de insectos como nuevo ingrediente para compensar el exceso de producción de proteína de origen animal. “Desde entonces estamos adquiriendo conocimiento en este campo para formular nuevos productos y desarrollando técnicas que ponemos al servicio de la industria agroalimentaria”, explica la investigadora.

En estos años, el grupo FoodIE ha liderado la investigación en el uso de insectos para la alimentación humana y tiene abiertas varias líneas de investigación en esta dirección. Una de ellas es la reutilización de materia orgánica procedente de la industria alimentaria como fuente de alimentación de insectos, que permitirá evitar el uso de piensos, la producción de los cuales no es tan respetuosa con el medio ambiente. También trabajan en la extracción de proteína de insecto con técnicas más sostenibles y estudian las propiedades funcionales de la proteína de insecto como sustitutos otras proteínas. “Que Europa avale legalmente el uso de este insecto al continente nos beneficia enormemente, puesto que hasta ahora la formulación de los productos lo tenían que hacer en países donde sí estaba permitida esta práctica, como Francia u Holanda, y quizás en un futuro próximo ya la podremos hacer desde aquí y ofrecer nuestro conocimiento a la industria alimentaria”, explica de Lamo.

La resolución que acaba de hacer pública la EFSA supone un paso adelante para conseguir producir y comercializar insectos a nivel local sin tener que importarlos, lo que ayudará no solo a la investigación sino al tejido productivo en este campo hasta ahora emergente, el de los insectos, que cada vez apuesta más por la producción de una fuente alternativa de proteína más sostenible con el medio ambiente. “Cada vez somos más población y el planeta no podrá producir proteína para todo el mundo, así que hay que buscar fuentes de proteína alternativas que, además, sean más sostenibles. Como ejemplo, la producción de un kilo de becerra provoca debe veces más de emisiones de CO2 que la de un kilo de grillos”, ilustra la investigadora.

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